En Noviembre suelen coincidir algunos de los festivales más interesantes del ámbito nacional. Turist de Ruben Östlund ha ganado el festival de cine europeo de Sevilla que se ha celebrado desde el 7 hasta el 15 de noviembre. Barcelona, por su parte, ha acogido L´Alternativa, el festival de cine independiente que viene celebrándose desde hace 21 años, mientras que en Bilbao los organizadores de Zinebi han reconocido este año la trayectoria de Cecilia Roth, Álex Angulo (recientemente fallecido) y Hirokazu Kore-eda. Pero aparte de los Mikeldi de Honor correspondientes, la programación del certamen más longevo de Bilbao ofrece un cine muy diverso.

Como es sabido, en Zinebi se dan cita todo tipo de propuestas y géneros empezando por los cortometrajes de la Sección Oficial que suelen tener mucho éxito entre el público local hasta los documentales más creativos y artísticos que no tienen cabida en los cines comerciales, por lo tanto, es una inmejorable oportunidad para poder degustar el cine más arriesgado de la temporada. El espectador que quiera ver algo diferente siempre encuentra algo que le apasione.

Este año el jurado internacional compuesto por Alberto García Ferrer, Carlos Balagué, Mwangi Hutter, Jon Sistiaga y Olga Pärn ha decidido concederle el premio a la mejor película a la producción surcoreana Mould de Chun-Kyu Park. El gran premio del cine vasco se lo ha llevado Anómalo de Aitor Gutiérrez y Javier Macipe, por su parte, ha obtenido el gran premio del cine español por Os meninos do rio. Marea de Adam Breier se ha impuesto en la categoría de la mejor película latinoamericana.

Zinergentziak

Como novedad en esta edición hemos de destacar la primera producción en el que ha participado Zinebi titulada Errautsak (Cenizas). La película es obra de 7 autores jóvenes que quieren hacerse escuchar y se enmarca dentro del ciclo #Zinergentziak 14: Emergencias y urgencias en el audiovisual vasco contemporáneo, un proyecto que ha sido promovido por el grupo de investigación de Territorios y fronteras de la UPV/EHU y que ha contado con el inestimable apoyo de Bilbao Arte. El objetivo del proyecto es la de dar voz a los más jóvenes para que nos cuenten sus experiencias y sus pensamientos de una manera inmediata. La muerte de Dios, la rápida desintegración de la tradición (la no diferencia entre lo propio y lo ajeno), el cuestionamiento de toda autoridad, la pérdida de credibilidad en los grandes relatos (como el cristianismo o el comunismo), el fin de las utopías, la dictadura del presente… ha dejado huérfanos a los jóvenes de hoy en día y todo este proceso ha generado una total incertidumbre, inquietud y desasosiego entre la juventud. Por consiguiente, las cenizas hacen referencia al mundo actual donde vivimos, el cual es cambiante, efímero, caótico, fragmentado…

Los jóvenes realizadores Igone Arreitunandia, María Elorza y Maider Fernández Iriarte, Marisol Gil, Juan Pablo Ordoñez, Hodei Torres y Mikel Zatarain son los que han imprimido su sello a cada pieza del proyecto. Han querido tratar los temas que más les interesan como son la crisis, la identidad, la violencia política… para poder debatir y hacer pensar a los espectadores. La película quiere proponer un diálogo entre todas las partes, y entre el público. Se trata de un trabajo sugerente e interesante y esperemos que el próximo año podamos disfrutar de otra pieza del ciclo Zinergentziak.

Beautiful Docs

La sección Beautiful Docs nos trae los mejores documentales internacionales, entre los cuales, destacaría Waiting for August de la realizadora rumana Teodora Ana Mihai, quien es capaz de captar la vida en todo su esplendor.

En propuestas como ésta la vida y el cine se vuelven indistinguibles, ya que, en mi opinión, el cine debe tratar de mostrar la vida tal y como es. Es sencillamente cautivadora, conmueve en lo más hondo de nuestro ser. Georgina es una muchacha de 15 años que debe cuidar de sus hermanos y hermanas, puesto que, la madre ha tenido que marcharse a Italia a trabajar para poder sacar a su familia adelante. El fenómeno de la emigración femenina se ha convertido predominante en el mundo actual, donde las madres del llamado Tercer Mundo tienen que buscarse la vida lejos de su tierra natal para que sus hijos puedan tener mejores oportunidades que ellas. La película es sencilla, pero poderosa y emotiva, ya que, nos muestra el día a día de unos niños que deben aprender a vivir sin su madre en Bacau, Rumanía.

El cine moderno pone énfasis en resaltar la cotidianeidad de las vidas de personas normales y corrientes, pero es bien sabido que toda tradición tiene su lado oscuro. The Second Game del rumano Corneliu Porumboiu es una muestra de ello (también se ha podido ver en L’ Alternativa). Según el ganador de la Cámara de Oro en Cannes por su 12:08 Al este de Bucarest (2006) todo puede ser susceptible de convertirse en una película, ya que, no hay ningún tema que no sea interesante.

Está claro que las pequeñas historias han ido tomando cada vez más relevancia desde que emergió la modernidad, ya que, algunos temas que eran considerados privados pasaron a ser tratados en la literatura o en el teatro a partir del siglo XIX creando mucho revuelo y polémica. Comparto con Porumboiu sus ideas, pero siempre hay que tomar en consideración al público. Y lo cierto es que la última propuesta del director aburre y mucho, además. No cuenta ninguna historia, ya que, rescata una retransmisión del partido de fútbol que jugaron Dinamo y el Steaua de Bucarest en 1988 añadiendo sus propios comentarios y las de su padre, quien fue el árbitro de ese mismo encuentro. Podría haber utilizado ese partido como excusa para hablarnos de la historia reciente de Rumanía, pero no es el caso, puesto que, se centra sobre todo en las reglas del juego que han cambiado a lo largo de los últimos años. Se trata de un presuntuoso experimento que no aporta nada.

Sin embargo, ha habido otros documentales que nos han sorprendido de una grata manera, y todo ello sin haber renunciado a la provocación y al riesgo. La producción argentina El rostro dirigido por Gustavo Fontán nos transporta a un mundo imaginario donde la naturaleza ofrece el mayor espectáculo que pueda existir. Ese mundo imaginario que nos es retratado en blanco y negro existe en realidad, pero para ello hay que viajar a ese lejano lugar donde la calma y la placidez son la norma. Está claro que no estamos educados para deleitarnos de los pequeños placeres, para poder disfrutar de ese viaje tendríamos que cambiar drásticamente nuestra mentalidad. Los sonidos del río y los cantos de los pájaros nos conectan con nuestra naturaleza. La cinta nos regala un momento de paz y de belleza irrepetibles y de paso nos invita a desconectar de la trepidante vida que llevamos diariamente.

A Spell to Ward Off the Darkness de Ben Rivers y Ben Russell es una sugerente obra que transita misteriosamente entre las fronteras del género documental y la ficción. La película retrata distintas realidades que parecen no tener relación entre ellas y por ello, puede llegar a sorprendernos de una manera inconcebible, puesto que, da la sensación de que el argumento sigue su curso, simplemente fluye, y de ningún modo podríamos advertir cómo acabará la historia. Está compuesto por retazos de realidad, pero al mismo tiempo la atmósfera que se crea en la segunda mitad del metraje nos acaba envolviendo en una especie de sueño o trance. Estéticamente es sensacional, y gracias a ello genera sensaciones de asombro y perplejidad en el espectador. Es magnética, sobre todo al final.

Pensar por uno mismo

Para terminar voy a hablar de la increíble historia del Príncipe Verde que nos trae Nadav Schirman. The Green Prince, ganadora del premio del público en Sundance, es un apasionante thriller que reivindica la verdad y la sensatez en un mundo donde el fanatismo está desatado. Y el autor reivindica el pacifismo ante tanta barbarie, sea del bando que sea. Mosab Yousef es el hijo mayor de uno de los cabecillas de Hamas y por ello, la agencia de inteligencia israelí, el Shin Bet, sigue sus pasos de cerca. Y como es de prever a los 17 años es detenido por haber comprado armas. Ahora se encuentra por vez primera frente a frente con su enemigo (su padre ha estado saliendo y entrando en la cárcel toda su vida), y como es natural es torturado. Es lo que se esperaba.

Sin embargo, la predecible historia da un vuelco radical en ese mismo momento. El joven, en esas circunstancias difíciles en el que se encuentra, empieza a dudar sobre todo lo que le ha contado su padre, y lo que va a hacer a continuación no tiene perdón de Dios, ya que, va a traicionar a su familia, a su pueblo y a la lucha palestina. Se alía con los israelís porque ante todo desea descubrir la verdad de lo que está pasando con Hamas y a partir de ese momento empieza a pensar por sí mismo.

La película viene precedida del polémico libro que escribió el propio Mosab que se titula Son of Hamas (Hijo de Hamas) en el cual quiso revelar al mundo su increíble historia. Actualmente reside en Estados Unidos después de haberse convertido al cristianismo y fue repudiado por su familia. El camino hacia la verdad nunca es fácil, pero algunos la defienden a toda costa.

BEÑAT EIZAGIRRE INDO.-