X DE INCÓGNITA

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La franquicia Marvel de X Men vuelve a la carga con el director que la vio nacer, Bryan Singer. Tras la espectacular X Men: First Class que dejó el listón muy alto, los fans teníamos un enorme hype por ver cómo se combinaban en X Men: Días del Futuro Pasado, los personajes originales: el Profesor X de Patrick Stewart, el Magneto de Ian McKellen, con los jóvenes, interpretados por James McAvoy y Michael Fassbender. De nuevo, todo ello enmarcado en una trama, en la que los hechos político-históricos volvían a darse la mano con una historia de ciencia-ficción con gran importancia de la psicología y la evolución del modo de ser y de pensar de dichos caracteres, así como también de Lobezno (Hugh Jackman, un imprescindible de la saga y que ha generado sus películas propias), Bestia (Nicholas Hoult) o Mística (Jennifer Lawrence).

A grandes rasgos y evitando spoilers, os podemos contar que, en un futuro donde los mutantes y los humanos están en guerra con los Centinelas (creados por Bolivar Trask -Peter Dinklage-), Profesor X (Stewart) y Magneto (McKellen) mandan al pasado a Lobezno (Hugh Jackman) para convencer a sus jóvenes yo de colaborar juntos y evitar que Mística (Lawrence) comenta un crimen que puede alterar el curso de los acontecimientos de manera negativa.

La cinta trascurre en la mayor parte de su metraje en el pasado, concretamente en 1973, con la guerra de Vietnam y las conferencias de paz como telón de fondo. Por ello mismo, hay un desequilibrio claro entre pasado y futuro, aunque, claro está que es más interesante la evolución de cómo se llegó al conflicto con los Centinelas que la propia guerra en sí misma.

Bryan Singer, en su vasta reunión de súper-héroes, ha dado más protagonismo a unos en detrimento de otros (algunos personajes del futuro como el de Tormenta o el  Bishop, interpretado por Omar Sy, son meras comparsas). Al film le cuesta arrancar y se nota que Bryan Singer es más de Profesor X que de Magneto, como nos confesó en una entrevista realizada en 2011 en el Festival de Sitges, pues la película se vuelve más interesante en los pasajes en los que aparecen el joven profesor X, abatido y atribulado por haberse distanciado de Mística y de Magneto (entre otras cuestiones), junto a Bestia y Lobezno. Mucho más que cuando descubrimos de nuevo a Magneto, un personaje con más peso en otras entregas, que aquí parece mucho más desdibujado. Michael Fassbender lo encarna un poco con el piloto automático puesto y no imprime el desbordante carisma que tenía en First Class, sino que va un paso por detrás, en esta ocasión. Y eso que está en una de las mejores secuencias de la película, junto al divertido mutante robaescenas Mercurio (Evan Peters).

De nuevo, la acción y la espectacularidad, se combina con el intimismo y el sentir de los personajes, aunque, lamentablemente, en algunos momentos, la película se haga demasiado alargada y reiterativa.Nos esperábamos más, mucho más que el los X Men 1 y 2, de Bryan Singer. Hay atisbos de grandeza y buenas secuencias y personajes, pero a Singer nos deja con la miel en los labios en muchas ocasiones: le falta garra para redondear un material con el que no sabemos qué habría conseguido Matthew Vaughn -que aquí sólo ejerce como productor-. ¿Cabrá esperar a que X Men: Apocalipsis sea un broche de la saga por todo lo alto? Una X de incógnita sobrevuela en el horizonte.

SONIA BARROSO.-

 

 

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