VERANO DEL 85: AMAR, SOÑAR, BAILAR

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François Ozon adapta la novela Dance on my grave, de Aidan Chambers, para su Verano del 85, un drama que parte del romance de verano entre dos chicos para dar un giro al típico y tópico amor estival y convertirse en una historia mucho más amarga. que al espectador se le va a clavar como un puñal con el consiguiente nudo en la garganta.

El romance entre David, un joven adolescente extrovertido, descarado, seductor y sin miedo al peligro y Álex, otro joven más sensible e introvertido podría caer en los lugares comunes del la love story pasajera marcada por el periodo veraniego. Benjamin Voisin nos recuerda a un Mick Jagger teen, así como Félix Léfebvre se asemeja a River Phoenix, más allá del físico. Asimismo, destacar un tercer personaje, el de Kate (Philippine Velge), la chica simpática y pizpiereta inglesa que ambos conocerán en la playa por ser tan decisivo en la historia y el de las madres de ambos protagonistas, en especial la de David interpretadaV por Valeria Bruni-Tedeschi.

La trama va más allá cuándo se produce el giro argumental que no es previsible, aunque uno se va dando cuenta de que esa historia, tal y como está narrada con la voz en off de uno de sus protagonistas, está abocada tanto a las mieles del amor como a la fatalidad del destino.

Ozon no sólo pretende relatarnos este amor de verano, sino hablarnos del dolor, de sus terribles consecuencias, y de las distintas maneras de lidiar con él. Así mismo, trata a la perfección la necesidad de todo adolescente de encontrar el amigo de sus sueños o el amor de su vida, de esa idealización que hacemos del otro, inevitablemente, muy especialmente en dicha etapa vital. Por ello, podemos decir que la historia comienza en el idealismo más hermoso y acaba topando con la dura realidad de la vida.

Rodada en 16mm para acercarnos a la imagen «granulada» propia de los 80´s y apoyada en una banda sonora maravillosa ochentera, en la que destacan dos temas musicales que tendrán peso en la historia, uno de The Cure y en especial, otro de Rod Stewart -ojo a la escena de catarsis musical, realmente conmovedora-, Verano del 85 será comparada, quizás, con otras películas de historias de amor estivales homosexuales, como Call me by your name, aunque no caigamos en la tentación de realizar dicha comparativa. Ésta es una historia de principios y finales vitales, de fatalidad, aunque también de esperanza. de las distintas maneras de vivir el amor, de la búsqueda de la propia identidad, del cumplimiento de una promesa y de la reconstrucción a partir del dolor y de la amargura.

Ozon, quien ya había retratado la adolescencia y la juventud de modo particular en Joven y bonita y en En La Casa, suma otra nueva joya a su notable filmografía, en la que también destacamos Frantz, Una nueva amiga, Gracias a Dios  Swimming Pool.

SONIA BARROSO.-

 

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