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LA ACCIÓN DE AUTOR TIENE NUEVOS NOMBRES
septiembre 27, 2017 Articulos

Siguiendo la estela de directores míticos del cine de acción, como Ridley Scott, John McTiernan, Luc Besson, Quentin Tarantino, Robert Rodríguez o los hermanos Wachowski (¿o debería decir hermanas?) llegan unos cuántos directores británicos y americanos que se están haciendo un hueco por méritos propios y que están creando lo que se viene a denominar «blockbuster de autor», manejan grandes producciones, pero con toques propios del cine de autor, dejando un sello propio y una marca personal reconocible en todos sus proyectos.


Matthew Vaughn:
Este británico que se dio a conocer junto a un Daniel Craig aún desconocido en Layer Cake ha conseguido hacerse un hueco en el cine de acción, sobre todo gracias a dos películas muy potentes: X Men Primera Generación, el primero de los reboot de la franquicia de la Patrulla X combinaba la acción y la sci-fi sin olvidarse de contar bien los orígenes y de mimar a sus protagonistas, nunca antes habían lucidos tan bien Magneto, Profesor X y Mística, entre otros. Asimismo, fue capaz de conseguir que otro cómic, Kinsgman, de Mark Millar, luciera en la gran pantalla desmitificando las películas de espías y la saga Bond y dándole unos nuevos aires más canallescos y ultraviolentos, sin olvidarse de la parte de gentlemen. Acaba de estrenar la secuela de Kinsgman: El Círculo de Oro y la tercera parte también recaerá en sus manos. Suya es la acción más hiperbólica, el sentido del ritmo preciso y las ganas de divertir al personal.



Guy Rutchie: Irreverente, violento, exagerado y videoclipero, el británico ha convertido al detective Sherlock Holmes y al Rey Arturo en héroes contemporáneos con sus revisitaciones convenientemente modernizadas, sin olvidarse de las partes más «lumpen» y sacada de los bajos fondos de su filmografía, como Lock & Stock, Snatch: Cerdos y diamantes y RockNRolla. Su estilo visual tan particular y sus pastiches transgéneros son tan amados como odiados por el público, no existen términos medios.


Edgar Wright: El director de la denominada trología del Cornetto: Zombies Party, Arma Fatal y Bienvenidos al fin del mundo tiene una gran habilidad para combinar acción, con terror y comedia. Asimismo, volvió a sorprender con la más romántica y musical Scott Pilgrim frente al mundo y este verano nos ha traído Baby Driver, la cinta de atracos perfecta, por su sincronía entre imágenes y banda sonora, su dinamismo y adrenalina, filma las secuencias de acción como si se trataran de un mecanismo de relojería suizo.

David Leitch: Empezó como especialista en cine de acción para terminar como uno de los directores de acción americanos del momento. Con John Wick y secuela creó una manera de rodar la acción ultraviolenta muy particular, con míticos planos secuencia, cierta frialdad y distanciamiento y violencia a raudales. Con Atomic Blonde siguió la misma estela, aunque con un guión un poco más trabajado, consolidando a Charlize Theron como musa del cine de acción. Será el encargado de la secuela de Deadpool y seguro que vuelve a dejar su marca.

Doug Liman: Fue capaz con Bourne y secuelas de traer a la realidad a un espía amnésico interpretado por Matt Damon en unas películas que combinan la acción con los hechos reales. Se acercó a la ciencia ficción con Al filo del mañana, junto a Tom Cruise con el que volvió a trabajar en Barry Seal, película que le acerca más al Scorsese más juguetón e irreverente. Este director norteamericano es capaz de hacer fácil lo más difícil y siempre con un grado de verismo que hiela la sangre.

Neill Blomkamp: Este realizador sudafricano, con nacionalidad candiense, ha sido especialista en combinar de manera magistral el cine de acción con el de ciencia-ficción, buena prueba de ello son películas tan notables como District 9 y Elysium. Su estilo naturalista le acerca al género documental, utilizando muchísimo el recurso de cámara en mano sin temblarle el pulso. Espectáculo, acción a raudales y sci-fi al servicio de uno de los directores de acción más personales de la actualidad.

Nicolas Winding Refn: El maestro de la estética, en sus películas es casi más importante la forma que el contenido. Desde Walhalla Rising hasta Drive, Solo Dios Perdona y The Neon Demon, este realizador danés nunca nos deja indiferentes, para bien o para mal. Profeta del esteticismo puro, de la provocación desde las imágenes y del neo-noir ultraviolento, su estilo es tan particular como reconocible y, por ello, con tantos seguidores como detractores.

SONIA BARROSO.-

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