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Una vida en tres días es la nueva película de Jason Reitman, director de Juno, Up in the air y Young adult. Especialista en películas donde los personajes están muy bien definidos y viven sus problemas personales en contraposición con los demás. Si en Juno era una adolescente embarazada que toma una sabia decisión, en Up in the air era un hombre solitario volcado en su trabajo y en Young adult era una inmadura trenteañera instalada en su pasado adolescente, en esta ocasión la película se centra en Adele, una mujer divorciada que apenas sale de casa, pues se encuentra sumida en una depresión. Su hijo Henry es quién se ocupa de la mayoría de tareas y sólo se tienen el uno al otro. La aparición de Frank, un fugitivo al que dan cobijo, cambiará su perspectiva vital, pues se deshace en atenciones hacia ellos.
La gran baza de la película es ver a ese trío protagonista: la madre, interpretada por Kate Winslet, una mujer en horas bajas que encuentra en Frank, encarnado por Josh Brolin, un motor para seguir adelante; y su hijo adolescente, a través de cuyos ojos y actitudes vamos descubriendo su manera de ver el mundo que le rodea, gracias a una portentosa actuación de Gattlin Griffith, que está a la altura de la pareja.
Así pues, se trata de un melodrama pasional y familiar, donde a veces es más importante lo que se entrevee que lo que realmente se comunica. Un acertado retrato sobre la soledad, la depresión y las nuevas esperanzas en una vida desesperanzada, que sabe llevar con pulso maestro y con una dirección impecable, Jason Reitman, tal y como nos tiene acostumbrados. No es su mejor película, pero sí que es un notable trabajo a tener en cuenta.
JR PALOMAR.-
