TODO EL DINERO DEL MUNDO: AVARICIA Y CRUELDAD

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Todo el dinero del mundo, de Ridley Scott, ha estado envuelta de polémica antes de su estreno. El motivo, como ya debéis saber, fue que Kevin Spacey, que interpretaba al magnate del petróleo J.Paul Getty fue borrado de un plumazo tras su escándalo sexual y sus escenas fueron rodadas de nuevo, y en sólo 8 días, esta vez por Christopher Plummer, quien ha obtenido merecidamente una nominación al Oscar por su papel.

La cinta narra en clave de drama y de thriller trepidante un suceso basado en hechos reales: El secuestro del joven John Paul Getty III (Charlie Plummer), nieto de magnate, por parte de la mafia calabresa. Así pues, es la historia de un joven despreocupado de 16 años, abandonado por todos menos por su madre, interpretada por Michelle Williams, su única aliada, que contrata a un negociador Fletcher Chase (Mark Wahlberg) y que se enfrenta a su ex suegro, a los secuestradores y también a los medios de comunicación de la época. El choque entre estos dos personajes tan distintos entre sí, la madre luchadora, sufridora e incansable y el abuelo, presentado como la encarnación del mal, es lo que hace que la película tenga aún más interés y se eleve por encima de cualquier propuesta de acción y de intriga de similares características.

A Ridley Scott no le tiembla el pulso a la hora de filmar de manera prodigiosa, como nos tiene acostumbrados, una trama ambientada en 1973 en estupendas localizaciones de Roma y Londres, y en que se tratan temas como las familias disfuncionales -con drogas y divorcios de por medio-,siendo un estudio sobre la crueldad y la avaricia, ya arraigada en el seno del propio entorno familiar, y representada en la figura del cabeza de familia, Christopher Plummer-, a quien solo le interesa su fortuna.

Claramente, es una historia sobre la corrupción y el poder del dinero y sobre las miserias morales de una familia que no ha alcanzado la felicidad, sino todo lo contrario, a pesar de tener, como reza el título, todo el dinero del mundo. A mí, personalmente, me ha sorprendido muy positivamente y la recomiendo para todos aquellos a los que les gusten los thrillers con transfondo moral.

ANTONIA CARILLA.-

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