The power es una historia con los ingredientes más clásicos del terror: monjas, hospitales, oscuridad, niños y espíritus nocturnos. En la sección Panorama nos encontramos, en este caso, con una película que cumple con creces su cometido y que, incluso, va un poco más allá en cuanto la intriga que busca. A una joven monja le toca guardar el turno de noche en un hospital para niños en el Londres de los años 70 durante una crisis energética que obliga a cortar la luz a una determinada hora y, como es natural, por la noche aparece un espíritu de una antigua residente del hospital que busca venganza. Cumplidora y bien rodada, con momentos de cierta tensión, no inventa nada nuevo en el género, pero tampoco da gato por liebre al espectador. El final es coherente y como siempre nos enseña que el mal puede adoptar muchas formas y algunas son cercanas.
El páramo es una propuesta española (producida por Netflix, que la estrenará en plataforma en el próximo Enero) que participa en la sección oficial donde, casi como una obra de teatro, en un escenario vemos a una pareja (Inma Cuesta y Roberto Álamo) y su hijo (inmenso el niño Asier Flores) viviendo aislados del mundo en una cabaña en el campo y sobreviviendo de lo que cultivan, alejados del mundo en una época de guerra. Un debut más que notable de David Casademunt en una película donde el miedo, la soledad y la locura van cogidos de la mano y donde el peso que recae sobre los hombros del joven Flores es enorme para un niño tan joven. Y es que la película lo toma a él como protagonista absoluto (junto a Cuesta) y, desde el primer minuto hasta el último, seguimos sus vicisitudes en esta lucha contra el miedo que toma forma de ente que los acecha. El miedo a estar solo, a morir solo, es el auténtico motor de la película y la actuación de Cuesta es excelente a medida que su personaje se deja llevar por ese miedo, pero es el niño el que se lleva la palma ya que aguantar ante actores consagrados como Cuesta o Álamo pocos lo pueden hacer. Una propuesta más que recomendable y Casademunt y Flores dos nombres a seguir a partir de ahora.
www.robertviglasky.com
Silent night es una de las propuestas que en general más ha gustado al público en la sección oficial. Protagonizada por Keira Knightley y Mathew Goode tenemos una historia estremecedora que se mueve entre el humor negro y el drama, donde una cena familiar en Nochebuena acaba siendo la última noche en la Tierra debido a un virus que se propaga por el aire y mata a la gente de inmediato. De hecho, narra cómo serían las horas finales de la civilización y cómo cada uno lidiaría con ello. Todo dentro del marco de una cena familiar donde de por sí nunca son tranquilas y siempre salen a la luz secretos y reproches. A medida que pasan las horas y se acerca el fin la película encarrila hacia un final incierto y no es de extrañar que muchos comentarios al salir de la sesión hayan venido desde lo dramático y que sea difícil no quedar impactado o con un nudo en la garganta en su tramo final. Muy recomendable si uno quiere una propuesta fuera del terror más clásico o del gore pero sin que ello le reste impacto.
Tres es una muy original propuesta donde Marta Nieto sufre una desincronización respecto al sonido que le llega provocando que, en ocasiones ,sea capaz de oír el pasado. Una trama tremendamente original en la que el sonido genera el terror que sufre la protagonista, pero también acaba convertido en su arma para saber qué le sucede y por qué. Junto a Miki Esparbé en uno de los momentos más tiernos vistos en Sitges, el protagonismo y fuerza de Marta Nieto nos lleva desde el terror hasta la esperanza por las calles de una Barcelona de lo más cotidiana, demostrando que no hace falta planetas lejanos ni entornos hostiles para generar tensión (basta con cruzar la calle, por ejemplo). Evidentemente debido a su trama el sonido juega un papel fundamental provocando inquietud al que lo ve (y lo oye) a la par que la que sufre la protagonista, e incluso el espacio acaba afectado por ello, si pensamos en la relación que hay entre espacio, sonido y tiempo. Repito, una muy original propuesta que demuestra cómo se puede hacer un cine original sin necesitar grandes recursos con una buen idea, una puesta en escena y actores que lo hagan creíble el conjunto.
JOSE ISAAC PELLICER.-
