Menú
THE GUILTY: AL OTRO LADO DE LA LÍNEA
noviembre 21, 2018 Articulos

The Guilty, de Gustav Möller, está nominada a dos premios del cine europeo, mejor actor y mejor guión y no nos extraña en absoluto.  Con un sólo un actor protagonista, Jakob Cedergren, un policía que se pasa toda su jornada laboral en emergencias de una comisaria de Dinamarca, un único espacio temporal y un único punto de vista, y con un uso magistral del fuera de plano y de las voces y de los sonidos al otro lado de la línea, Möller construye uno de los thrillers más impactantes del año.

Y es que, está claro que con una idea original, un guión bien trabajado y que va dosificando la intriga y revelando poco a poco detalles del argumento principal, se puede hacer una excelente película. El escalofrío que recorre al espectador en cada conversación telefónica, en cada silencio, etc, va in crescendo e incluso el espectador -quizás el más sensible y humano- sentirá erizarse el vello bajo su piel, humedecérsele los ojos en varias ocasiones y acelerársele el corazón. Os aseguro que ha sido una de las experiencias en ficción reciente más reales y más escalofriantes que he vivido, su visionado deja bastante mal cuerpo.

Bajo el prisma del thriller y del drama y partiendo de un suceso familiar terrible -que no es lo que al principio cree el espectador que es, y no diré más para no hacer spoiler-, Möller construye un relato de luces y sombras, apoyado en los gestos, la mirada y la voz de Asger (espléndido Jakob Cedergren), el policía que protagoniza el relato, un hombre roto por dentro que ve en una llamada de auxilio la oportunidad de redimirse y cuyo caso se convertirá en su propia cruzada personal.

En tan solo 85 minutos, este relato de «terror» encubierto, que bien podría programarse como sesión doble junto a Custodia Compartidade Xavier Legrand (con la que tiene algún punto de conexión incluso) tiene más efectividad  e inteligencia que muchas películas de mayor presupuesto y duración. Una verdadera joya del cine de autor europeo de este año. No os la perdáis.

SONIA BARROSO.-

Deja un comentario
*