TERRORMOLINS EN CASA: TRAGEDY GIRLS, SLAPFACE Y I BLAME SOCIETY

Empezamos una serie de posts con nuestra cobertura de Terror Molins desde casa. Todos aquellos que tengáis la plataforma Filmin podéis acercaros a sus casi 50 títulos repartidos en sus diversas secciones (Videodrome Think, Obscure, Extreme, cortometrajes, documentales, etc). Las películas estarán disponibles progresivamente desde el 28 de octubre hasta el 21 de noviembre.

TRAGEDY GIRLS (TYLER MACINTYRE, 2017)

¿Hasta dónde están dispuestas a llegar dos bonitas y modélicas amigas del último curso de instituto para conseguir más seguidores en su blog y canal de youtube? Con esta premisa se arma Tragedy Girls, que es un cóctel de slasher, comedia negra y romántica en la que subyace una inmersión al lado más oscuro de las redes sociales. Sadie (Brianna Hildebrand) y McKayla (Alexandra Shipp) viven por y para conseguir notoriedad en su blog y redes sociales de «Tragedy Girls», obsesionadas con la sangre, las películas de terror y, muy especialmente. los asesinos en serie hasta el punto de capturar a uno. A partir de este encuentro (y con un pasado oscuro) ambas desencadenarán el terror en su instituto, alterando la tranquila convivencia en la ciudad del medio oeste americano dónde viven.

 

Una película que da lo que promete: Una amistad malsana entre chicas que puede verse trastocada por la presencia del mejor amigo de una de ellas (interpretado por Jack Quaid), una comunidad conmocionada por un creciente número de asesinatos a cuál más sanguinario, un serial killer al estilo de Mike Myers y Ted Bundy, toques de comedia negra y love story, así como algún giro de guión más inesperado. Sin olvidarnos de una crítica a la obsesión enfermiza por tener notoriedad y ser alguien en las redes sociales, al precio que sea. Una propuesta que no es del todo original y una fórmula ya vista, pero que es eficaz y que entretiene durante su hora y media de metraje. Si que es cierto que tiene un arranque potente y se estanca hacia la mitad, aunque remonta (¡y de qué modo) en una intensa e «inesperada» parte final, que quizás sea la que más sorprenderá al espectador.

Lo mejor: Alexandra Shipp en modo bad ass /queen of the night. Lo adorable que es Jack Quaid. El hech0 de que las final girls sean las asesinas. La amoralidad de su giro final.

Lo peor: Qué teniendo una atractiva premisa y una parte final potente, y aún queriendo subvertir los tópicos del subgénero, caiga en algunas situaciones de dejá vu.

Nota: 6/10. 

SLAPFACE (JEREMIAH KIPP, 2020)

¿Son las historias de terror que esconden otros dramas más personales las más interesantes? Probablemente así sea. Slapface sería una buena muestra de cómo conjugar las complicadas vivencias de un preadolescente, huérfano de madre, con una relación conflictiva con su hermano mayor con una trama con elementos de folk horror y de brujería, a través de la cuál se vehicularán los demonios interiores del propio protagonista. O cómo con elementos de terror -presencia de monstruos y de folk horror incluídos-, sirven para contarnos un drama íntimo de un chaval que está sufriendo la pérdida de su madre y que anhela encontrar su lugar en el mundo, enamorarse y ser aceptado.

Una película que se sustenta en un atmósfera tan ambigua como su historia, a la par que inquietante en algunas escenas. Y que Augusto Maturo, el joven protagonista, se carga a sus espaldas el peso de la trama con una interpretación llena de matices, con él es fácil que el espectador pueda empatizar. El film podría recordarnos a Un monstruo viene a verme, I kill giants o Déjame entrar en cuánto al peso del elemento sobrenatural en la vida del protagonista. Una película modesta, que nos habla sirviéndose del envoltorio fantástico del paso de la adolescencia a la edad adulta, del dolor de la pérdida. del bullying, de los primeros amores, etc.

Lo mejor: Augusto Maturo y sus pesares adolescentes. El uso del fantástico para relatar el drama íntimo.

Lo peor: Que esta idea ya se haya visto en otras películas anteriormente.

Nota: 7/10.

I BLAME SOCIETY (GILLIAN WALLACE HORVAT, 2020)

¿Os imagináis a Frances Ha o a la protagonista de Girls matando a alguno de sus ligues por amor al séptimo arte? Con una protagonista que podría salir perfectamente de cualquier película o serie indie o del mumblecore, por sus aspiraciones vitales y personales, e incluso por las líneas de diálogo que oímos en este film, I blame society está a caballo entre la ficción y el falso documental. Y nos cuenta cómo una aspirante a directora de cine se convertirá en asesina en serie para armar su próximo proyecto cinematográfico. La idea es original y pone sobre la mesa las dificultades con las que se encuentran las mujeres creativas o cineastas para que  sus creaciones y películas encuentren financiación y puedan ver la luz (por ello, quizás la secuencia con los productores sea la mejor de la película).

Un film de bajo presupuesto, ácido y crítico con una trama que se mueve entre la comedia negra indie y el slasher, aunque tarda en arrancar y cuya parte final es la más extraña e hilarante. Aún así, me ha costado conectar con un film que parte de una buena idea, aunque su ejecución sea algo irregular. La directora, que ejerce como protagonista, Gilliam Wallace Horvat, recrea a la perfección la paranoia de una directora en ciernes, que hará cualquier cosa para ver su slasher en la gran pantalla. Ella es el vivo retrato de que los sueños de su creación pueden producir delirios y sacar el monstruo que todos podemos llevar dentro.

Lo mejor: La idea malsana de que todos podemos llevar un asesino en nuestro interior. La crítica a las dificultades de las mujeres creativas.

Lo peor: Qué el espectador tarde en entrar en la película y que sólo lo haga en su tramo final.

Nota: 5,5/10

SONIA BARROSO.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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