TÁR: UN GENIO DE DUDOSA MORAL

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Scorsese catalogó TÁR como la salvación del cine, el rayo de esperanza que ha vislumbrado para el futuro. Como todas sus declaraciones públicas en los últimos años, una hipérbole más para atacar al resto de producciones contemporáneas, pero que sí nos indica el gran valor de la película de Todd Field.

Lydia Tár (Cate Blanchett) es una de las mejores directoras de orquesta del mundo y se prepara para dirigir la Sinfonía Nº5 de Gustav Mahler con la Filarmónica de Berlín. Tár lo ha conseguido absolutamente todo en su dilatada carrera, pero su ambición sin límites, su profesionalidad y su profundo amor por la música la llevan a seguir buscando nuevos retos.
Cate Blanchett – ganadora del Globo de Oro y muy probablemente del Oscar por su papel – crea desde el más pequeño gesto al más encendido de los diálogos un personaje complejo, frío y calculador que atrae de forma magnética tanto al resto de personajes como al propio espectador. Desde el primer plano de la película caemos inevitablemente en el encanto de Blanchett, que acapara todos los focos para profundizar durante más de dos horas y media en la vida y la psique de la interesantísima y enigmática Lydia Tár.

El guion y la dirección sobresalientes de Todd Field construyen la tensión de forma constante, sin que sepamos exactamente a dónde quiere llevarnos ni por qué. Ese es precisamente uno de los puntos fuertes que Scorsese ve en TÁR, que evita “llevarnos de la mano” como muchas de las producciones de hoy en día y, en cambio, nos sumerge en una situación oscura y complicada sin ningún tipo de concesión. Es una película adulta, que plantea debates sobre temas como la hoy en día archiconocida ‘cultura de la cancelación’ sin necesidad de tomar una postura firme, simplemente empujándonos a meditar sobre ello. Es buen ejemplo de esto una de las mejores escenas de la película, hacia su inicio, cuando Tár humilla a un alumno que se niega a interpretar a Bach por no comulgar con sus valores (del siglo XVIII). ¿Tiene sentido pasar por alto la música de un gran compositor por su misoginia? ¿Y hasta qué punto los errores pasados y presentes de la vida personal de Tár afectan también a su trabajo como directora? Estos son algunos de los dilemas que Field plantea a lo largo de la película y que la hacen tan desafiante y adictiva.

Es una lástima que uno de los tráileres de TÁR le hiciera tan poca justicia, ya que la película luce un montaje mucho más convencional y accesible para todos los públicos, a diferencia de la cinta experimental que vendía el avance. Sin embargo, sí que servía para simbolizar la sensación de inquietud que rodea a Lydia, los fantasmas que la ahogan y que poco a poco se ciernen sobre ella a medida que avanza la historia. Y es que si algún adjetivo puede definir la película es precisamente ese: inquietante. Una sensación creada de forma muy eficaz a través de la música, la actuación de Blanchett o las constantes escenas oníricas y que, sin llegar a caer nunca en el terror, ni siquiera al estilo del thriller, sí que producen cierta incomodidad y nos enganchan aún más a la pantalla.

TÁR es un regalo para todos los amantes de la música clásica, que disfrutarán de las constantes conversaciones sobre la materia, pero también lo es para el público en general, que gozará de este intrincado ensayo sobre la mente de un genio de dudosa moral.

MARTÍ ESTEBAN.-

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