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SOMBRA: ÉPICA Y TRAGEDIA EN LA ANTIGUA CHINA
mayo 16, 2019 Articulos

Zhang Yimou se caracteriza por una filmografía en la que se combinan las obras más íntimas y personales, sus dramas de personajes, tales como Vivir, Ni uno menos y El camino a casa, con obras más espectaculares en las que la estética se fusiona con la épica y las artes marciales, como es el caso de Hero y de La casa de las dagas voladoras. Más cercana al espíritu de estas últimas podríamos situar su nueva película, Sombra, en la cuál el prestigioso director chino reinterpreta el clásico Tres reinos: La épica de Jingzhou. El film se ambienta en la China medieval, más concretamente en el Condado de Pei, cuya corte y habitantes viven bajo un reinado sanguinario y peligroso. Así pues, el comandante militar de su ejército se verá obligado a recurrir a una «sombra», una especie de doble, para salvaguardar su vida ante las traiciones y amenazas en la corte. La batalla de Jing será crucial para el destino del reino y de sus habitantes. La hermana del rey y la esposa del comandante serán dos piezas femeninas cruciales en esta historia.

Particularmente, me costó un poco entrar en la trama de intrigas de la corte que propone Yimou, siendo, en mi opinión, la primera hora de la película en que se introducen los personajes y las relaciones entre ellos un poquito más difícil de atrapar al espectador, que puede incluso a sentirse un poco confundido en algunos momentos. No obstante, cuándo Yimou plantea los primeros entrenamientos entre el comandante, su mujer y su «sombra», en una especie de tablero en el que se han de equilibrar las energías del Ying y el Yang, la trama empieza a sumar enteros.

Las secuencias de la batalla en Jing -atención a las secuencias de los paraguas como arma de guerra bajo la lluvia- son de una planificación y de una resolución extraordinarias, armónicas y cautivadoras, como si de una danza se tratase. A todo ello, hay que sumarle su detallada fotografía de su director de foto habitual, Xiadoing Zhao, y su particular estética, ya que, aunque la película esté filmada en color, predominan los tonos negros, blancos y grises.

Es en la segunda parte de la historia dónde Yimou consigue equilibrar mejor todos sus elementos y logra que el cóctel entre épica y tragedia eleve la propuesta, también gracias, no sólo a la espectacularidad a la hora de ser rodada que he comentado, sino a las interpretaciones de sus protagonistas, en especial de Chao Deng (que tiene la particularidad además de interpretar un doble rol, el del comandante y el de su «sombra») y de su esposa Xiao (encarnada con gran convicción dramática por Lin Sun).

Así pues, nos encontramos ante un Yimou recuperado tras el estrepitoso fracaso de su aventura americana que fue La Gran Muralla. En esta ocasión, vuelve a intentar reconquistar a sus acólitos con una lujosa propuesta que puede satisfacer tanto a los amantes de las historias épicas de traiciones cortesanas, aventuras y fantasía ambientadas en la antigua China, como a los fanáticos de las artes marciales y de las tragedias más grandes que la vida.

SONIA BARROSO.-

 

 

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