SITGES 2022: AS BESTAS, BONES & ALL (HASTA LOS HUESOS) Y WOLFKIN KOMMUNIOUN

As bestas

El reino, Solo Dios perdona, Madre, la serie Antidisturbios…Con semejante e impecable currículum, Rodrigo Sorogoyen no tiene nada que demostrar y, en cambio, firma con As bestas una de sus mejores películas.

Ambientada en una aldea de la Galicia profunda, la película se muestra como una historia de rencillas vecinales, que abraza el thriller rural y el drama familiar, a partes iguales, y que puede resultar apasionante.

Antoine (Denis Menochet, actor habitual del cine de François Ozon) es un profesor francés cuya vida está consagrada a la agricultura y a la explotación de sus tierras. Viviría feliz trabajando de sol a sol con su mujer, interpretada por Marine Foïs, de no ser por sus vecinos, dos hermanos que le guardan absoluto rencor, un rencor que tomará dimensiones desproporcionadas y cada vez más violentas.

El manejo de la cámara de Sorogoyen para crear tensión de manera creciente y asfixiante se pone de manifiesto de manera evidente. Sin una gota de sangre, vemos cómo se va estrechando el cerco entre los dos vecinos gallegos y el francés.

En tres actos construye la historia, una historia en la que el trabajo interpretativo de los actores es clave para ponernos en situación. Siendo Luis Zahera una presencia inquietante y amenazadora, que contrasta claramente con el temple y el savoir faire de la mujer interpretada por Marine Foïs o con la progresiva pérdida de los papeles del marido, viendo con impotencia como ni la guardia civil ni él pueden hacer nada, a pesar de las amenazas sufridas ante el caciquismo vecinal.

En definitiva, una historia tremenda sobre la violencia entre seres humanos arraigada y primigenia.

 

Bones & all (Hasta los huesos)

Luca Guadagnino regresa con un festival de amor y sangre en Hasta los huesos. Una historia de canibalismo, sí, pero, especialmente, una historia donde el amor es más grande que la vida y puede «salvarles» de su condición.

Bones & all es un viaje, el de Maren, una chica que se siente perdida porque le gusta la carne humana. Y no quiere reconocer su condición. Hasta que se encuentra con Sully (un enigmático personaje) y se da cuenta que hay más que son como ella. Más tarde conocerá a Lee, un joven con un tortuoso pasado y un incierto futuro, que también lidia con la condición de caníbal.

En un tono de road movie en la que el romance es más grande que la vida, progresivamente vamos viendo cómo Maren y Lee van estrechando lazos mientras van en búsqueda de la madre de ella y se van topando con algunos inquietantes encuentros nocturnos.

El contraste entre luz y oscuridad, amor y sangre podría recordarnos a otros extraños viajes en la gran pantalla. E incluso a mundos vampíricos, como los planteados por Jarmush en Solo los amantes sobreviven, o por Park Chan-Wook en Thirst.

En todas sus vertientes tenemos a Timothée Chalamet, el chico perverso, vicioso, atormentado, novio ideal, etc, aunque la gran protagonista de la historia sea Taylor Russell. Una actriz a descubrir. En papeles menores, un Mark Rylance totalmente siniestro y extraño, que tendrá una importancia capital en el desarrollo de la trama. Y también volvemos a encontrarnos con Michael Stuhlbarg, en una escena de lo más inquietante.

Así pues, una love story con monstruos de carne y hueso, que sufren, aman y se cuestionan su condición.

 

Wolfkin kommunioun

¿Está ya todo inventado en el subgénero de la licantropía? Quizás sí, pero el belga Jacques Molitor le da una vuelta de tuerca sugestiva y envolvente en Wolfkin Kommunioun. Ya el poético lirismo de la escena inicial atrapa al espectador, -por no hablar del cierre bellísimo de la película-.

Aunque, sobre todo, es que el periplo de esa madre coraje, atrapada en una mansión con su aburguesada familia política ella sola, viendo cómo va evolucionando su pequeño lo que resulta bastante tremendo.

Cómo plantea la licantropía y evoluciona es muy acertado. Así como el tono de drama familiar y cuento de horror de una historia de lazos familiares -inquebrantables o no- que se cuece a fuego lento. Un fuego lento hasta que arranca literalmente al espectador de su zona de confort y no le suelta.

Una verdadera sorpresa, en la que horror y poesía se dan de la mano. Y, además, no está exenta de secuencias brutales y de personajes detestables como en toda fábula de horror que se precie. Una auténtica sorpresa a descubrir.

SONIA BARROSO.-

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