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RED ROCKET: LA CARA B DEL SUEÑO AMERICANO
mayo 5, 2022 Articulos

La cara B de Norteamérica o del sueño americano. Sean Baker es uno de los directores de cine independiente que mejor retrata esa otra América, la del white trash. Tras Tangarine y The Florida Project nos llega Red Rocket, que cuenta la historia de un ex actor de la industria del porno en Los Ángeles, venido a menos, que regresa a un pueblo de Texas a casa de su ex mujer y de su suegra, buscando una nueva oportunidad.

Las miserias personales y morales del protagonista, magníficamente interpretado por Simon Rex, son el hilo conductor de una película, a caballo entre del drama de «perdedores» y la comedia social. En esa vuelta al hogar y a la posible «redención» del protagonista habrá tiempo para soñar con una nueva vida. La aparición de una «Lolita» encarnada como deliciosa y coqueta vendedora en una cafetería de donuts pondrá en jaque las expectativas de este cuarentón, trastornando su mundo y el de su ex-mujer, por consiguiente.

El sueño americano, pensar que es posible empezar de cero, está sobrevolando en el ambiente de este film en que el espectador se ríe de tanta bajeza moral y «caradurismo» del personaje principal. El retrato de personajes secundarios es contundente, irónico y mordaz, partiendo de la ex mujer y ex actriz porno del protagonista y de su suegra hasta llegar a las vecinas traficantes de drogas chungas, y el amigo y confidente que vive en la casa de el lado.

Sean Baker se erige, de nuevo, como cronista de esta vida en los márgenes de la sociedad americana con personajes perdedores, pero con ilusiones, que buscan sin desfallecer su lugar en el mundo y en la sociedad. Ya lo hacía en Tangarine y en The Florida Project, con las que este Red Rocket podría formar una especie de trilogía apócrifa sobre los soñadores y perdedores de América, aquellos que están lejos del glamour de Hollywood y de las grandes mansiones de las estrellas, aunque viven con la ilusión intacta de que algún día podrán convertirse en ellas.

La fatalidad y el destino marcados contrastan con otro final apoteósico, made in Sean Baker, que sabe cómo llegar a los corazones de los espectadores, a través de la emoción pura, pero sin sensiblerías. Y, además, contiene la mejor utilización sonora y narrativa de una canción de NSYNC que se ha visto en una película y que resulta muy memorable. Una auténtica joya. No os la perdáis.

SONIA BARROSO.-

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