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Todas las mujeres, de Mariano Barroso, que parte de una serie de televisión adaptada a film, trata sobre la soledad de un hombre perdido en la cuarentena, un espléndido Eduard Fernández. La película de Barroso, de caracter intimista, nos cuenta las peripecias de Nacho, un cuarentón que trabaja con su suegro, al que le roba unas cabezas de ganado para venderlas en Portugal y obtener un dinero que le permita comenzar una nueva vida.
Con este leit-motiv, la cinta se articula en base a la relación y las conversaciones que el protagonista entabla con varias mujeres muy distintas entre sí: Ona, la joven y bella becaria, que le lía (Michelle Jenner); Marga, su ex-mujer, que ha triunfado en su profesión y en su vida, (María Morales); su abogada y ex-pareja, Laura (Lucía Quintana); Amparo, su madre, a la que sólo acude para solucionar sus problemas económicos (Petra Martínez); Carmen, su cuñada, comprensiva, de la que siempre se ha sentido atraído desde la sombra (Marta Larralde) y Andrea, una psicóloga a la que acude cuando se siente abrumado por su problema y sin escapatoria, (Nathalie Poza).
En base a estos encuentros con las féminas que, de un modo u otro, han marcado distintas etapas de su proceso vital, conocemos un poco más a Nacho, sus obsesiones, sus perdiciones, su capacidad innata de seducción -aunque sea un perdedor que no sabe qué hacer con su vida-, etc y todas sus neuras.
La película, de carácter más teatral que cinematográfico, en muchas secuencias, es una disección del alma humana de este pobre diablo perdido en sus obsesiones, incapaz de amar, ni tampoco de afrontar cara a cara sus problemas.
Y todo ello, lo hace sirviéndose de un guión milimétrico y muy dialogado, que no tiene línea de desperdicio, y de un cast en estado de gracia, en el que destaca, por encima de todo, y como viene siendo habitual en él: Eduard Fernández, absolutamente creíble en este rol, un poco de vuelta de todo y absolutamente a la deriva. Este personaje se define por oposición a todas estas mujeres quienes conformarán su situación, su identidad y su manera de afrontar la vida. Recomendable para marineros sin brújula que quieran tomar el timón de su atribulada existencia.
SONIA BARROSO.-
