PELÍCULAS BÍBLICAS PARA CREYENTES Y ATEOS

Desde el primer momento del nacimiento del séptimo arte las páginas de las sagradas escrituras se han convertido en un género más de lo que puede dar el celuloide. Así nos acerca a Salomón, Moisés o Abraham dándonos otra visión del pasado sin olvidarnos de que estas historias son parte de nuestras creencias que han perdurado de generación en generación sin trastocarlas en una sola línea. La memoria popular tiene algún conocimiento del antiguo testamento en gran medida por el cine y en otra parte por lo que aprendieron en la niñez.

El antiguo testamento enseña a ser más humano frente a las adversidades que puedan asaltar en la vida. El siglo pasado fue el siglo de los cambios, de la información y de los nuevos pensadores que aún tenían mucho que aportar a la sociedad. Hoy en todos los países civilizados saben leer y pueden adquirir una cultura base y a pesar de los tiempos que corren la enseñanza aún está al alcance de la mano. Esto no ha sido siempre así… El mundo evoluciona y todas o casi todas las evoluciones sociales que se han conseguido lo ha reflejado el cine con todas sus dudas y dificultades.

Cuando estamos cerca de la Semana Santa el estudio de estas películas se hace inevitable para el buen cinéfilo y este año con más razón porque hace poco se estrenó una de esos trabajos fílmicos que dejan huella… Me refiero a Noé interpretado Russell Crowe y que está invadiendo la cartelera con la historia del diluvio universal como una metáfora de algo más eterno.

Aprovechando esta oportunidad que me da la cartelera y la proximidad del calvario de Cristo voy a acercarme al génesis de cualquier historia bíblica de nuestro antiguo testamento que hoy en día es más nuestro gracias al siempre imperecedero cine.

SANSÓN Y DALILA (Cecil B DeMille, 1949)

Al recordar esta monumental obra cinematográfica nos damos cuenta que estamos viendo en imágenes uno de los episodios más conocidos del antiguo testamento la de Sansón interpretado por Víctor Mature y la seductora Dalila que da vida Hedy Lamarr. Si analizamos los porqués y los cómo de está película vemos que estamos ante un metraje entretenido pero a la vez muy interesante porque no se deja nada en el tintero Tampoco se inventa nada retratando palabra por palabra la narración de la Biblia; la industria del cine fue en está ocasión un transmisor para el mundo creyente y no creyente.

En Sansón y Dalila se nos enseña las maneras que hay para vencer a los filisteos (qué en mi opinión los filisteos modernos aún existen). Sansón es un hombre muy fuerte, duro de carácter pero a la vez sensible porque dentro de su grandeza se ve arrastrado por una mujer bella. Puede ser una metáfora de lo que alcanza esta producción llena de batallas de fe y de cantos a la libertad.

El personaje de Sansón en este filme es rico en matices. Según transcurre el metraje hacia un final de todos conocido pero que no deja de sorprender una y otra vez por la sencillez de la historia y la estructura de los acontecimientos que desembocan en ella. Sansón perdona al destruir con su fuerza un templo sagrado para sus enemigos pero antes se reconcilia con su amada que le había arrancado su fuerza cortándole su melena.

En el aspecto técnico, esta película es un auténtico despliegue de belleza technicolor donde los tonos vivos son un punto y aparte para el espectador y por esta razón esta obra tan espectacular como innovadora se hace un poco más moderna con el paso del tiempo. Sansón y Dalila quiere ser un hito para el erotismo cinematográfico, ése que carece hoy en día de sugerencias dando paso a lo pornográfico con mayúsculas, pero esta película nos trata de dar una lección sobre cómo hay que mostrar sin llegar a ser explicito ni indecoroso.

Así con este cóctel alcanzamos a vislumbrar las páginas del libro sagrado de la historia de Sansón y Dalila y por este suceso sabemos que hubo un día en que existieron unos filisteos para hacer del mundo un lugar más combativo; esa es la verdadera enseñanza de está producción inmortal que rejuvenece con el paso del tiempo siempre.

 

SALOMÓN Y LA REINA DE SABA (King Vidor, 1959)

La segunda película es una obra interesante porque mezcla el sensualismo con la aventura, aunque no es literalmente lo que cuenta las sagradas escrituras tiene algo de real y algo imaginario. Así nos adentramos en el mundo de Salomón (Yul Brynner) y su amor pasional por la reina de Saba (Gina Lollobrigida) pero esta historia de amor se sale de la Biblia para viajar por el contexto hollywoodiense. Este puede ser el núcleo de está cinta tan pasional como religiosa con escenarios que nos llevan al palacio del rey sabio viajando antes de Cristo.

Salomón y la reina de Saba también es conocida por una anécdota; el papel de Salomón lo iba a interpretar Tyrone Power pero éste murió en pleno rodaje así que está película se convirtió en una de las pocas rarezas fílmicas que han pasado a la historia del cine más que por su grandeza visual por un hecho trágico. Pero la cinta no se queda sólo en la muerte de su actor principal porque Salomón y la reina de Saba pretende ser un canto al amor místico, así nos muestra el amor, la pasión y la sabiduría.

En las dos horas y poco de su duración nos enseña dos caminos a elegir uno de ellos es la verdadera fe y otro muy distinto es el camino del poder, con la fe nos enseña el sentimiento, la pasión y la sabiduría para ir al bien pero este camino siempre es complicado.

Bueno, no quiero hacer un discurso religioso y yo diría que hasta cristiano pero lo que sí es verdad es que esta rareza de obra cinematográfico tiene el don de ser más de lo que parece. El director con sus planos consiguió reescribir la Biblia hacerla más moderna.

Y, ¿en dónde está esa modernidad?

La modernidad de está historia de amor está en como la cuenta, en las pausas que se inventa, en los originales giros de la historia (para ser una película de aventuras) y sin darte cuenta al terminar la película sabes que algo ha cambiado y que la etiqueta película bíblica, no pueden ser la mismas porque gracias a Salomón y la reina de Saba el cine llegó a vislumbrar la modernidad en el género de los profetas.

 

LA BIBLIA (John Huston, 1966)

Estamos ante una obra maestra, tal vez sea la mejor película sobre el antiguo testamento que se haya rodado nunca. En La Biblia, el director hace un viaje muy real al pasado bordeando el génesis como un viaje astral en el tiempo religioso para conocer de cerca a Adán y Eva, a Caín y Abel, a Noé…. Tal vez el único pero de este monumento artístico visual sea su larga duración, cerca de tres horas, pero las tres horas de claroscuros de silencios y también de grandes interpretaciones merecen la pena.

La Biblia narra los primeros veintidós capítulos del libro sagrado narrados al pie de la letra. Por ello, esta obra es el génesis de las cintas bíblicas y para conocer este subgénero hay que saber de la existencia de este trabajo colosal y elegante ya que fuera de la estructura argumental y visual está lo que hace única a esta película en el universo fílmico y es su reparto actoral: George C Scott, Peter O Toole, Ulla Bergrid, Richad Harris, Ava Gardner, Franco Nero o el mismo director John Huston en el papel de Noé.

Es una producción ítalo estadounidense que la hace más moderna no estando tan cerrada a los estudios americanos ni a su cursilería romántica y empalagosa. Pertenece a los filmes del cambio social que tuvo su auge en la década de los sesenta del siglo XX y aunque esta producción cinematográfica esté encuadrada en la biblia en ella hay una atmósfera en el cambio de estructura cinematográfico en esta obra tan inquieta y lenta que hace al espectador caminar a su mismo paso.

Los cambios en las historias bíblicas tienen una unión básica en esta película porque nos mete en una atmósfera totalmente diferente y eterna a la vez, así que la podemos ver como un encadenado de historias diferentes pero hermanas donde nos espera un final muy abierto mirando a un futuro de fe. Por eso esta obra es la piedra filosofal en la que se tienen que mirar todas las películas religiosas pasadas y modernas sin excepción.

Para terminar este pequeño estudio he llegado a la conclusión de que estas obras aunque se intenten acercar al libro sagrado jamás conseguirán igualar la verdad de las páginas de La Biblia que es un libro que merece la pena conocer y leer para crecer espiritual y mentalmente.       

JORGE GIRBAU BUSTOS.-

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