Menú
MICHAEL BAY: EVASIÓN O MARKETING.
febrero 18, 2021 Articulos

Estoy convencido que más de uno se está frotando los ojos al leer a quién se dedica este artículo. Lo entiendo. La figura del director que vamos a realizar está muy denostada por los círculos cinéfilos. Y como veremos, parte de esa reacción adversa puede estar en cierto modo “justificada”. Pero no es menos cierto que me parece un director clave para entender el mundo del cine actual, no el que lleva premios en festivales si no el que lleva al público al cine (y también al streaming como fue el caso de 6 underground ). Y que es un director interesante en analizar, algo que se hace menos de lo que debería. Así que vamos a ello.

VIDA Y MILAGROS

Nacido en los Ángeles en 1965, Michael Benjamin Bay ya tenía inclinaciones cinematográficas (como veremos luego) así que se graduó en Crossroads School for Arts & Sciences. Dos semanas después de terminar el postgrado, Michael Bay comenzó a trabajar en Propaganda Films, dirigiendo anuncios y videos musicales. De ahí se labró una fama como director de anuncios y videoclips que atrajo la atención de los productores Jerry Bruckheimer y Don Simpson. Estos reyes del action hero de los 80 lo eligieron para dirigir la primera entrega de 2 policías Rebeldes. Y a partir de ahí, bueno, el resto ya es historia.

LA VIOLENCIA COMO ESTÉTICA

Hay una anécdota de la infancia de este cineasta que define perfectamente su cine. Y es que cuando era pequeño, se le ocurrió la “brillante” idea de atar unos petardos a un tren de juguete y filmar el incendio del mismo con la cámara de 8 milímetros de su madre. Un incidente que según las crónicas acabó con los bomberos al rescate y la detención del joven Bay, pero que no frenó sus deseos de convertirse en cineasta. Y es que el cine de Michael Bay sin acción no es cine de Michael Bay. Incluso en sus cintas que pudiéramos alejar del género siempre hay violencia explosiva, exagerada y con una estética de videoclip muy marcada (el estilo “baythem”). Y es que el cine de Michael Bay parece una apología de la destrucción, pero en realidad es el reflejo de algo más inquietante: la de una sociedad capitalista de usar y tirar que se mueve en los términos de la hipérbole, la dispersión provocada por la era de la saturación de imágenes y la manipulación propagandística para vender juguetitos ( ¿y otras cosas?). Y es que no es de extrañar que algunos estadounidenses al ver la enésima entrega de Transformers dirigida por Michael Bay quieran enrolarse en el ejército. Aunque también es cierto que el mea culpa de Michael Bay a parte de su target es lo más contundente de su filmografía y además basada en un caso real: Si, estamos hablando de Dolor y Dinero, donde unos culturistas de encefalograma plano intentan conseguir el sueño americano (el del cine de Bay, ojo) a través de barbaridades tan absurdas e inhumanas que resultan una astracanada de humor negro, una tras otra.

LA IDEOLOGÍA COMO ESTÉTICA

Entonces…¿esta mal que nos guste su cine? ¿Puede ser que ese tipo de cine, visto desde el prisma de la social-democracia europea es muy diferente de la nuestra como para que contactemos con él? ¿Y entonces por qué tiene tanto éxito?

Para eso, nos tenemos que remontar en los años 80 y parte de los 90 y a su vez, usar mi experiencia personal con este material. Cuando yo era pequeño, como muchos, me crié viendo cine en el videoclub y esa época, fue la edad de oro de los action hero: Stallone, Van Damme, etc… Era cine de evasión, con guiones casi anecdóticos y prototípicos que eran excusas para ver al bueno vencer al malo. A su vez, era el cine ideal para inocular una visión maniqueísta del mundo donde USA eran los buenos y los rivales de la política exterior de Reagan eran los “malos”. Sin embargo, cuando uno es un mocoso y uno se salta la calificación por edades, no es consciente de que le están marcando un gol por la escuadra. Y lo mismo si eres un narrow-minded de libro que solo lee y se cree las opiniones que reafirman su sesgo político.

Cito esto porque Michael Bay es la evolución de ese cine en el cine de clase A. Su debut en cine nace en el inicio de la decadencia del cine de acción como blockbuster que acabaría paulatinamente en la serie B o Z como es el caso del cine de Seagal and CIA. Sin embargo, el cine de Bay halló un lugar donde trasladar sus tropos del cine de antaño al mundo milenial con una franquicia: La de Transformers, con 5 entregas a sus espaldas (y con calidad que personalmente calificaría siendo muy benevolente como muy irregular). Eso sí, que nos engañen. El mensaje sigue ahí aunque sí es cierto que ha perdido sutileza si es que alguna vez la tuvo…

EL SEXO COMO ESTÉTICA

Si existe una imagen que defina el “sexo como estética” en su cine a la perfección (aunque hay muchísimas en cada film por escoger) estaría en Transformers 2. En ella, Megan Fox (la gran “musa” de Michael Bay) aparece por primera vez en pantalla arreglando una moto ya que su personaje es mecánica y trabaja en un taller. Hasta ahí todo normal. El problema es cómo se representa eso. En esa imagen, la actriz se halla montando la moto en la que arregla. Y lo hace con un vestido de lo más sugerente y con una posición inequívocamente sexual.

Y es que esa es la gran asignatura de Michael Bay en su cine. Hoy en día, por fortuna, su estética heredera de su pasado como director de anuncios de una conocida marca de lencería, le pasa factura. El cine de Michael Bay busca siempre al público masculino (y heterosexual). Mientras, la representación de las mujeres del film suele ser un adorno y cuando tiene cierto peso en la trama, se suelen hipersexualizar. Una asignatura pendiente que la propia saga de Transformers quiso limpiar en el spin off de Bumblebee aunque eso sí, Michael Bay esta vez no la dirigía…

CONCLUSIÓN

El cine de Bay tiene muchas aristas (hay más que tocar pero no me alargaré sobre el tema) y eso que hemos hablado más del fondo que la forma. El montaje de sus films cada vez es más compulsivo y más difícil de seguir desde un punto de vista narrativo, pero desde un punto de vista simbólico es cada vez más obvio. No obstante, su público cada vez es menos para “padres” (con sus excepciones fuera de la franquicia robótica) aunque perpetúe parte de su iconografía en el presente y el público dirigido es aparentemente tan vulnerable como lo éramos los jóvenes de antes…¿o tal vez no? (¿era de información o sobreinformación?).

Para mí, no es una respuesta fácil pero sí tengo claras varias cosas. La primera es que el cine puede influenciarnos en nuestra forma de pensar, pero ese poder queda delimitado por la educación que recibamos. Dicho de otro modo, el cine no puede sustituir a una educación de calidad que debe ser de los padres primero y de los profesores después. Y es que ver cine de Michael Bay no implica que nos pongamos a quemar trenes de juguete o no seamos tolerantes… En segundo lugar, el cine de Michael Bay es cada vez más una parodia más de sí mismo (involuntaria normalmente) y se tiene que tomar como tal. Es un cine inverosímil, tan alejado de la realidad que, aunque pueda poner ciertos aspectos sociales delante de un espejo, lo hace a través de un espejo cóncavo y deformado. Y es por eso, que si tenemos que hacer una “lectura” de ese cine es que hay algunos aspectos de nuestra sociedad que hay que cambiar. En tercer lugar, que lo anterior no plantea ninguna cultura de la cancelación ante ese cine si no en todo caso, un espíritu crítico; y entender que, lo primero de todo antes de realizar ese análisis, es que no podemos poner en el mismo saco Armaggedon que 13 horas porque son de épocas distintas (los prejuicios y el análisis superficiales y sesgados es lo que trae siempre a malentendidos). Y por cuarto y último lugar, que el cine de Michael Bay (aunque tras lo dicho parezca contradictorio) está hecho para no pensar tanto. Es cine de acción de juguetitos que luchan unos contra otros y no es tan diferente a los juguetitos de Marvel de hoy en día que tienen mejor prensa. Y que su función principal es entretenernos, echarnos unas risas y evadirse de los problemas; que ya tenemos suficiente estos días que tener que crear más problemas con películas como estas.

Y por último, mi Baythem Top:

THE ROCK
PAIN AND GAIN
13 HOURS

JOAN BOTER.-

Deja un comentario
*