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Retornados, de Manuel Carballo, que se presentó en la reciente edición del Festival de Sitges, no es una película de zombies al uso, ni tampoco un thriller médico y hospitalario, aunque tiene elementos de ambos subgéneros.
El guión y la trama es interesante como punto de partida: Los zombies pueden parar su proceso a través de inyecciones y parecer humanos normales, para ello pero se tiene que obtener la proteína a través de los cuerpos de los zombis.
El resultado es que hay menos medicamentos y la historia explica cómo se sobrevive ante la escasez y trata de el tráfico de medicinas, cómo se obtienen y las consecuencias de estas acciones. Los zombies seguirán siéndolo hasta que encuentren una cura sintética para mantenerse normales, por ello, son tratados como enfermos crónicos. Quizás aquí radica la originalidad de la premisa del film, pero más allá de esto, es el vacío.
Uno de los principales problemas son los actores, pues no transmiten nada, ni sentimientos,ni furia, ni venganza, ni tristeza, sino que actúan de modo mecánico. A pesar de que Claudia Bassols y, en especial, Melina Matthews, tienen papeles que podrían haber dado bastante juego.
El otro handicap es la dirección, que pretende dar un toques a lo Cronenberg de Rabia o el Soderbergh de Contagio, y se queda muy lejos de estos ilustres predecesores.
En definitiva, una película con un planteamiento notable, pero que naufraga en su desarrollo, dirección de actores y realización. Una pena.
JR PALOMAR.-
