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LOS AÑOS MÁS BELLOS DE UNA VIDA: DUELE EL AMOR
septiembre 8, 2019 Articulos

Los años más bellos de una vida es el reencuentro de Un hombre y una mujer, 53 años más tarde del momento en que iniciaron su relación. Ella, Anna (Ainouk Aimée) era guionista de cine viuda y con el recuerdo muy vivo de su marido, mientras que él, Jean (Jean-Louis Trintignan) era un piloto de carreras tan temerario como mujeriego. Vivieron una historia de amor tan tierna como pasional que cambiaría sus vidas para siempre.

En el momento actual, el que trata esta nueva película de Claude Lelouche que ahora se estrena, Jean es un anciano que no ha perdido ni un ápice de chispa y socarronería, que conserva la mirada traviesa, aunque tiene alzheimer y está en una residencia para ancianos. Un buen día recibe una inesperada visita, Anna, a la que Jean no reconoce, aunque le recuerda poderosamente a aquella Anna que tanto amó en su juventud. Ambos entablarán conversación y él se irá dando cuenta de quién es ella y ambos percibirán que la llama todavía está bien viva entre ellos. Aunque la pasión de juventud se ha convertido en una relación en la que la memoria -los recuerdos o la pérdida de ellos- y el paso del tiempo serán claves para volver a rememorar aquellos instantes de felicidad y romanticismo juvenil. Es, de nuevo, una película hecha de pequeñas grandes conversaciones, de miradas, y en la cuál el gesto más insignificante del mundo posee una verdad y una honestidad conmovedoras y llenas de ternura.

Lelouche compone un film-puente con Un hombre y una mujer, a la que homenajea y con el que dialoga directamente, a través de flashbacks que nos remiten a aquella película original en los que podemos conocer los aspectos claves de aquella relación. Es hermoso comprobar que Francia en general y París en particular le puede doler tanto a un espectador totalmente rendido a los encantos del seductor Jean y de la bella y sensible Anna – o bien transportado por sus propios recuerdos amorosos personales- como a los propios protagonistas de aquella intensa historia de amor. Un amor de aquellos que derrumba y hace cambiar a una persona para siempre.

Tan maravillosos como ellos está Monica Bellucci en una pequeña, aunque emotiva intervención junto al ya anciano galán francés. Además es tremendo comprobar cómo, a pesar de que haya pasado más de medio siglo, el encanto de la pareja protagonista sigue intacto.

En definitiva, un drama romántico insuperable sobre el proceso de la memoria, las lagunas y el olvido, el inexorable  paso del tiempo y las huellas imborrables del amor. Una película repleta de sensibilidad y sin un ápice de sensiblería. Un estreno realmente conmovedor que no podéis escapar seáis o no admiradores de la obra original. Aquellos amantes del cine francés, de la Nouvelle Vague y de las historias de amor más grandes que la vida vamos a caer rendidos.

SONIA BARROSO.-

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