LE MANS 66, QUEMANDO RUEDAS EN UNA GUERRA DE TITANES

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Le Mans 66

Le Mans 66 es un producto comercial de gran calidad sobre un suceso histórico que marcó la industria automovilística durante los años 60: la feroz rivalidad entre Ford y Ferrari, que desembocó en una lucha de egos y una guerra sin cuartel por ganar las 24 de Le Mans, una carrera automovilística de resistencia en la que la segunda empresa tenía el liderazgo absoluto. En esta película se narran estos hechos adornados con escenas épicas y trepidantes que nos dejan sin respiración y en las que casi podemos percibir el olor a rueda quemada, combinadas con otras de gran tensión emocional que dan como resultado un cóctel muy entretenido.

Toda su estructura sigue las directrices de la fórmula mágica de las producciones estadounidenses sin salirse ni un milímetro y con personajes arquetípicos, pero aún así sigue dando excelentes resultados. Tenemos delante una metraje de dos horas y media que mantiene la atención del espectador en todo momento y le pone a mil en más de una ocasión. No aburre al público, más bien al contrario, seguramente éste se pegará la mitad del tiempo pisando el freno con el pié izquierdo y con una lagrimilla pugnando por salir en ciertas escenas clave y muy bien construidas para lograr tal efecto. Eso sí, pocas sorpresas vamos a encontrar.

Se apuesta fuerte por la lucha entre los fríos negocios y la pasión por este deporte, que viene representados por los dirigentes de la compañía Ford por un lado y por el equipo de ingenieros, pilotos, diseñadores, etc… por el otro. Christian Bale y Matt Damon hacen unas magníficas interpretaciones de sus personajes, a pesar de estar limitados por las exigencias de la fórmula mágica de la Industria norteamericana dirigida al gran público.

Sus personalidades, un poco macarras, con gran humor ácido y algo de mala leche, llenan la pantalla completamente, dotando de gran interés a la historia. El personaje de Bale es Ken Miles, un piloto e ingeniero de difícil trato e incontrolable que es un crack en su campo, pero que se sale de la imagen de marca que busca Ford. En todo el metraje se le presenta como un rebelde que busca su sueño, lo que suscita la admiración y el cariño de los espectadores. Lo contrario pasa con el malo de la película, Leo Beebee, interpretado por Josh Lucas, también un personaje muy típico, que choca frontalmente con la personalidad de Miles desde el primer encuentro y hará todo lo que tenga en su mano para dificultarle el camino hacia la meta. Y en medio tenemos a Carroll Shelby, Matt Damon, también piloto e ingeniero, muy canalla, realista y con un sentido del humor irónico y algo ácido, que, a veces, se deja tentar por el dinero y la fama.

Alrededor pululan los personajes satélites como los de la mujer y el hijo de Ken Miles o el resto del equipo de ingenieros, que son la comparsa o coro, de los protagonistas y sus intereses.

En mi opinión, el director, James Mangold, ha logrado presentar unas escenas de acción palpitantes, pero que se quedarían sólo en una carcasa, espectacular aunque vacía, sin los altibajos emocionales de los personajes principales, que dotan a toda la película de una gran fuerza.

Esta producción de 20th Century Fox se estrena el 15 de Noviembre en los cines españoles y estoy segura de que va a seducir tanto a los amantes de este deporte como a los que no lo siguen.

DÁCIL MUÑOZ.-

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