LAS BRUJAS: VUELVE EL CLÁSICO DE ROALD DAHL

(1 votes, average: 3,00 out of 5)
Loading...

En 1990 se adaptó este cuento de Roald Dahl (autor conocido por muchos, entre otras, por obras como Charlie y la fábrica de chocolate) en la película llamada La maldición de las brujas, dirigida por Nicholas Roeg e interpretada en su papel de bruja malvada por Anjelica Huston. En este caso que nos ocupa la película está dirigida por Robert Zemeckis, el cual parece haberle cogido el gusto por las películas familiares-infantiles. Aunque sus películas más conocidas son de esta temática (Polar Express) o de aventuras (Regreso al futuro) – algunos echamos de menos al director de Lo que la verdad esconde o Naufrago, donde arriesgaba más hacia un público más adulto. Aún así, yo personalmente, a la persona que hizo realidad Regreso al futuro o Forrest Gump le dejo que haga lo que le plazca (como si quiere dedicarse a hacer anuncios de desodorante).

En Las brujas de Roald Dahl, Zemeckis se deja llevar por la historia de estas brujas que montan un aquelarre en un hotel con la intención de hacer desaparecer a los niños del planeta y convertirlos en ratoncitos. Sin spoilear (aunque uno ya se imagina por donde van los tiros) no lo tendrán fácil gracias a sus primeras víctimas, que siendo ratoncitos les van a complicar y fastidiar sus planes. Aunque parezca una simple historia para niños esconde más de lo que aparenta y creo que es en parte por querer reflejar mejor el texto de Dahl. El diseño de las brujas, más
monstruos que brujas, se vé genial y estoy convencido que es en parte gracias a la labor de otro de los co-guionistas de la película, el señor Guillermo del Toro. Aún así, no es una película de Del Toro, no creer que es oscura ni pesadillesca en ningún momento: el estilo es de Zemeckis. Es luminosa, es positiva en su mensaje final y el conjunto en global es satisfactorio.

Los actores y actrices salvan la papeleta sin estruendos. Anne Hathaway se la vé disfrutando en su papel de villana pero tampoco es para tirar cohetes, y menos aún Octavia Spencer, que sigue haciendo el papel de siempre de señora bonachona y tierna, aunque en este caso sea lo que pide el guión. Stanley Tucci haciendo de director de hotel aparece poco y podría haber sido también un antagonista digno, pero no se le ve por la labor. Los protagonistas, como es habitual, son los ratoncitos y allí está el público al que va dirigido: a los niños/as. Pero se agradece que no pretenda tomarlos por tontos y se les ofrezca un contexto previo que en otras manos podría resultar aburrido y tedioso y aquí es un primer acto interesante en cuanto ofrece la visión del modus operandi de las brujas y el mensaje de no confiar en los extraños que se acercan a ti con regalos envenenados.

En conclusión, una buena película familiar que aunque no destaque por nada en particular ni creo que vaya a ser recordada en un tiempo, sí que ofrece un producto de entretenimiento digno de ver en sala de cine en compañía de los pequeños de la casa.

JOSÉ ISAAC PELLICER.-

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *