LA LEGO PELÍCULA 2: YA NO TODO ES FABULOSO

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Me considero fan de todo el universo Lego, desde las maquetas (que no tengo más por básicamente falta de espacio) hasta la animación hecha, con esa mezcla de diversión y autoparodia (de los videojuegos, todo y haberlos jugado casi todos, me han acabado agotando por no innovar en su fórmula). Así que la decepción sufrida tras haber visto La Lego película 2 no ha podido ser mayor, que sin ser una mala película ha perdido mucho de la frescura inicial de la anterior entrega.

Por partes: en 2014 se estrenó La Lego película dirigida por los hasta entonces poco conocidos Phil Lord y Christopher Miller. La película sorprendió a propios y extraños puesto que sus directores y guionistas supieron crear un universo de personajes y de referencias a las marcas de Lego y hacerlos interactuar entre ellos que cautivó a público y crítica (su no nominación al Oscar de animación fue altamente criticada). Esto y la canción “Todo es fabuloso”, que la cantaban en todos lados y que de por sí era todo un puñal lanzado a las canciones buenrolleras de Disney convertidas en una parodia.

Por tanto, el estreno de su secuela se antojaba como una vuelta de dichos personajes (con el torpe y feliz Emmet a la cabeza junto a Supercool y, como no, Batman, la verdadera estrella de la primera parte) a sus aventuras y a esa relación con el mundo real (recordemos que todo en realidad ocurría en el garaje de Will Ferrell donde su hijo jugaba con su colección de Lego). Pero, al final, lo que ha ocurrido ha sido que La Lego película 2 me ha parecido una simple secuela sin apenas atisbos de aquella alma gamberra de la original.

En este caso, la cinta parece más preocupada de agradar a los pequeños que a los mayores -lo cual me parece estupendo, pero la anterior era disfrutable por todos con un equilibrio entre personajes y tramas y cameos que aportaban esa dosis de crítica hacia determinadas franquicias como DC o Star Wars, mientras que ahora el guión ha perdido gran parte de esa magia y se basa en ser una aventura infantil-. Aparte de algún cameo inesperado y divertido (que ojalá acabe siendo una línea de maquetas y no digo más por no spoilear la sorpresa) la película se mueve en sus dos primeros tercios en una típica aventura infantil sin gancho más allá de la típica situación de recuperar a los amigos perdidos.

Ni tan solo hay un villano al nivel de la primera parte (el cual era una representación del padre visto como villano a ojos del hijo por no dejarle jugar a sus maquetas y allí tambien ha perdido frescura, con el trasvase del mundo Lego al mundo real que sí funcionaba en la anterior entrega y aquí podría haberse convertido en algo más interesante de lo que acaba siendo). Precisamente no pude evitar pensar en parte a medida que se acercaba el final (cuando para mí mejora la película, en parte) en Toy Story 3 por si se decantaba la historia por allí. Pero no. En ese momento es cuando la peli te vuelve a recordar el público al que va dirigido y ese no era yo (tampoco tengo claro si a los niños les gustó, mi hija en particular no me pareció que saliera entusiasmada como sí salió de Los increibles 2 o de Spiderman: un nuevo universo. Y ese es el mayor problema que le veo, el no tener un rumbo fijo y jugar a varios temas sin acabar de decantarse por uno, y de ahí la sensación de olvidar la película nada más haber salido por la puerta, sin apenas haber impactado en mí.

En conclusión, un film que seguro agradará a un público infantil, pero que le falta algo más de mala baba para entrar al juvenil y al adulto. Le pongo un aprobado rascado.

JOSÉ ISAAC PELLICER.-

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