No recordaba en Sitges una inauguración tan mágica como La Forma de Agua, de Guillermo del Toro. La historia se centra en Elisa -sensible y arrebatadora Sally Hawkins-, una limpiadora muda de un laboratorio donde se hacen experimentos científicos durante la Guerra Fría en Baltimore, que tiene una vida sencilla: Comparten afición al cine y a los pasteles con su amigo Giles (Richard Jenkins), un artista también algo solitario y con no demasiada suerte; cuenta con ratos animados en el trabajo con su compañera de limpieza, la charlatana Zelda -Octavia Spencer, lúcida y divertida-…Pero sus rutinas se ven alteradas con la llegada de un ser al laboratorio, mitad hombre mitad pez (Doug Jones), que es objeto de la crueldad del jefe de seguridad ( Michael Shannon!), que lo considera una bestia inmunda. Aunque pronto Elisa descubrirá que este hombre amfibio demuestra cualidades de inteligencia superior a la que se le presupone y comenzará a entablar una relación de amistad que irá a más…
La película es una fábula romántica sobre la soledad, sobre la necesidad de sentirse completo y comprendido y sobre el valor de la diferencia, todo ello en un acertado cóctel de géneros, que transita desde el fantástico, pues no deja de ser una love-story con monstruo; el cine de terror; el cine negro y que incluso coquetea con la comedia y con el musical al más puro estilo del Hollywood clásico. Además, juega con algunas bazas que la hacen una película mucho más redonda que, por ejemplo, La cumbre escarlata -acercándose más a la perfección de El laberinto del fauno-. Ya que tiene un guión muy bien elaborado, un ritmo narrativo oscilante, que va envolviendo al espectador; una potente factura visual -hay imágenes poderosas e inolvidables- y sonora -qué preciosa es la partitura de Alexander Desplat-.Así como cuenta con unos personajes entrañables que acaban calando en el espectador, especialmente Elisa, Giles, Zelda, el hombre amfibio e incluso el Dr.Hofftetler -un estupendo Michael Stuhlbarg-. También posee un gran villano, ya que la composición de Michael Shannon, un ser cruel y violento, está llena de matices y consigue que el espectador acabe odiándolo profundamente.
En definitiva, La Forma del Agua rezuma Amor al Cine por todas sus costuras. Romántica, poética y mágica -es cierto que Del Toro se acerca a Amélie, de Jean-Pierre Jeunet, pero creo que es un aspecto positivo.- La Forma del Agua va a enamorar y a emocionar a las plateas, hecho por y para soñadores del celuloide.
SONIA BARROSO.-
Estoy deseando verla 😀
Cuando la veas, me comentas qué tal. No me esperaba que fuera tan bonita. Besitos!
Empate técnico en la porra del Faces, ¿no? Lo del guion de Get Out nos descuadró a todos. Bueno, al menos Sonia pudo cumplir su preferencia y «El Hilo Invisible» ganó mas de un «premio»…
Pues sí, el tema Oscars ha quedado en tablas 🙂 y al final, ha habido sorpresa con Get Out