CRUELDAD Y CODICIA

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En Macbeth la sangre inunda el escenario, es viscosa, densa y no se limpia con agua en los rostros manchados ni de los puñales de los asesinos y es natural que lo domine todo, ya  que es la trama principal de de la película con los crímenes y pesadillas de Macbeth en primer plano (soberbio Michael Fassbender), quien maquina o asesina empujado por la codicia del poder, que se muestra en los sueños de tres brujas y también por la manipulación de su mujer Lady Macbeth (correcta Marion Cotillard), quien frustrada, quiere el reinado a toda costa.

El crimen en Macbeth se impone como un destino, no tiene elección y es inevitable.
El director, Justin Kurzel, ha brindado especial atención a la puesta en escena, plasmando imágenes de la versión más cruel posible de la tragedia de Shakespeare y así, lograr captar el espíritu y grandeza poética de la obra, también en las batallas a lo largo del film. Macbeth es épica en su belicosidad e introspectiva en los pensamientos y acciones de sus protagonistas.

De los actores hay que considerar uno de sus principales logros haber evitado la teatralidad, ya que tanto expresan sin necesidad de apoyarse en las palabras, Fassbender/Macbeth con la potencia de su mirada y los mil matices de un carácter en constante metamorfosis, al representar además, la vulnerabilidad de un esposo dubitativo y sensible a los deseos de una mujer manipuladora, Cotillard/LAdy Macbeth. A la crueldad  implacable de un tirano se contrapone un rostro angelical, una mujer con una maternidad frustada y un corazón carcomido por la codicia y la culpa.

En definitiva, una adaptación densa y valiente, cruel e instrospectiva de la obra magna de Shakespeare.

JR PALOMAR.-

JR PALOMAR.-

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