LA CASA JUNTO AL MAR: FÁBULA SOBRE EL PASO DEL TIEMPO

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En La Casa junto al Mar, Robert Guédiguian construye una hermosa fábula moral a partir de la reunión de tres hermanos en la casa familiar en una cala cerca de Marsella con motivo de la enfermedad de su padre. Los hermanos son tres de los actores habituales de la troupe del director marsellés: Su esposa en la vida real, Ariane Ascaride, que interpreta a Angèle, la hermana menor, una reconocida actriz de teatro con una profunda herida por cicatrizar; Jean-Pierre Darrousin que encarna a Joseph, aún afectado por el despido en el trabajo en toda la vida y con problemas amorosos con su novia joven Bérangère (Anaïs Demoustier) y Gérard Meylan, Armand, el mayor, que se ha quedado atendiendo a su padre y preservando el restaurante familiar. Los días trascurrirán entre conversaciones y reuniones con amigos del pueblo, como el pescador Benjamin (Robinson Stévenin), el médico Yvan (Yann Tregouét) y los padres de Yvan, que pondrán de manifiesto cómo afecta el paso del tiempo a las personas y a los rincones de la memoria, tanto físicos como emocionales.

Con una poesía sobre la vida cotidiana llena de sensibilidad y delicadeza, Robert Guédiguian habla sobre el dolor y el sufrimiento, sobre las heridas y la proximidad de la muerte, pero no es un discurso triste y desesperanzado, aunque hay escenas que así pueden parecerlo. El director de Marius et Jeanette y Las nieves del Kilimanjaro crea una película conmovedora, de aquellas que dejan poso emocional en el espectador, sobre todo a través del amor -visto como regenerador y nueva ilusión o como sentimiento que acompaña a toda una existencia en común-; y a través de la solidaridad -con una subtrama que puede chocar a más de uno sobre unos niños que sirve para poner en sobre la palestra la difícil situación de los inmigrantes refugiados que llegan a las costas con la esperanza de lograr una vida y un mundo mejor-.

La casa junto al mar, además de conectar temáticamente con su obra fílmica anterior, también lo hace, en particular, con una de sus primeras películas, al incluir una escena de juventud de los protagonistas con el I want you, de Bob Dylan, como tema musical de fondo. En definitiva, un film que es tan pausado como el vaivén de las olas del mar como de gran calado por su trasfondo íntimo, social y político.

SONIA BARROSO.-

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