La búsqueda de la felicidad, escrita y dirigida por Dominic Savage, nos presenta un retrato duro, directo y sin medias tintas de lo que supone para muchas mujeres desprenderse de sus sueños y ambiciones para convertirse en las perfectas amas de casa. Actualmente la sociedad ha avanzado de forma que la gran mayoría de las parejas deciden turnarse en sus trabajos para que ninguno tenga que renunciar a su independencia en pos de crear una familia, pero es innegable que aún hay un gran número de mujeres que realizan dicho sacrificio.
El filme nos narra la vida de Tara (Gemma Arterton), un ama de casa que parece tener una vida envidiable junto a sus dos hijos y su marido Mark (Dominic Cooper). Sin embargo, la depresión está haciendo mella en Tara, cada vez soporta menos a su marido, sus hijos y su vida en general. Hastiada de la situación, Tara tomará una drástica decisión afectando con ella a todo su entorno.
Sin lugar a dudas uno de los puntos fuertes, por no decir el mayor, es la interpretación de Gemma Arterton, la actriz inglesa le saca todo el jugo a un papel que por otro lado es un auténtico caramelo para una actriz. Probablemente siendo consciente del regalo que suponía al personaje, la actriz decidió involucrarse también como productora ejecutiva. Acompañándola en el reparto destaca un Dominic Cooper con un personaje mucho menos exigente, pero al que sabe otorgarle los suficientes matices como para hacerlo interesante.
En el desempeño de la dirección, Savage rueda con sutileza la historia del matrimonio, imprimiéndole un ritmo pausado a la obra que ayuda a introducirnos en la depresión de la protagonista, lo cual potencia con el repetir de las situaciones un día tras otro para tener la misma sensación de bucle en el que vive el personaje de Tara.
Sin embargo esta repetición, la cual se encontraría entre lo positivo del largometraje, llegado un momento se torna en su contra convirtiéndose en una deficiencia al provocar en el espectador la sensación de estar viendo la misma escena que hemos visto diez minutos antes y que volveremos a ver diez minutos después, básicamente que no nos están contando nada nuevo y que por tanto no está pasando nada en el desarrollo de la trama.
Además de esto, encontramos un segundo problema que lleva al filme a parecer inferior a lo que realmente es, este consiste en un giro muy poco creíble durante el tercer acto que chirria en un guión que se había basado en relatarnos todo desde el punto de vista más realista posible.
En definitiva estamos ante un historia contada con elegancia, con una actriz sobresaliente, y la sensación de que es necesario tomarse unas horas para terminar de degustarla, ya que la primera impresión que nos queda es que podría haber sido mejor, sin embargo a medida que pasan las horas tras su visionado le vamos encontrando más virtudes que defectos.
JOSU DEL HIERRO.-