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JEREMY THOMAS: «ANTES DE EL ÚLTIMO EMPERADOR, BERTOLUCCI ERA UN PROSCRITO»
mayo 2, 2022 Articulos

El último Emperador, Feliz Navidad Mr. Lawrence, Crash, Soñadores, El Cielo Protector, 13 asesinos, First Love, Pinoccio, Solo los amantes sobreviven…Cronenberg, Jarmush, Miike, Garrone, Roeg, Bertolucci son solo algunos de los directores impresionantes a los que Jeremy Thomas ha producido sus trabajos en 72 películas en total.

En BCN Film Fest se le concedió el Premio de Honor del Festival a Jeremy Thomas, así mismo se le ha homenajeado con la proyección de parte de su filmografía en un ciclo en la Filmoteca de Catalunya.

Mark Cousins le define en su documental Jeremy Thomas, Una vida de cine como el príncipe, y yo creo que tiene razón, Jeremy Thomas es sin duda alguna El Príncipe del Cine Independiente Europeo. Aunque no por serlo es un hombre sencillo, llano y cercano. En sus ojos se percibe sabiduría, aunque no hay orgullo en sus palabras, sino humildad y cercanía. justo lo que define a los grandes.

-Muy buenas. Estamos algo nerviosos… (risas).

Jeremy Thomas: No hay que estar nerviosos delante de nadie. Ni siquiera delante del juez. (risas). No hay ninguna persona a la que temer.

-¿Qué tal su estancia en Barcelona? ¿Has visto algo de Sant Jordi?

J.T.: Muy bien. Muy agradable. Es una ciudad preciosa con una filmoteca increíble. Y no, aún no. No he salido del hotel (risas).

-Usted que trabaja como productor desde los años 80, ¿qué diferencias encuentra entre el cine con el que comenzó y este nuevo cine del siglo XXI?

J.T.: Mi primer trabajo fue en 1967, hace 55 años. Y produje mi primera película en 1975, pero ya conocía el mundo del cine desde que era un adolescente y estaban los estudios de filmación de niño. Evidentemente, lo que más ha cambiado en el cine es la tecnología a la hora de filmar la película, cámaras digitales, equipamientos ligeros, no se utiliza película…y el modo en el que se muestran las películas al público también ha cambiado, está irreconocible. Excepto que la cámara graba, la acción con actores, la historia y gente que mira, es la única relación que queda.

-Ha trabajado con grandes figuras del cine como David Cronenberg, Takashi Miike, Bernardo Bertolucci…¿Cómo es trabajar con estos directores en la distancia corta?

J.T.: Es un regalo para mí, pero el mundo ha cambiado tanto que los directores de las series no se consideran del mismo modo como yo considero a un director de cine. Un director de cine es un ítem del que puedes prescindir en una serie de televisión, ni siquiera es la persona principal, el showrunner que le llaman, que es un escritor que a la vez es director. Él creció y todavía no sabe cómo se hacen las películas (risas) Sabiendo totalmente que el director es la figura principal en cuanto a la parte creativa de la película y sin su intervención la película es difícil que sea buena. Hasta ese punto ha cambiado la cosa pero sigo siendo un fan del cine eh. Lo era de niño y lo soy ahora y he intentado trabajar con gente a la que respeto.

-En el documental con Mark Cousins, Jeremy Thomas, Una vida de Cine (The Storms of Jeremy Thomas), hemos visto que ha vuelto a realizar su anual viaje a Cannes y siempre con la intención de presentar películas. ¿Las películas siguen presentándose a la industria a través de festivales?

J.T.: Sí, para mÍ es importante. Es donde entra por primera vez el oxígeno en los pulmones del bebé y si recibe buen oxígeno, entonces a la gente le gusta la película, hablan de ella, a suficiente gente le gusta la película y hay a quien no le gusta. Entonces la película empieza a caminar entre el público del mundo y luego tiene que continuar sola porque un productor independiente no tiene millones de dólares para pagar el marketing. Por lo tanto, los festivales son muy importantes para mi porque puedo robar mucha publicidad, puede atraer a los productores y tener prensa desde Finlandia hasta el sur de Chile. Periodistas, distribuidores…todo el mundo está ahí. Y haces que la película viva contra todo riesgo, contra toda probabilidad a través de un festival cinematográfico. Este es el modo en el que piensan los productores.

-Cannes es un mercado de cine. Siempre se ha dicho que es una parte de glamour y otra de mercado, ¿no?

J.T.: Hay muchos festivales que van en paralelo. Y el dinero va circulando para que las películas sean posibles y la crema llega a la superficie y es cuando se hacen las selecciones. Es un verdadero ecosistema.

-¿Quién es Mr. Thomas en la vida real más allá del productor?

J.T.: Trata de pasárselo lo mejor posible, intenta estar en este mundo de un modo positivo y pasarlo bien, pero no a lo tonto, sino pasarlo bien. Tiene una vida normal, tiene hijos, nietos, animales domésticos, pollos, como cualquier otra persona, pero soy lo contrario de un hombre que aspira a jubilarse. Descansar, relajarme, no me gusta, no soy una persona que quiera hacer eso. Algunos sueñan con hacer eso pero yo cuando me despierto pienso en ponerme a trabajar, pero no trabajar de ir a trabajar y ponerme en una mesa a escribir sino hacer mi trabajo de relacionar cosas, leer un libro o mirar algo pero siempre con una idea en mente al final. Y tengo mucha suerte de tener ese cerebro privilegiado.

-Quería hacerle un par de preguntas sobre su filmografía. ¿Feliz Navidad, Mr. Lawrence fue la puerta que le llevó hacia El último emperador por su conocimiento del cine oriental?

J.T.: Sí. He hecho películas ambiciosas en ubicaciones concretas. Mi primera película en Australia era un western y después he empezado a trabajar en Marruecos, Austria, Jamaica…Y Bernardo Bertolucci tenía la idea de hacer una película en China, no era el director más prolífico porque había hecho La Luna, Novecento….y era un proscrito. Y tenemos aquí un hombre de 40 años y que me dijo “ven conmigo, vamos a cenar en mi restaurante chino preferido”. Y yo no tenía ni idea, me pareció divertido. Y pum, aquí tienes los libros (risas). Y nunca pensé que iba a trabajar con Bertolucci, para mi es el Dios del cine. Y me escogió a mí y yo le di lo que pedía. La gente me pregunta por qué trabajo con estos directores y les digo que es porque son mis preferidos, a parte de mi familia, son mi amor, me encantan los directores (risas). Me siento en el cielo cuando hablo con ellos y puedo hablar de cosas que tenemos en común y que hacen que mi trabajo sea maravilloso.

-Hablemos de la obra de Terry Gilliam. Usted produjo Tideland justo después del desastre con El hombre que mató a Don Quijote. ¿Cómo se encontraba en ese momento Terry Gilliam?

J.T.: Le ayudé mucho porque es un gran amigo y produjimos Tideland juntos. Y bueno lo quiero mucho, él no produjo esta película, fue su hija la que lo hizo. E hicieron esta película y yo intenté ayudarles con las ideas, como productor ejecutivo, pero yo quería protegerlo, a Terry, de los derechos a la película que había perdido y yo utilicé mi imaginación con personas que trabajaban ara mi para asegurar que pudiera hacer la película y además que lo hiciera de un modo seguro. Pero él no estaba en el set de producción.

SONIA BARROSO.- (EN ENTREVISTA COMPARTIDA JUNTO CARLOS GARRIES, DE ESTUDIO CINETECA)

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