IT: EL MIEDO Y CÓMO AFRONTARLO

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El Miedo y cómo afrontarlo es la clave de It, la nueva película de Andrés Muschietti, director de Mama, que adapta una popular novela de Stephen King . Y cuando decimos Miedo en mayúsculas nos referimos al que vivirán un grupo de niños de la localidad estadounidense de Derry en el tránsito de la infancia a la adolescencia en el que será el verano más escalofriante de sus vidas.

Estamos a finales de los 80, concretamente en 1988, cuando Georgie, el hermano de Bill (Jaeden Lieberher) desaparece sin dejar rastro una tarde de tormenta tras llevar a flotar por la calle su barquito de papel, una más de las inexplicables desapariciones de niños que vive el pueblo desde hace décadas. Un año más tarde, Bill y sus amigos del cole, apodados los «perdedores» por la otra pandilla que les acosa y les ataca violentamente, tendrán que superar sus miedos individuales hasta dar con la «guarida» de Pennywise (un irreconocible y muy escalofriante Bill Skarsgard), un payaso bailarín de aspecto y risa diabólicos que se les aparece de mil y una formas y en multitud de lugares.

Con esta premisa y utilizando algunos recursos y lugares comunes, propios del género de terror, como casas encantadas, sótanos, desagües, alcantarillas, etc, Andy Muschietti nos transporta a un doloroso y terrorífico paseo por la infancia y sus temores, como el de hablar con desconocidos, tener miedo a la reacción de los propios padres, a ser violentado, a ser rechazado, al propio cuerpo, a descubrir el primer amor, etc. Porque, aparte de ser una película de terror, éste es también un film sobre la infancia en tránsito, como ya lo era la reciente Verónica, de Paco Plaza.

En este caso, este grupo de amiguetes y sus peripecias puede bien recordarnos a las pandillas de Los Goonies, Cuenta Conmigo y Super 8: Sus salidas en bicicleta, su curiosidad innata, sus ganas de explorar y conocer cuánto les rodea, sus necesidad de autoafirmación y de valerse por sí mismos… Incluso nos puede remitir, inevitablemente, a los veranos de nuestra infancia y preadolescencia. La película es un canto a la Amistad y a la Unión por encima de todo, como remedio que cura todos los males. Porque el Miedo y la Crueldad a veces está latente dentro de nosotros mismos y de quiénes nos rodean.

No obstante, aunque los protagonistas sean niños no es una película destinada a un público infantil ni adolescente, sino dirigida al público adulto, que se verá atrapado de manera incesante por una narrativa sin fisuras y un ritmo desasosegante que no te suelta. Hay violencia, hay sangre, hay sustos -gracias a unos efectos y un maquillaje muy logrados- y, especialmente, existe ese dolor por la infancia perdida y no recuperada, y por ese Miedo que debe superarse, que lo impregna absolutamente todo. Y vamos a flotar, de «Eso» no tengáis ninguna duda.

SONIA BARROSO.-

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