Infiltrado en el KKKlan, de Spike Lee, recoge el testigo de otras películas anteriores del combativo director afroamerocano para situarnos en este caso en los 70’s en una historia basada en hechos reales. La del policía de color de Colorado, Ron Stallworth, quien, haciéndose pasar por un supremacista blanco, actuó como agente infiltrado telefónico, y consiguió contactar e infiltrar en el KKKlan a un colega de su sección de investigación, Phil, policía de origen judío, que se hacía pasar por un nuevo miembro de este grupo que alababa la supremacía blanca en América.
La película, a caballo entre el policíaco y el drama de denuncia socio-política me ha atrapado de principio a fin por su ambientación setentera, por la sólida construcción de los personajes, más allá de su pareja protagonista (John David Washington y Adam Driver cuenta con un buen plantel de secundarios, entre los que destacan Laura Harrier como la presidenta del sindicato de ) y por poder recuperar al Spike Lee más combativo tras Malcom X. Además de contar con una inspirada banda sonora del jazzista Terrence Blanchart y de varios homenajes a la Blaxploitation.