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GLORIA MUNDI: LA INSOLIDARIDAD Y EL SACRIFICIO
noviembre 28, 2019 Articulos

Gloria Mundi es la nueva película de Robert Guédiguian en la que ha vuelto a su escenario habitual, el que mejor conoce, su Marsella natal para, a partir de un nacimiento , el de Gloria,-espectacular y emotiva escena inicial sobre el milagro de una nueva vida- confrontar a dos generaciones y sus respectivas preocupaciones laborales y familiares.

Por un lado, están los padres de Gloria, ella dependienta de una tienda a la que la hacen la vida imposible, él conductor de Uber, que sufre un desafortunado incidente. Ambos se verán obligados a pedir ayuda a la familia de ella. Y se pondrá de manifiesto la insolidaridad de sus coetáneos (la hermana de ella y su cuñado millenials ambos y arribistas y ambiciosos propietarios de una cadena de tiendas de una especie de cadena de cash converters). La actitud egoísta de los más jóvenes, que viven por y para el dinero y para la satisfacción de los placeres inmediatos (sexo, pornografía…), y que contrastará claramente con la empatía y el apoyo de la generación de los más mayores para con sus descendientes. Y Gloria, la bebé, como espectadora inocente, promesa y esperanza de las generaciones venideras.

Además, el film refleja a la perfeccción la preocupación de la madre de las protagonistas, limpiadora de un barco y que no puede permitirse el lujo de la jubilación anticipada. La vuelta del padre de las chicas, tras pasarse media vida en la cárcel, y la ayuda del que las ha hecho de padre durante muchos años, un afable conductor de autobús, serán determinantes en la resolución de los acontecimientos.

Otra vez, cómo ya apuntaba en su film anterior, La casa junto al mar,  vuelve a remarcar el contraste entre las dificultades de clase obrera con la Marsella más turística, una ciudad del sur de Francia, dónde sus trabajadores sufren los envites del precario mercado laboral. El discurso entre perdedores y ganadores, vencedores y vencidos, además, se pone de manifiesto con extrema crudeza en la tremenda parte final de la historia. El peso (o no) de los lazos familiares y los sacrificios que se pueden hacer por amor, serán las piezas claves en la resolución de la trama.

En definitiva, que Guédiguian vuelve a golpear la consciencia de clase, mostrándose cada vez más desencantado del mundo que le rodea. Aunque, esta vez, el activismo sea más familiar y generacional que propiamente social y político, cómo en épocas anteriores. Un drama de impactante resolución, que dejará al espectador poso para la reflexión posterior a la salida del cine.

SONIA BARROSO.-

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