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FLORA Y ULISES, UNA ADAPTACIÓN MUY FLOJA
febrero 21, 2021 Gran Publico

Flora y Ulises, que se estrenó este viernes, 19 de febrero, en Disney +, se basa en un divertido libro escrito por Kate DiCamillo y ganador del premio Newbery Medal: Flora y Ulises. Las aventuras iluminadas. Por lo visto, esta novela infantil juvenil ha sido un bombazo en EEUU, y no es para menos, porque la autora desarrolla magistralmente el universo de una niña que se escuda en el cinismo para esconderse de la tristeza y la soledad. La clave está en esperar y nunca albergar esperanzas… hasta que aparece Ulises, una ardilla con superpoderes… y el más poderoso de todos el del amor, como ya se verá al final. Por mi parte, la premisa de la que parte esta producción no podía ser más atractiva, al menos para los padres, pero he de decir que el intento por adaptar tan profundos sentimientos y emociones que se transmiten desde el papel fracasa estrepitosamente en la gran pantalla.

La película se ha quedado a medio camino entre el argumento de pensamientos profundos y la simplona peli de aventuras humorísticas con personajes caricaturescos sin llegar a destacar en ninguna de las dos vertientes. Siempre he pensado que si tienes que cambiar algún detalle del libro al adaptarlo al formato cinematográfico tiene que ser para sumar y en beneficio del lenguaje audiovisual, pero en este caso se sacan de la manga cambios que sólo restan profundidad a la trama y personalidad a los protagonistas.

Las escenas de humor gratuitas rompen con el mensaje de soledad de la protagonista y difumina el argumento principal  que versa sobre los muros que construye para defenderse de los reveses de la vida y que una ardilla va rompiendo poco a poco a golpes de amor sencillo y sin dobleces. Todo esto, queda reducido a chistes tontos y destellos deslavazados de la añoranza de Flora por lo que perdió.

Las películas familiares de este tipo suelen tener una doble lectura, la infantil y otra un poco más adulta, pero en este caso creo que se han quedado cortos tanto en unas como en otras por no haber sabido entretejerlas para tener a ambos públicos enganchados. Con lo que queda reducida a una película de aventurillas para pasar el rato, que no es poco, pero cuando te lees el libro, realmente esperas mucho más.

De hecho, encuentras muchos guiños al libro, pero metidos casi con pinzas y que no se pueden entender sin una lectura previa del mismo, la cual recomiendo, por cierto. Sacan muchas cosas de contexto que pierden toda su fuerza argumental y el espectador se queda preguntándose  a qué narices ha venido eso.

Flora es una niña que abraza el pensamiento cínico y se rige por la máxima de nunca ilusionarse con nada, simplemente esperar a ver que pasa, porque la vida ya la ha desilusionado demasiada veces. Sus padres, por su parte, también viven sus propios altibajos emocionales del que se defienden como pueden: obsesionándose con algo o dejándose llevar sin luchar por sus sueño. Todos navegan por su propio océano de soledad a pesar de estar rodeados de gente. De repente, ocurre un accidente. La aspiradora de la vecina, la Ulises 3.000, aspira una pobre ardilla, que verá pasar su vida frente a sus ojos, pero que encuentra un destino muy diferente. Uno que Flora quiere que esté plagado de aventuras para luchar contra el mal, como su personaje de cómic favorito Incandescento, pero que su nueva amiga la ardilla está llenando de ilusión, poesía y magia. Algo que una pequeña cínica no concibe por mucho que espere… hasta que le explote en la cara.

El resto de personajes que desfilan por el camino de Flora son maravillosamente especiales… en el libro, pero en la película se quedan en típicos y encasillados en el papel que les toca vivir como coro al argumento principal. El ejemplo que más me ha quemado a la vista ha sido el del villano, con el que cambian todo el sentido a la historia. Para mí, la mayor metedura de pata del guión con el fin de seguir alimentando el absurdo esquema de que el malo, tiene que ser malísimo, ridículo en la mayoría de las ocasiones y llevarse el castigo que se merece que suelen seguir las películas infantiles de Disney. A veces no hay malos, sólo personas equivocadas o que eligen portarse mal en alguna ocasión porque cree que el fin justifica los medios. A veces no hay blancos y negros, sino grises que basculan entre el bien y el mal como el común de los mortales.

Tampoco creo que plasmen muy bien como, tanto la madre como la hija, enfocan todas sus esperanzas en algo para huir de sus problemas. En el caso de Flora, invierte todos sus esfuerzos en hacer de Ulises un superhéroe al uso sin tener en cuenta las propias aspiraciones de la pobre ardilla, que hará todo lo que pueda por no decepcionar a la persona que tanto quiere, pero también por no renunciar a sus sueños.

En definitiva, tocan muchos hilos argumentales del libro, pero, en vez de hacerlos brillar, acaban estropeando la comedia de humor simplón en la que acaba derivando y que da lugar a una película entretenida para una sobremesa si tienes hijos a los que les haga gracia los animalitos animados digitalmente. Una pena, porque una buena adaptación del libro hubiera dado lugar a una maravilla, aunque tengo que admitir que era un reto muy difícil.

DÁCIL MUÑOZ.-

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