PIG: EN BUSCA DE LA CERDITA TRUFERA PERDIDA

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Los últimos años, el bueno de Nicolas Cage parecía haberse estancado en un tipo de papeles «más explosivos», es decir, en personajes que acababan utilizando los estallidos de violencia más salvajes y descarnados como modus operandi. No vamos a hablar aquí de Mandy o de Willy´s Wonderland, en las que la brutalidad, el gore y los elementos más bizarros hacen acto de presencia, sino de Pig, de Michael Sarnoski (atención a su próxima película, Un lugar tranquilo 3) , que supone un giro de 360 grados respecto a ese tipo de producciones, así como el regreso del Nicolas Cage más reposado, más introspectivo y más dramático. En la línea de papeles como el de Leaving Las Vegas, de Mike Figgis, que le reportó el Oscar al mejor actor en 1996 (y que inauguraba, por méritos propios este especial).

Pig nos cuenta la travesía emocional y, por ende, vital de un hombre melancólico y taciturno, alejado del mundanal ruido prácticamente, al que su vida dará un vuelco inesperado cuándo unos desalmados le secuestren su cerdita trufera. Este animal no es un «pretexto ni alivio cómico», como pudiera parecer por la descripción del argumento, sino más bien el detonante de que el protagonista vuelva a la ciudad. rompiendo su aislamiento. Es significativa la relación con el resto de personajes, especialmente con un chef de cocina y con un chico que se convertirá en su compañero de fatigas, debido a las circunstancias. No vamos a desvelar más aspectos de la trama, sino a contaros que Nicolas Cage está en las antípodas de convertirse, de nuevo, en un actor cómico, desfasado o «carne de meme» para ofrecernos una interpretación muy contenida, introspectiva e íntima.

Pig se convertirá en la odisea de un hombre, un «cazador de trufas» misántropo que ha perdido a su «fiel compañera» al ser secuestrada, y que intentará recuperarla por todos los medios, viajando de Oregón a Portland. El director, más allá de este periplo y de la búsqueda de la cerdita, no se olvida incluir una crítica a la sociedad de consumo, crítica que subyace bajo este drama íntimo.

Una película que puede sorprender por su tono triste, melancólico y pausado, bastante alejado de las últimas incursiones «violentas» del actor o, incluso, de su anterior estreno, El insoportable peso de un talento descomunal, ficción a caballo entre la comedia y el cine de acción, en la que se interpretaba a sí mismo y que podéis encontrar en una vídeocrítica, si queréis saber qué nos pareció. No sabemos aún si este nuevo tono dramático imperará en las próximas películas del actor o bien será flor de un día. Sea como sea, celebremos volver a ver a Nicolas Cage en un rol más serio y «grave» del que últimamente nos tiene acostumbrados pero que, probablemente, no contente a los fans del Nicolas Cage más gamberro. Asimismo, Pig es una rara avis en su filmografía y también dentro del panorama de estrenos veraniegos. Sin duda, si buscáis una pequeña historia con vises de «rareza» aquí la vais a encontrar.

SONIA BARROSO.-

 

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