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ESPECIAL CAGE 4: 60 SEGUNDOS Y EL SEÑOR DE LA GUERRA
julio 14, 2022 Articulos

60 segundos (2000)

Robos, coches, adrenalina y velocidad. Con esta premisa es fácil empezar a hablar de la saga protagonizada por Vin Diesel y el malogrado Paul Walker, A todo gas. Sin embargo, una de las estrellas del cine de finales de los años 90 y principios de los 2000, nuestro querido, amado e idolatrado Nicolas Cage, protagonizaba esta electrizante cinta dirigida por Dominic Sena (Operación Swordfish) y en donde compartía protagonismo en un reparto coral con caras como Angelina Jolie, Giovanni Ribisi, Robert Duvall, Timothy Olyphant o Vinnie Jones.

Una trama simple pero sencilla, robar 50 coches de lujo en una noche. Una peli de acción donde ésta está bien medida y en la que el encanto reside en la química entre personajes, la belleza de los bólidos y en las dificultades que van surgiendo a lo largo del camino para reunir a la banda y hacerse con los coches. En su cara menos buena está un villano que se muestra amenazante en su presentación pero que poco a poco se diluye convirtiéndose en un mafiosillo de baja estofa. El contrapunto es el inspector de policía Castlebeck -interpretado por Delroy Lindo- el cual quiere cazar al bueno de Nicolas pero que se ve ante una trama policial aún mayor, resultando algo irreal la decisión que toma al final de la película.

Por la parte de Nicolas, aquí nos encontramos una actuación bastante sobria. Lejos del meme y la exageración, Cage cumple con creces mostrándonos a un personaje que ha sabido reconducir su camino tras una vida al margen de la ley, pero al que una circunstancia familiar le hace volver a enfundarse la chupa de cuero y volver a ser, en palabras del personaje, “un hombre muy malo”. La química con Jolie se siente real, así como la relación que tiene con su hermano y el resto de los miembros de la banda. No es un líder, pero todos saben que pueden contar con él y que el objetivo llegará a buen puerto si le siguen, siendo esto algo que el espectador también es capaz de percibir. También se siente real la relación de amor-odio que tiene con Eleanor, un Ford Mustang Shelby GT-500CR que actúa casi como el verdadero villano de la película y que es toda una preciosidad envenenada de coche.

Otro punto positivo de la película es la fantástica elección de la banda sonora. Artistas como Moby, Gomez, War, George Thorogood & The Destroyers entre otros, acompañan a la banda sonora compuesta por Trevor Rabin y que armonizan una película muy entretenida y recomendable.

El señor de la guerra (2005)

En el año 2005 Cage se encontraba a un paso de convertirse en meme. Leyenda del cine ya era dada su dilatada, variopinta y exitosa filmografía hasta entonces y aún nos dejaría algunas muy buenas cintas más antes de su particular descenso a los infiernos interpretativos.

En El señor de la guerra, Cage se puso a las órdenes de Andrew Niccol (Gattaca) para darnos a conocer a Yuri Orlov, traficante de armas de ascendencia ucraniana. Un personaje que esta ligeramente basado en Viktor But, traficante de armas real, apodado, entre muchos otros nombres, como “el señor de la guerra”. En esta película el protagonismo lo comparte con Jared Leto en el papel de Vitaly Orlov, hermano del protagonista, y también con Ethan Hawke que interpreta a un acérrimo policía de la Interpol obsesionado con pillar a Cage.

Es una película narrada a modo de diario. Una cinta biográfica donde Cage hace de narrador y donde nos muestra su devenir como traficante de armas. Su tren de vida, los distintos conflictos personales y morales que tiene, así como la relación con su hermano. Se echa en falta ver más puntos de vista sobre lo que la película cuenta, quedando algo coja en ese sentido. Es una película que durante todo su metraje está criticando todo el tráfico de armas mundial pero que no es hasta la última parte, el último diálogo, donde la reflexión que promueve la película se vuelve menos velada y más explícita. Como curiosidad hay que indicar que la asociación Amnistía Internacional recomendó en su momento el visionado del filme por el tratamiento crítico que la cinta hacía al tráfico de armas.

Aquí Nicolas esta comedido. La impronta del personaje parece hacerle efecto y vemos una actuación profesional, con los excesos propios del personaje que interpreta, pero sin los aspavientos tan típicos en él en cintas posteriores. Jared Leto, sin embargo, sí destaca por su interpretación, haciendo un personaje que le viene como anillo al dedo dada su excéntrica personalidad y que borda en los planos en los que aparece.

El señor de la guerra es una cinta cruda. Dura en algunos momentos y hecha para hacernos reflexionar. De nuevo, una película que no os podéis perder.

RUBÉN TOLEDO.-

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