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ESPECIAL CAGE 1: EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS QUE EN REALIDAD SOLO TIENE UNA
julio 11, 2022 Articulos

Convertido en carne de meme, esas obras de arte del siglo XXI, imperecederas y altamente maleables, Nicolas Cage ha trascendido pasando de ser un actor a convertirse en un mito en vida. El ser un mito no exime de ser objeto de devoción o de mofa. Y el señor Cage, apellidado así por su amor a Luke Cage, personaje de cómic, ocultando su apellido real de rancio abolengo. Porque Nicolas es un Coppola, de los Coppola de toda la vida. Familia de artistas, cineastas y músicos en la que él es un verso suelto, una nota discordante.

Con una carrera un tanto extraña plagada de obras magras durante sus inicios, ahí tenemos La ley de la calle, Cotton Club, Arizona Baby, Peggy Sue se casó, Hechizo de luna y Leaving Las Vegas, el papel por el que ganó todos los premios habidos y por haber de manera más que merecida, en una interpretación donde controla todos sus tics y deja un personaje para la eternidad, el guionista alcohólico Ben Sanderson.

Luego pasó a convertirse en una mega estrella del cine de acción y del Blockbuster entre mediados de los años 90 y los dos miles con La Roca, Con Air, Cara a Cara o La Búsqueda. Esas películas son por las que se le recordará siempre. Tras su periodo más fértil llegaron un sin fin de obras de serie B e incluso serie Z con resultados dispares. Y en estos años oscuros es cuando se ha ganado el cariño de la gente. No podemos olvidar que los seguidores de ese tipo de películas son legión, una legión muy fiel que siente devoción por él.

Hace mucho tiempo que Nicolas Cage no es un actor. Él no encarna a ningún personaje, el personaje es Nicolas Cage. No importa qué rol encarne que su actuación siempre será la misma, siempre excesivo, siempre de sonrisa socarrona, siempre con esos ojos abiertos de par en par. Una película de Nicolas Cage es una película de Nicolas Cage, un género en sí mismo. Y él es completamente consciente de ello.

La rama cultureta cinéfila le tiene completamente apartado y denostado pero el mal llamado “populacho”, ese que llena (llenaba) las salas, le tiene en un altar haga lo que haga. Yo, personalmente, le respeto profundamente por una sencilla razón: no le importa la cantidad y la calidad de los filmes que hace año tras año, sigue amando su oficio por encima de todas las cosas y nunca deja de ejercer. Y a las personas que hacen las cosas con pasión y devoción les respeto y admiro profundamente a partes iguales.

Larga viva al Rey, no por algo fue yerno de otro rey, del Rey del Rock.

MANEL SANGO.-

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