ENTRE EL DRAMA JUDICIAL Y EL ROMÁNTICO

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EL JUEZ

Avalada con con doble Copa Volpi al mejor guión para su también director Christian Vincent, y al mejor actor para Fabrice Luchini, llega a nuestras salas la película francesa El Juez (L’Hermine).

El protagonista de la historia es Michel Racine (Luchini), juez que preside un tribunal de lo penal y que es conocido por su dureza a la hora tanto de relacionarse como de aplicar la ley. La película resulta sorprendente en su retrato de los procesos judiciales franceses, de los que poco o nada sabemos, ya que el cine nos tiene acostumbrados, como no, a los americanos. En este caso, un hombre es acusado de matar a patadas a su hija de siete meses. Durante la elección del jurado popular Racine descubre que uno de sus miembros es Ditte Lorensen-Coteret (Sidse Babett Knudsen), mujer de la que estuvo profundamente enamorado años atrás. Desde ese momento el relato divide su atención entre el juicio y el reencuentro entre los dos protagonistas.

Es en la división entre ambas cuestiones donde la película pierde fuerza, abarcando demasiado sin profundizar realmente en nada. No termina de intrigarnos la posible inocencia o culpabilidad del acusado porque interrumpimos el proceso para asistir a una conversaciones que se quedan en superficiales y que no permiten un verdadero desarrollo de la pareja protagonista o de su romance antes de recordarnos que estamos en mitad de un juicio y volver a la corte. Aunque se agradece la falta de sensacionalismo, optando más bien por una puesta en escena más realista y humilde, el resultado transmite una cierta indiferencia ante todo lo que se propone, por lo que resulta bastante fallida en última instancia.

JAVIER DEL JUNCO.-

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