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ENOLA HOLMES: SHERLOCKVERSO APÓCRIFO
septiembre 28, 2020 Articulos
Cuando en 1887, sale Estudio en Escarlata, el autor Arthur Conan Doyle inventa a Sherlock Holmes, un detective superdotado que se convierte en un rol de ficción icónico literario. El detective londinense, además de responder a un arquetipo de investigador cerebral era un intelectual de lo más peculiar lleno manías, que conocimos gracias a la mirada de su compañero de piso y aventuras, un Doctor Watson, narrador tanto de sus varias novelas como de sus relatos cortos sobre el personaje y su mundo. Gracias a eso conocimos a otros personajes del “sherlockverso” como pudieran ser el detective Lestrade, su hermano Mycroft, Irene Adler…  …pero nunca a Enola Holmes.
Y es que Enola Holmes es un personaje nacido mucho después del canon original establecido por Conan Doyle. Fue creada por Nancy Springer, una escritora de literatura juvenil en 2007, año en que se inició una saga juvenil “apócrifa”, donde Sherlock Holmes tiene una hermana pequeña con habilidades similares a las de su hermano detective. De ese modo, Conan Doyle crea una versión alternativa del mundo Sherlockiano aprovechando el “fair use” de una obra instalada en la memoria colectiva y crear una visión alternativa dirigida a un target teen y con una mirada de la época victoriana presentista con la época transmedia que vivimos.
Es por eso que, debido al éxito de esta, sale Enola Holmes, adaptación literaria de la obra de Springer (a su vez basada en la obra de Doyle) que usa el reclamo de Millie Bobby Brown (la Eleven de Stranger Things) para crear una aventura teen en el mundo Sherlock con la hermana del detective de Baker Street, que en el fin es interpretado por Henry Cavill y acompañado por Sam Claffin como Mycroft y Helena Bonham Carter como la madre de los Holmes.
Una vez puestos en situación, hablemos de la película. Todo empieza cuando Enola, la hermana adolescente de Sherlock Holmes, descubre que su madre ha desaparecido, y emplea sus dotes detectivescas sherlockianas para descubrir su paradero. En medio de esa investigación, Enola se cruza con un lord inglés y tiene que huir de las “garras” de un Mycroft que quiere internarla (donde Sam Claffin parece el tío de Harry Potter, by the way). Este es el punto de partida de una película entretenida, que cumple su propósito como pasatiempo ligero, pero que, bajo mi punto de vista, empieza a presentar ciertos problemas de desarrollo. Y es que se trata de una cinta de 2 horas con tres tramas que parecen tener el mismo protagonismo en pantalla y cuya vinculación acaba siendo más bien forzada.
Dicho esto, voy a empezar con lo menos bueno. Creo que Enola Holmes hubiera funcionado como serie de TV o como film de 90 minutos o menos. Pero sus 2 horas de metraje y el hecho de querer darle peso a todas las tramas, lastra el ritmo. A partir de que el film crea el ecuador hay un bajón importante. Da la impresión que no hay una verdadera progresión en los eventos más allá de ser un carrusel de secuencias que si bien son resultonas tanto por el cast como por la edición y la ambientación victoriana, son bastante planas. Porque Harry Bradbeer, director sobretodo conocido por su trabajo en Fleabag, funciona en su faceta de director de actores y su relación con los diálogos, pero a nivel de acción, el resultado me parece muy genérico. Y si eso le sumamos algunas decisiones de libreto un tanto discutibles más allá de lo comentado, ata en corto una adaptación que podría ser más de lo que es.
Y ahora, toca defender la adaptación. Porque si, esto es una ADAPTACIÓN de, además, una ADAPTACIÓN LIBRE de OTROS TEXTOS ADAPTADOS. Es decir, que, aunque el resultado de la obra de Springer pudiera ser mejor que el de su adaptación cinematográfica (que lo desconozco ya que no leí el material que adapta, pero si Dácil en su artículo comparativo que os recomiendo), para mí eso no tiene ninguna importancia, ya que su visión apócrifa tiene coartada desde el inicio.   Y más porque como he dicho, la cinta tiene varios aciertos al respecto como blockbuster. Algunos han salido a colación como los actores protagonistas y sus dinámicas, así como la ambientación, pero hay otro factor que me parece fundamental y tiene mucho que ver con la rotura continua de la cuarta pared. Su deliberada revisión política y con apariencia ligera del canon original.
Y es que, en un momento, en este extraño 2020 donde escribo, donde los valores sociales están en revisión, no hay nada más oportuno que dar una mirada al Londres del siglo XIX, una sociedad que también sufrió una serie de cambios que marcaron el curso del siglo XX, y que por lo tanto funciona como espejo de la actual. Y es que la propia Enola es un hito feminista, surgida en una época clasista desde el sentido peyorativo de la palabra, que tuvo que luchar igual que las sufragistas por ver sus derechos reconocidos.  Y es que, si algo hace inteligentemente el film, es relacionar el movimiento sufragista que transcurre como telón de fondo con la propia Enola. Enola, es esa mujer que sale de su burbuja y entra en contacto en el mundo real, con deseos de reivindicarse como persona autónoma ante la mirada clasista. El problema, quizá, es que cuando esta contacta con el mundo real vislumbra cierta gama de grises que el film no acaba de desarrollar. ¿Quizá para una secuela? Tiene toda la pinta. Ya que el carisma de Millie Bobby Brown como Enola como su fórmula de artefacto teen la convierten en carne de franquicia, en tiempos que además de proporcionar entretenimiento, tenemos que empezar a volver a pensar.
JOAN BOTER.-
"1" Comment
  1. Totalmente de acuerdo, la película promete más de lo que finalmente da por esos problemas de coherencia entre los hechos que se van sucediendo, pero en general resulta ser un producto de entretenimiento familiar bastante entretenido (y sí, yo también pienso que le sobra metraje). Muchas gracias por recomendar el post comparativo entre la película y los cómics 🙂

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