Corazón de León es la nueva película de Marcos Carnavale (Elsa & Fred), una comedia romántica argentina que pretende romper los prejuicios contra el enanismo emocional que sufre la sociedad. Ivana (Julieta Díaz), es una abogada de treinta y tantos, que parece tenerlo todo en la vida, buen trabajo, talento y belleza, no obstante, vive estresada por su ex en el bufete de abogados donde son socios. Cuando pierde su móvil, recibe la llamada de León (Guillermo Francella), un arquitecto que lo ha encontrado y quiere quedar para devolvérselo. A partir de ese encuentro, nada es como Ivana pensaba, pues el seductor hombre que estaba al otro lado del teléfono compensa su falta de estatura con un encanto y un magnetismo personal arrolladores, que conseguirán descolocarla (y de qué manera).
La cinta aborda, en clave de comedia romántica elegante, cómo los prejuicios sociales pueden hacer sufrir a una persona toda la vida, privándole de la felicidad personal que merece. Por lo tanto, trata de romper tabúes y lanzar una crítica contra el enanismo emocional de una sociedad hipócrita que mide a las personas por la apariencia física y no por el corazón y los sentimientos.
No es un mensaje nuevo, pero el planteamiento de la trama es dinámico y resulta agradable comprobar la química entre los dos protagonistas, en especial gracias al arrollador Guillermo Francella (que es sometido a un efecto especial para convertirle en un hombre de 1,36 m de altura), que hacen que se vea con una sonrisa en los labios. Asimismo, destacan algunos secundarios punzantes y divertidos, como la secretaria Corina (Jorgelina Arizzi).
No es de extrañar que se le perdonen algunos subrayados un tanto reiterativos y una cierta previsibilidad en pos de las buenas vibraciones que trasmite.
SONIA BARROSO.-