EN TIEMPOS DE LUZ MENGUANTE: ADIÓS A LOS IDEALES

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En tiempos de luz menguante, de Matti Geschoneck, fue una de las propuestas más interesantes que pudimos ver en el BCN Film Fest. Este drama histórico-familiar está ambientado en Berlín Este durante la época de la Caída del Muro. Wilheim Poweleit (un excelente Bruno Ganz, que parece que se está especializando en estar en celebraciones fílmicas con bastante «mala marea de fondo», tras participar en The Party) ha pertenecido al partido comunista 50 años de su dilatada existencia y es homenajeado por su 90 cumpleaños por familiares y por camaradas del partido en una celebración en su casa. En esta fiesta se pondrá de manifiesto el desencanto y la desilusión de los protagonistas con el mundo que les rodea, un mundo de luces y sombras, en el que los ideales del comunismo se están desmoronando.

Lo mejor de este film coral, basado en una novela de Eugen Ruge que lleva el mismo título, es el retrato que hace de los personajes, especialmente, de varias generaciones de la familia de Wilheim y de su esposa, de sus luchas y de sus motivaciones y de las diversas maneras de afrontar su desilusión y sus contradicciones, tanto con pinceladas de fina ironía -a veces, acercándose a la comedia más negra- como con toques de drama más amargo. Es decir, que pone en confrontación  los abismos que existen a menudo entre los miembros de una misma familia, solo por el hecho de pertenecer a generaciones distintas o de tener mentalidades más o menos cerradas, más o menos resilentes o más o menos sufridoras. Así pues, es una familia que vive en el ocaso del comunismo y con los «cantos de sirena» que supone el capitalismo (veremos cómo este periodo de decadencia afecta a unos más que a otros). En este sentido, tiene algunos puntos en común con Goodbye Lenin, aunque aquí con una visión más cínica, oscura y desencantada de dicha etapa histórica.

Con una puesta en escena tan sobria como austera, lo peor que podría pasarle a esta cinta es que su riqueza en matices y su sutileza en diálogos y situaciones no sea bien apreciada y pueda convertirse en una propuesta que pase desapercibida en la cartelera, sobre todo, por la gran avalancha de estrenos mucho más comerciales. Interesará a todos aquellos a los que les encante aunar la dimensión más humana e íntima con el sentir colectivo de un país en un momento histórico muy determinado, como es el anterior a la Caída del Muro de Berlín.

SONIA BARROSO.-

 

 

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