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EL VIAJE DE MARTA: CHARLAS CON ELENA ANDRADA Y NEUS BALLÚS
noviembre 3, 2019 Articulos

El viaje de Marta es la nueva película de Neus Ballús, ganadora de cuatro premios Gaudí por su ópera prima, La plaga, en 2014. La directora catalana explora en su nuevo film las experiencias de una joven que viaja al Senegal. La mala relación con su padre y el descubrimiento del país y sus gentes hacen de estas vacaciones un viaje hacia la madurez para la protagonista, interpretada por Elena Andrada en su papel de debut. Precisamente, hemos podido hablar con ella y con Neus Ballús acerca de la película. 

ENTREVISTA CON ELENA ANDRADA 

– ¿De dónde dirías que proviene la idea de hacer una película como El viaje de Marta? Una película especial, situada en África…

Neus hizo una serie de viajes cuando tenía mi edad y se dio cuenta de lo complicado que era comunicarse con gente que, además de no conocer su lengua, provienen de contextos sociales, económicos y políticos muy diferentes al tuyo. Y creo que esta frustración, y que después conociera que hay estos espacios en medio de África donde van los turistas, a estos complejos resorts… le pareció un contraste interesante que contar.

– ¿Y cómo ves precisamente este turismo en África? ¿Crees que se trata de un problema del turismo en general, que está mal pensado, o es algo más relacionado con el post-colonialismo?

Bueno, es verdad que, obviamente, Senegal era una colonia francesa, y es verdad que en estos países en vías de desarrollo, no únicamente en Senegal, suele haber este tipo de turismo. Al final, creo que acaba siendo una simbiosis. Unos sacan provecho de una cosa y los otros de otra. Ellos sacan un beneficio económico y los otros… pero al final todo es un poco este juego de poderes, este abuso de poder, este privilegio blanco y  occidental. Por eso creo que es importante que seamos conscientes de hacer un turismo quizá más sostenible, o al menos ser conscientes cuando viajamos de cómo lo estamos haciendo y las consecuencias de que lo hagamos de esa manera.

– ¿Y de qué manera crees que se podría hacer un turismo más sostenible, más respetuoso, etc?

Pues simplemente respetando. Que no hubieran estas jerarquías. África es mucho más interesante. Al final, estos resorts, este aislamiento… te vas al resort y tienes piscina y todo tipo de actividades a hacer, pero después todas estas actividades que se ven en la película… es más interesante quizá descubrir África o el país hablando con la gente y haciendo un viaje más de inmersión. Pero bueno, al final esto es decisión propia de cada
uno.

– ¿Y dirías que tu personaje tiene esta misma visión, que quiere conocer África desde otro punto de vista?

Sí. Yo creo que al principio ella no tiene muchas ganas de estar con su padre ni con su hermano. No tiene muchas ganas de vivir las vacaciones familiares. Ella quiere estar en Barcelona, con sus amigas. Pero una vez está ahí, yo creo que ella lo ve como algo ridículo, que no tiene sentido. Y, a medida que pasa la película, se da cuenta de que hay cosas que no le cuadran: “mi padre está con una chica de mi edad… ¿qué hace?”. Se establecen este tipo de relaciones rarísimas… pero a ella al final creo que lo que la impulsa a pasar la barrera es que ella quiere conocer, quiere estar con gente de su edad y gente que le interese y que le explique de verdad cosas de Senegal. Y poder
descubrirlo con otros ojos.

– Es curioso que una chica de diecisiete-dieciocho años se dé cuenta de estas malas relaciones entre turistas y los locales y no gente más adulta como su padre, que está muy experimentado en la materia precisamente.

Sí… además su padre es agente turístico.

-Exacto.

Sí, bueno, yo creo que como Marta está inmersa en este conflicto con su padre… esto pasa siempre, pero los padres siempre creen que lo saben todo. Y es verdad que tienen la voz de la experiencia, pero no siempre están acertados. Y Marta tampoco lo está. Se ve como los dos personajes la cagan distintas veces. Yo en la situación de Marta no sé
si inconscientemente hubiera jugado el papel de: “estoy aquí en el resort, disfruto, hago las excursiones y me voy a casa…”. Pero es verdad que Marta tiene este punto de curiosidad. Y yo creo que es esta curiosidad la que la lleva a hacer todo este proceso de descubrimiento. El viaje de Marta al final es un poco este viaje iniciático que ella hace
de…: “de acuerdo, todos mis actos tienen consecuencias. Vengo de Barcelona, que creo que es una ciudad muy abierta, diversa y multicultural, y me doy cuenta de mis privilegios, y de que muchas veces no reconozco que provengo de un estatus que me facilita más las cosas”.

– ¿Cómo ha sido la experiencia de hacer tu primera película?

Muy guay. La película habla del viaje de Marta, pero para mí también ha sido un viaje emocional muy grande. Es la primera vez que trabajaba en serio, y conocer un poco el mundo de los adultos, el mundo del cine, Senegal, el continente africano… Nunca había estado en África, así que fueron muchas cosas al mismo tiempo y fue muy especial. Además, con el equipo había esa conexión casi familiar, tanto con el equipo senegalés
como con el europeo. Había esta cosa de estar todos lejos de casa, haciendo piña, y es muy bonita la dinámica del cine porque es como que todo el mundo está súper concentrado en que una cosa salga bien. Son momentos de mucho ritual. No lo sé, es muy bonito.

– ¿Y cómo ha sido tu relación con Sergi López teniendo en cuenta este contraste entre veterano y principiante? ¿Cómo ha afectado eso a vuestra relación en la película?

Bueno, Sergi es un actor que ha trabajado muchísimo y que tiene mucho reconocimiento internacional, europeo. Es un actor muy natural y sabe trabajar mucho con la verdad. Es verdad que este punto de que es una persona con más experiencia a nivel de rodajes te ayuda y te hace sentir muy acompañada. Es una persona que te lo pone todo muy fácil.  Y surgió muy instintivamente. “Ahora tú eres mi padre y yo soy tu hija”, y con un guión
muy bien escrito las cosas salen fácilmente. Y siempre que necesitaba algo o dudaba (Sergi) estaba allá para ayudarme. Es la voz de la experiencia. Él también creo que se lo plantea como… “bueno, estoy aquí y debo hacer que esto la gente se lo crea, pues cómo lo hacemos…”. Trabajamos mucho con la verdad y con las indicaciones de Neus.

ENTREVISTA CON NEUS BALLÚS

– ¿Cómo te surgió la idea de hacer una película como El viaje de Marta, que quizás se sale un poco de la norma, habla de África, del turismo y de los roles de explotación que puede conllevar?

Bueno, porque analizando un poco con el coguionista, Pau Subirós, qué nos había formado como personas adultas, nos dimos cuenta de que había una serie de viajes en una edad más joven que nos habían marcado mucho. Nos habían aportado una visión del mundo y casi una ideología. Y uno de los viajes que hice yo fue a Senegal. Y fue
muy duro, en el sentido de que no me era posible, por el hecho de ser blanca, de relacionarme en unas ciertas condiciones de igualdad con la gente de allá. Y esto de cómo ser una buena turista, o dejar de ser una turista para ser más una viajera y conocer el país más de primera mano siempre ha sido una lucha que yo he tenido, pero
que he conseguido en muy pocas ocasiones. Entonces, hubo un momento en el que dije: “bueno, tenemos que explorar esto de alguna manera. ¿Por qué pasa?”. Es básicamente que formas parte de un lugar, de la estructura de un engranaje, y debes ser consciente de ello. Únicamente conociéndolo puedes superar estas fronteras invisibles.

– ¿Y crees que este problema es del turismo en general?

Yo creo que el turismo en general es un contexto que favorece este tipo de relación, porque es un tipo de relación muy codificada, donde hay una serie de intereses cruzados que son muy evidentes. Pero cuando además pasa en África, o en cualquier otro país desfavorecido – porque esto pasa en muchos otros países – pues es mucho
más evidente, lo cual no significa que éste tipo de relación donde se establece algo jerárquico no exista, ya que está todo el rato en nuestra vida. Cuando pides un café, o si  cuidas a alguien o le cocinas. Estas relaciones jerárquicas están todo el rato, y depende de nosotros ver quién hay detrás. Entonces, ir a Senegal – en el caso del turismo – es el caso extremo, en el que Marta puede tener un crecimiento mucho más rápido, pero son situaciones que a nivel cotidiano también suceden.

-¿A partir de los premios Gaudí de 2014 para tu primera película, La plaga, cómo dirías que afectó este hecho al lanzamiento de tu carrera?

Bueno, fue muy imprevisto para mí. No nos lo esperábamos para nada. Habíamos hecho una película muy humilde a nivel de financiación, muy arriesgada y con una propuesta muy clara a nivel cinematográfico, pero bueno, nos sobrepasó un poco. No diría que a nivel de financiación haya tenido un impacto muy grande. Quizá si hubiera
empezado haciendo El viaje de Marta hubiera sido más difícil financiarla sin La plaga. Lo que no quiero decir es que automáticamente después de esto (de los premios Gaudí del 2014 para su película) puedas hacer cualquier cosa. Es decir, tú debes justificar muy bien a la industria – que es conservadora – que quieres hacer algo como lo que quieres hacer, y que es tan diferente de la anterior sobre todo a nivel de presupuesto.

-¿Y a nivel de acogida, este reconocimiento previo puede darte más popularidad para que la gente vaya más al cine a ver tu película?

Hombre, de entrada es evidente, ya que La plaga tuvo una distribución muy, muy pequeña. No era una película que de forma natural se distribuyera tan bien en el cine. Entonces, ahora en este caso, esta película sí que tiene algo más de dimensión, sí que se ha pensado más en esta última fase de llegar a las salas. Y el hecho de que yo haya
hecho una película antes puede hacer que la gente que la haya visto se interese por ésta, sí.

– ¿Cómo elegiste el reparto? El hecho de que hubiera un actor veterano como Sergi López y una debutante como Elena. ¿Tenías claro que querías una persona que debutara?

Sí, lo tenía bastante claro, pero eso no quiere decir que no valorara distintas opciones de actrices profesionales. Pero Elena siguió agregando más (cualidades) porque tenía  esta ingenuidad por la edad, pero también por el hecho de llegar nueva al medio. Y yo necesitaba esta ingenuidad y al mismo tiempo una tenacidad de decir: “bueno, yo voy a hacerlo y ya está”. Y esto va mucho con la inconsciencia. Elena entró sin saber mucho
dónde se metía por mucho que yo le hubiera explicado. No sabes las consecuencias que te provocará a nivel personal. Y me iba muy bien tener a alguien como Sergi, con mucha experiencia, muy buen acompañante – ha sido un gran maestro para los no-actores – y es un actor muy creador en la escena, que no hace únicamente lo que le
dices, sino que te ayuda desde dentro a llevar a cabo lo que tú quieres hacer.

-¿Y cómo ha funcionado esta relación entre veterano y debutante para plasmar también la diferencia de edad en la película y esta relación entre padre e hijos?

Bueno, yo creo que han conectado más a un nivel humano, no porque sean o no profesionales. Sergi cuando la vio (a Elena) me guiñó el ojo como diciendo: “!Sí, sí, es ella!”. Yo creo que hubo como un amor a primera vista entre ellos. Se entendieron muy rápidamente porque están en un código muy parecido a nivel personal, y en el rodaje había momentos absurdos en los que realmente creías que eran una familia porque actuaban de la misma forma. Elena e Ian (hermanos en la película) se peleaban todo el rato, pero se buscaban también constantemente. Y Sergi le daba unas collejas a Ian para que se pusiera serio cuando rodaban… era todo como si lo fueran (una familia)… y hubo muy buena sintonía entre los tres.

MARTÍ ESTEBAN.-

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