Una cuestión de tiempo (About time) es una nueva vuelta de tuerca al rom-com contemporánea de la mano de un especialista en el género, Richard Curtis, responsable del guión de Cuatro Bodas y un funeral, Notting Hill y El Diario de Bridget Jones y su secuela, así como de la dirección y libreto de Love Actually.

En este caso, se trata de la historia de Tim (Domhnall Gleeson), un joven que sólo vive pendiente de encontrar el amor de su vida desde su juventud. Cuando conoce a Mary (Rachel McAdams) no está dispuesto a cometer los errores de su pasada e infeliz vida amorosa y decide hacer uso de su capacidad de viajar en el tiempo hacia el pasado para conquistarla. Pero la vida, aunque de momento les sonría, les acabará dando una mala jugada del destino que no podrán evitar…Y esta seria, a grandes rasgos, la trama de una película que empieza como comedia y acaba con algunos tintes melodramáticos.

A favor de la propuesta, diremos que la parte melodramática tiene algunas escenas realmente emocionantes, que ponen la piel de gallina e incluso pueden llegar a sacar alguna lagrimita en aquellos espectadores más sensibles. Su cuidada banda sonora romántica completa esta emoción, con temas como How long I will love you, de Jaon Boden, Sam Sweeney y Ben Coleman, o Friday I´m in love, de The Cure. En contra, pensamos que su primera parte, no es tan divertida ni tan ocurrente como debería, a causa de unos diálogos que pretenden ser chispeantes, pero que se quedan a medio camino, desde mi opinión y que no nos provoca a veces ni la más leve de las sonrisas.Además, algunas ideas resultan repetitivas y algunas situaciones demasiado alargadas.

La cinta hace una defensa a ultranza del amor en mayúsculas, por encima de todas las cosas, en todas las formas de amor posible: entre padres e hijos, entre novios, entre hermanos, etc y del valor de la familia como sostén y apoyo tanto en los momentos alegres como en aquellos más complicados. Quizás la película peque de un pelín conservadora en la exposición de los hechos y de las situaciones, pero no hemos de olvidar que, ante todo, se trata de una feel good movie para todos los públicos con un claro mensaje: Disfrutar del día a día como si fuera un momento extraordinario, alejando los problemas y las preocupaciones cotidianas que tanto nos abruman y nos entristecen nuestro horizonte personal. 

SONIA BARROSO.-