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La comedia francesa actual se caracteriza por historias familiares o próximas donde se ponen en confrontación dos personajes antagónicos por su carácter o su manera de hacer. Ya ocurría en las películas de Éric Toledano y Olivier Nackasche, tales como Intocable y Samba y ahora sucede lo mismo en El sr.Henri comparte piso, de Ivan Calbérac, donde se ponen en conflicto dos generaciones y dos maneras de afrontar la vida, en principio antagónicas. Por una parte, el Sr.Henri (Claude Brasseur), viejo gruñón y malhumorado, contable retirado y asqueado con su apocado hijo (Guillaume de Tonquédec), que ha seguido en el despacho familiar, por haberse casado con una nuera tan boba (Frédérique Bel). Por otra, la frescura y la deshinibición de Constance (Noémie Shmidt), la estudiante con la que compartirá techo, una chica inconstante, que no tiene muy claro qué quiere hacer con su vida con la excepción que no quiere volver al pueblo donde vive ni a trabajar en el mercado con su padre.
Las complicadas relaciones paterno-filiales y las siempre difíciles relaciones familiares, así como las aspiraciones que uno llega a tener o a frustrar en la vida son los temas principales de una comedia con toques de voldevil que deriva hacia el drama, mil y una veces vista, y que funciona mejor al principio que en su desarrollo. Cuenta como principal baza el trabajo de sus actores principales. Un film agradable, que no molesta, pero que tampoco aporta nada nuevo ni original en el terreno de la comedia.
SONIA BARROSO.-
