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EL SEÑOR DE LOS ANILLOS EN EL CINE III:TU MADRE SE HA COMIDO A MI PERRO
marzo 30, 2022 Articulos

Creo que hablo por todos al decir que cuando el mundo supo que Peter Jackson (Wellington, 31 de octubre de 1961) se haría cargo de la producción cinematográfica de El Señor de los Anillos las alarmas se encendieron. El director neozelandés atesoraba un currículum cinematográfico a sus espaldas que daba miedo -en sentido literal y figurado- y que no hacía presagiar nada bueno. En el artículo de hoy vamos a conocer un poquito más a Peter Jackson y cómo llegó a dirigir la basta obra de J. R. R. Tolkien.

¿Quién era el director neozelandés y por qué se hizo con tan distinguido honor es algo que debemos conocer? Para Jackson sería King Kong (1933) la cinta que lo transformaría y que lo haría querer dedicarse al mundo del cine a la tierna edad de nueve años. Sin embargo, Peter se hizo un hueco en la industria a través de sus producciones más gore y más políticamente incorrectas. Debutó con Mal Gusto (1987), producción de apenas 25.000 $ de presupuesto, donde contó con la ayuda de sus amigos para el reparto y las tareas de producción más técnicas. La película no puede ser más disparatada, pues encontramos a un grupo de paramilitares que acuden a investigar una aldea de Nueva Zelanda cuyos habitantes han sido criados como alimento por una raza alienígena con patatas como cabeza.

Encontramos un festín de vísceras, sangre y munición en un guión sin mucho orden y que transcurre entre unos, cada vez más, locos efectos visuales. La cinta anterior suscitó la suficiente polémica como para que se hablara de ella y de Jackson, posibilitando que el cineasta pudiera trabajar en una producción algo más profesional dos años después. El delirante mundo de los Feebles (1989) es un paso más en la carrera del director, una película realizada con marionetas con una historia consistente en una orgía de sangre, violencia y sexo. Un producto desagradable que catapultó al director como un genio dentro del género del gore en circuitos aún muy undergroud.

Sin embargo, fue Braindead (1992) -en España subtitulada como Tu madre se ha comido a mi perro- lo que catapultó internacionalmente la carrera de Peter Jackson. En Braindead, Jackson aúna todos los elementos que presentaba su breve filmografía hasta entonces, así como sus inquietudes cinematográficas. La historia, totalmente prescindible por otro lado, sigue los intentos de Lionel y su novia para derrotar a la madre de este, convertida en un monstruo horrible tras ser mordida por un mono-rata de Sumatra. Todo ello aderezado con otro sinfín de efectos especiales cutres, sangre y vísceras propias de su filmografía. En ese sentido, como historia, El delirante mundo de los Feebles es mucho más redonda. Un director que sabía moverse como nadie en la serie B y los bajos presupuestos pero que, tras Braindead, su carrera daría un giro de 180 grados.

Tras esta etapa visceral -nunca mejor dicho- y con cierto renombre dentro de la industria del cine a nivel internacional, Jackson se lanzó a proyectos más dramáticos. Criaturas Celestiales (1994) fue su siguiente proyecto, un drama basado en un caso policial real que sucedió en Nueva Zelanda y que contó con el debut cinematográfico de Kate Winslet. Más tarde, en 1996, Jackson estrenaría The Frighteners -Agárrame esos fantasmas- en España-, una vuelta más comercial al gamberrismo del que hizo gala  en sus primeros años como cineasta, contando en ella con la presencia de Michael J. Fox como protagonista.

Visto este currículum hasta 1996, no es de extrañar que cuando se anunció que dirigiría la producción centrada en El Señor de los Anillos la gente se echara a temblar. ¿Qué producto podríamos ver con un director así a los mandos? Fácil es hablar ahora cuando tenemos su producto terminado en nuestras manos. Sin embargo, no sabíamos que el director sentía verdadero amor a la obra y la idea de llevar a cabo una versión cinematográfica ya rondaba su mente.

En muchas entrevistas ha hablado así de cómo ya en 1995 tenía a la Tierra Media en su agenda de viajes: “Estaba tumbado en la cama pensando en cuál sería mi siguiente proyecto. Entonces estaba trabajando en Agárrame esos fantasmas, pero siempre que estás haciendo una película tienes la mitad de la mente en tu próximo trabajo. De repente, me vino a la cabeza la idea de El Señor de los Anillos. ¿Por qué no hacer una película así? Ni por un momento pensé que terminaría rodando el libro y, sin embargo, eso es exactamente lo que hicimos”.

RUBÉN TOLEDO.-

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