EL SEÑOR DE LOS ANILLOS EN EL CINE II: BAKSHI A TUS GRAFITIS

Vale, está bien, la broma en el título de hoy es fácil pero no me diréis que no se presta el tema a ella. Pese al parecido de su nombre, Ralph Bakshi no es famoso por ser familia del reputado artista grafitero Banksy, si no por ser el responsable de la primera adaptación de El Señor de los Anillos en la gran pantalla. Una obra, la de Bakshi, que acabó cayendo en el olvido del gran público, pero que ha acabado convirtiéndose en un título de culto para los amantes de la obra de Tolkien y para muchos de los aficionados al cine. Una obra que protagonizará por completo esta segunda entrega mensual acerca de la adaptación del legendarium de Tolkien a la pequeña y a la gran pantalla. ¡Comenzamos!

Antes de meternos en faena habría que hablar un poquito de Ralph Bakshi, cineasta nacido en Haifa, aunque de nacionalidad estadounidense, conocido por sus trabajos en el mundo de la animación para adultos. Hay que señalar que en las décadas de los 60 y 70 -y en cierto modo hoy en día también para el gran público- la animación era considerada como un producto destinado a ser consumido por un público infantil. De ahí que una de sus obras, Fritz el Gato, también conocida como El Gato Caliente de 1972 suscitará una enorme controversia al presentarnos un largometraje con claros tintes violentos y eróticos. Pero no sería hasta 1978 cuando estrenaría El Señor De Los Anillos, obra que abarcaba libro y medio, aproximadamente de la trilogía de Tolkien y que vería truncada su segunda parte y desenlace dado su pobre recibimiento por parte de la crítica especializada -aunque si tuvo buenos números en la taquilla-. Con el paso del tiempo la consideración hacia este trabajo y su conocimiento por parte del gran público ha sido mucho mayor.

Es, esta cinta de Bakshi, una obra muy a tener en cuenta y muy interesante, pues encontramos ante uno de los primeros ejemplos de animación para un público adulto de una manera más comercial o mainstream. Lo que más llama la atención de la misma es el tratamiento de la imagen, muy fuerte, así como el uso de la técnica de rotoscopia que, en pocas palabras consiste en reemplazar los fotogramas de una grabación de personas reales por dibujos calcados sobre cada uno de esos fotogramas. De esta manera, se consigue una mayor naturalidad en los movimientos y expresiones, luces, sombras, etc. Así pues, asistimos a un estudio muy interesante del imaginario de Tolkien,  completamente opuesto a lo que en la década de los 80 dibujara Alan Lee y que pasaría a establecerse como el canon “oficial” de la Tierra Media; y que influiría de enorme manera en las adaptaciones de Peter Jackson. Aquí nos encontramos con unos conceptos artísticos más realistas, humanos y físicos, lejos de las imágenes bucólicas posteriores de Lee.

Bakshi intentó ser fiel a la representación que se hace de los personajes y de la historia, pero también tuvo que añadir y cortar pasajes del libro a la hora de construir su guión. Hay que destacar de esta película también la inclusión en las voces de actores como John Hurt (Alien El Octavo Pasajero) o Anthony Daniels (C-3PO en la saga Star Wars), ambos interpretando a Aragorn y Legolas respectivamente. Otro de los puntos fuertes de la película es la música, obra de Leonard Rosenman, que había ganado un Oscar a mejor banda sonora por Barry Lyndon (1975) de Stanley Kubrick.

Como he dicho anteriormente, este proyecto de Ralph Bakshi quedó truncado y sin finalizar al no conseguir el cineasta la financiación para la realización del desenlace. Aun así, esta película avivó de alguna manera el interés por la obra de Tolkien y en 1980 el estudio Rankin/Bass produjo un largometraje especial para televisión, El Retorno del Rey, totalmente alejado de la cinta de Bakshi y más cercana a la versión animada de El Hobbit -de la que hablé en la primera entrega- que también fue realizada por este estudio de animación.

El Señor de los Anillos, de 1978, sería la última adaptación a la gran pantalla de la obra de Tolkien hasta que, diecisiete años después, un cineasta neozelandés responsable de títulos tan variados como Tu Madre Se Ha Comido a Mi Perro (1992), Criaturas Celestiales (1993) o Agárrame Estos Fantasmas (1996) dijo aquello de “sujétame el cubata” y se lanzó a realizar la -hasta ahora- adaptación definitiva y definitoria de la Obra de Tolkien. Había llegado Peter Jackson, pero de eso hablaremos en el próximo capítulo. ¡No te lo pierdas!

RUBÉN TOLEDO.-

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