EL ESCUADRÓN SUICIDA: A FAVOR

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El Escuadrón Suicida ha llegado por segunda vez a las salas de cine con caras nuevas y con un espíritu gamberro que nunca debió perder. Del equipo que nos presentó David Ayer solo nos quedan la incombustible Harley Quinn, Rick Flag y la jefa de todo Amanda Waller. Ayer tampoco repite y a los mandos tenemos a un James Gunn que, tras su paso por los Guardianes de la Galaxia por partida doble, demostró su buen hacer con los equipos comiqueros más cachondos de las viñetas. La elección no pudo ser más acertada.

Uno de los argumentos más esgrimidos estos días, por muchos de los que han disfrutado de la última producción superheroica de Warner, es “esta es la cinta que debieron haber lanzado allá por 2016”. Aquella película nos presentó a una sensacional Harley Quinn acompañada de un elenco de lo más descafeinado, con un guión y una trama con mucha tijera, poco ritmo y casi nada de interés (del Joker del Leto no hablamos que quemamos Twitter). En este caso, vemos que James Gunn parece haber tenido más libertad por parte de los ejecutivos de Warner, lo cual redunda en un producto salvaje, malhablado, sangriento y con un humor retorcido que, con los personajes que cuenta, funciona a las mil maravillas. Se habla de que hay un corte de David Ayer que, al igual que el de Zack Snyder con JL, debería ver la luz y que difiere del que vimos en cines. Aquí algunos fans ya se están dejando notar en redes sociales pidiendo la libertad para dicho corte cinematográfico.

¿Por qué SÍ a este Escuadrón Suicida?

Es una pregunta interesante con multitud de aristas. Para empezar, este Escuadrón Suicida es mucho más carismático que el de David Ayer. No tienen a Will Smith pero, de haberlo tenido, Idris Elba como Bloodsport se lo hubiera comido con patatas. Joel Kinnaman consigue que empatices muchísimo más con Rick Flag que su enamorado y hierático intento anterior y John Cena se come la pantalla en cada aparición. King Shark resulta entrañablemente salvaje y Ratonera 2 es capaz de hacernos ver a las ratas como animales completamente útiles y adorables. Ese es quizás el mayor elemento de la película que ninguno de los personajes principales del Escuadrón sobra y todos tienen su porqué.

Otro de los puntos fuertes es que, por fin, hace honor a su nombre. Es el Escuadrón Suicida, tiene que morir gente. Aquí James Gunn hace lo impensable dándonos una ración de sangre, vísceras y un conjunto de muertes entre divertidas y salvajes que muchas veces se acerca mucho más al gore que al entretenimiento para toda la familia. Es salvaje y malhablada, explosiva y desternillante; una cinta de superhéroes diferente que dignifica el género y nos muestra que dentro de las capas y los trajes de spandex hay mucha tela aún que cortar.

El Escuadrón Suicida es también una reunión de amigos que se lo han pasado genial rodando la cinta y se nota. James Gunn echa mano de Taika Waititi (Thor: Ragnarok), su hermano Sean Gunn (Guardianes de la Galaxia) nos deleita por partida doble, interpretando a Comadreja y al Hombre del Calendario. Tenemos a Nathan Fillion (Castle) como TDK, Michael Rooker (Yondu en Guardianes de la Galaxia) como Savant, un cameo de Pom Klementieff (Mantis en Guardianes de la Galaxia) y la inclusión de¡ veteranos como Peter Capaldi (Doctor Who) o el hispano argentino Juan Diego Botto en su papel del villano dictador Silvio Luna.

Por último, está el tema de la dichosa tijerita de Warner. A fin y al cabo, las producciones comerciales superheroicas están en su mayoría supeditadas a lo que demanda el estudio. En algunos casos (Marvel/Disney) hay una cabeza pensante con un plan perfectamente armado y el cual maneja todo el cotarro, proporcionándonos productos que, gustando más o menos, mantienen una alta calidad en su forma final.

En el caso opuesto (Warner) los hay que, sin tener un plan claro, quieren cazar al primero para lo cual restringen muchísimo la labor de los creadores con el fin de lanzar una cinta que rompa el mercado en su favor en cuanto a cifras comerciales. No se si auspiciados por el movimiento #ReleaseTheSnyderCut que ha posibilitado ver la versión de La Liga de la Justicia que Zack Snyder tenía (o no) en su cabeza desde el principio, los ejecutivos de Warner han dejado total libertad a James Gunn. Libertad que se ve desde la brutal primera media hora de la película y que no decae en ningún momento. Toda una declaración de intenciones y quien sabe si la futura línea de trabajo de Warner con su peculiar visión del universo comiquero de DC. Una película con un claro sello de autor y eso es algo de agradecer.

La Teoría Harley Quinn

Resulta extraño catalogar esta película. ¿es un “reboot” de la anterior? ¿una secuela?… lo cierto es que es difícil. Y aquí entra en juego lo que yo llamo “La Teoría Harley Quinn”. Para mí, tanto los dos Escuadrones Suicida como Aves de Presa (2020) forma parte de una trilogía cuya piedra angular es el personaje interpretado por Margot Robbie. Vemos en la primera entrega una total sumisión y dependencia al Joker. En la segunda, el proceso de su liberación y emancipación (como bien reza en España el subtítulo de la cinta) y en El Escuadrón Suicida (2021) asistimos a una Harley Quinn totalmente independiente, capaz de reaccionar de forma rápida y contundente en cuanto ve “señales de peligro”. Es cierto que su protagonismo se diluye muchísimo más en comparación con las dos películas anteriores, pero resulta un cierre bastante bueno al arco del personaje y unos cimientos sólidos para construir futuras producciones si Warner quiere seguir contando con Margot y su arlequinado, y ya icónico, personaje.

Conclusión

Es muy difícil contentar a todo el mundo, eso está claro. Habrá público que reniegue de todo, como siempre, por tal o cuál motivo banal. Habrá los que pidan el #AyerCut y los que renieguen de éste ultimo y abracen la cinta de James Gunn como el nuevo santo grial de Warner y el DCEU. El Escuadrón Suicida es un peliculón y un soplo de aire fresco para el cine de superhéroes y me aventuro a decir que perdurará el imaginario colectivo por mucho tiempo. Qué fácil era la vida cuando George Clooney era Batman y qué bonita lo es ahora para los que amamos el noveno arte.

RUBÉN TOLEDO.-

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