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EL CONTADOR DE CARTAS: EL PESO DEL ALMA HUMANA
enero 7, 2022 Articulos

Con El contador de cartas nos hallamos ante una de las películas más enigmáticas y fascinantes que he podido ver últimamente. Paul Schrader cocina a fuego lento el periplo de un personaje cerrado en sí mismo, del cuál el espectador no sabe apenas nada, aparte de que ha estado en la cárcel y de su habilidad para jugar al blackjack y al poker. Poco a poco, iremos entrando en él a través de dos vías, cómo nos cuenta su propia historia y la relación que establece con con el hijo de un soldado y con una mujer hecha a sí misma, que se mueve en el mundo del juego, que harán que se vaya quitando la coraza y abriendo emocionalmente. Bill Tell es un lobo solitario que tiene un pasado el cuál le persigue y le atormenta. No le permite reconciliarse consigo mismo. Asimismo, en sus manos también cuenta con alguna posibilidad de redención.

Óscar Isaac sabe jugar sus cartas a gran nivel interpretativo, en unos de los grandes papeles de su carrera, hace fácil lo difícil en un personaje hermético, que quiere pasar desapercibido, casi sin dejar rastro en los torneos por los grandes casinos de América -qué significativa es la primera imagen de las sábanas en el hotel dónde se aloja-. Un hermetismo que irá cediendo en las relaciones con su entorno y con los dos objetivos que le irán moviendo a actuar del modo que lo hace.

Estamos ante un notable ejercicio de cine negro contemporáneo, inquietante y progresivamente perturbador, un thriller que se va cociendo lentamente, de modo muy austero. En ese sentido, nos es una propuesta con la que pueda ser sencillo entrar y conectar, aunque si el espectador es capaz de dejarse absorber por la historia y la tremenda carga que soporta el protagonista, va a vivir una experiencia moralmente intensa, como ya acostumbra a ser habitual en las películas de Paul Schrader -sin olvidarnos que Martin Scorsese también está detrás en la producción-.

En El contador de cartas conviven secuencias emocionalmente intensas con alguna otra especialmente inolvidable por su magia. Y no es tanto que cuente el periplo de este antihéroe en una América devastada moralmente por la culpa y los traumas desde los más altos estamentos, sino cómo consigue atraparnos en una espiral tan fatalista como esperanzadora. Quizás no es una película apta para todo tipo de espectadores, sino para aquellos interesados en las manchas tatuadas del alma humana.

SONIA BARROSO.-

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