EL CINE BRITÁNICO ANTES Y DESPUÉS DE LA MUERTE DE LADY DI

Lady Di murió en agosto de 1997 en un accidente de tráfico en París. Empiezo dando este dato para situarnos dentro de la historia, claro que no estoy dando una primicia porque tal vez la verdadera exclusiva para nosotros fue darse cuenta como ha sobrevivido la cinematografía inglesa sin el aliento de la princesa del pueblo; así nos podemos dar cuenta que la impecable elegancia de la filmografía de ese país no ha sido dañada en absoluto. Todavía a día de hoy, trascurridos más de veinte años después de su fallecimiento, existen discursos cinematográficos que tratan de recordar su figura. La última película que esta todavía en las salas, Spencer (2021), de Pablo Larraín, vuelve a revisar esta figura histórica. A continuación, vamos a hacer un viaje cinéfilo para ver en qué ha mejorado y cambiado el cine inglés desde 1997 hasta nuestros días.

Cabe mencionar que, antes de 1997 el cine británico tenía mucha calidad. Aquí citamos dos películas como ejemplo de dos décadas diferentes: Breve encuentro, dirigida por David Lean en 1945, es una obra madura y con un gran discurso sobre el ser humano, sentimientos y pensamientos. Un hombre para la eternidad, dirigida por Fred Zinemann en 1967, cuenta la vida de otro personaje ilustre inglés Tomás Moro, autor de un libro fundamental para la filosofía, Utopía, donde explica como sus pensamientos le llevaron a ser ejecutado en tiempos de Enrique VII. Esta cinta nos hace viajar por otras realidades y gracias a esta obra se puede entender mejor el humanismo filosófico.

Después de este paréntesis, vamos a volver a estos años de convulsión social. Los ingleses suelen repasar su historia tal vez para dar otro discurso más personal dentro de lo real. Desde aquel 1997 hemos tenido muchos ejemplos: La ciudad perdida Z, estrenada en 2016 y dirigida por James Gray, trata de acercarnos al tipógrafo británico Percy Fawcett y a sus aventuras en la selva amazónica. Esta película co-producción con EEUU trata de interrogarnos sobre quiénes somos y adónde vamos. Elizabeth, dirigida en 1998 por Shekhar Kapur, es una biografía interesante porque nos podemos introducir en el mundo de la reina virgen, su época, sus obsesiones, sus inseguridades, la cuál nos acerca a un universo hoy olvidado por el mundo de hoy en día. Retorno a Brideshead es una adaptación del libro de Evelyn Waugh, dirigida por Julián Jarroid, que nos acerca a una Inglaterra que ha ido desapareciendo, pero que aún se conserva en la memoria de los ingleses. En este trabajo, se muestra una forma de contar que fue muy novedosa para el cine de principios de siglo y además de sumergirse en uno de esos libros clásicos de la literatura universal que ya estaba algo olvidado.

Ahora continuamos nuestro viaje por las películas inglesas después de la muerte de Lady Di, analizando temas sociales que afectan a la  mentalidad británica. La primera obra maestra que nos encontramos fue en ese mismo año 1997, la inolvidable Full Monty fue un soplo fresco para todo el cine europeo. Dirigida por Peter Cattaneo es una sátira refrescante sobre el trabajo y la precariedad de no tenerlo, esta comedia dramática hoy en día no ha pasado de moda y sigue siendo un discurso didáctico para las nuevas generaciones. Billy Eliot, de Stephen Daldry, es otro trabajo cinematográfico que todo el mundo lo debería conocer. Este niño bailarín inundó las salas creando una novedosa comedia intelectual, pero a la vez un reflejo de las familias acomplejadas y con roles muy marcados. Una cuestión de tiempo, dirigida por Richard Curtis en 2013, tal vez sea la obra maestra de la actualidad menos conocida, rodada magistralmente y con una metáfora que la entiende todo el mundo. Es un punto y aparte para dar otra vuelta de tuerca al pensamiento cinematográfico inglés, tal vez esta película es increíble por su sencillez y su complejidad a partes iguales,  siendo un espejo que refleja cómo ver el cine en nuestro futuro.

El buen mentiroso, dirigida por Jeffrey Haucher en 2019, es una película trepidante que no cansa, recordando a La huella, de Joseph L Mankiewicz,  es mucho más que una película de entretenimiento, ya que nos enseña que todo el mundo tiene sus verdades y mentiras y dentro de ellas siempre esta el carácter del individuo. Lady Macbeth, de William Oldroyd de 2016, es otra forma de ver el personaje de Shakespeare, acercándose de una manera madura para que nos demos cuenta de que los personajes inmortales pueden vivir en todos los siglos. Por último, nos vamos a fijar en una de esas adaptaciones inmortales de Jane Austen, Emma, de Autumm de Wilde del 2020 nos acerca al mundo de la gran escritora para que nos sintamos un poco más cerca de sus añoranzas, risas, soledades y compañías. Esta película es una bonita manera de conocer a la sociedad inglesa.

Ahora que han pasado los años desde aquel agosto del 1997, el mundo y la vida han cambiado y hasta el cine ha cambiado. Aunque la elegancia inglesa aún perdura y seguirá viva.

JORGE GIRBAU BUSTOS.-

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