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EL ÁNGEL, UPGRADE, 70 BINLADENS Y MARATÓN
octubre 15, 2018 Articulos

El Ángel,de Luis Ortega, es un thriller que se basa en la historia real de Carlos Robredo Puch, cuyo historial delicitivo contaba con 11 homicidios y 40 robos cuando fue detenido en 1972 y que se caracterizaba por tener una apariencia angelical y facciones suaves, rubio, de pelo rizado y blanco de piel, por eso se le apodó así. La película, muy bien ambientada a principios de los 70, nos relata las acciones de Carlos (Lorenzo Ferro), su relación con sus padres y con un amigo y compañero de delitos, Ramón (Chino Darín), con el cuál existe una tensión sexual muy marcada y que la película sugiere más que muestra.

A mí particularmente, me encantan los films criminales que se ambientan en la década de los 70’s, una época que no he vivido pero que me fascina por su estética y su música, etc. Ya me ocurrió así como Romanzo Criminale, de Michael Placido, sobre una banda de delincuentes real ambientada en Roma y con la que El Ángel guarda el paralelismo por presentarnos la misma época y por contar también con unos personajes fascinantes que viven al límite de la ley.

Pero centrémonos en El Ángel, que me ha atrapado por estar tan bien contada, a caballo entre el thriller y la comedia en muchos momentos, por las interpretaciones de su elenco, en el que también destacamos a Daniel Fanego y a Cecilia Roth en roles secundarios. Asimismo, y aunque quizás no sea una historia demasiado original, seguro que fascinará a aquellos que les gusten los thrillers con personajes interesantes y bien construidos y a los que aprecien las sugerencias más que los subrayados. Y por último, recordar que por algo es la candidata argentina a los próximos Oscar. S.B.

Terminé mi Sección Oficial con Upgrade, de Leigh Whannel, que se alzaría con el Premio del Público. Y no me extrañó demasiado, pues la sesión del Auditori era una fiesta de risas y aplausos en la mayor parte de su metraje. La trama se centra en el futuro en el que Grey (Logan Marshall Green) decide implantarse un micro chip en su columna llamado Stem quien le guiará en la caza de los que asesinaron a Asha, su esposa. Este cyberthriller tecnológico cuenta, además, con la chispa de muchas secuencias de humor, a cargo de su protagonista Marshall Green, que saca hierro a lo que en principio puede parecer una historia dramática y una revenge-movie.

El director sabe manejar muchos frentes con eficacia, como hemos indicado: Thriller, tecnología, romance, comedia, etc y el cóctel resultante es un producto de entretenimiento de primer orden que da todo lo que se espera de ella: Una trama con gancho, un protagonista con el que uno puede empatizar y una historia futurista que algunos afirman que podría estar sacada de un capítulo de Black Mirror. Aunque a mí me interesó más Upgrade que ciertos polémicos capítulos de la citada serie. S.B.

70 Binladens: La nueva película de Koldo Serra protagonizada por Emma Suarez, Nathalie Poza y Hugo Silva, entre otros, fue la encargada de cerrar la sección Órbita en el Festival de Sitges 2018. Un thriller competente pero que en mi opinión se desinfla en su tramo final y cierra las tramas de un modo un tanto rápido y simple. Una madre (Suárez) cuya hija ha sido secuestrada debe obtener 35000 euros (70 billetes de 500, que dan forma al título) en 24 horas en un banco. Cuando todo parecía a favor suyo una pareja de atracadores (Silva y Poza) irrumpen y lo que debía ser un atraco rápido y simple acaba en una situación con rehenes donde el personaje de Suárez toma las riendas. El tono es muy acertado y Serra rueda bien tanto los interiores del banco como la acción que ocurre fuera con la pareja de negociadores. Es en este tramo cuando se muestran las cartas y aparecen esas gotas de humor que ayudan a relajar el ambiente sin romper el ritmo, en algunos casos hasta tronchantes (momento fútbol) que provienen de un guión bien hilado hasta allí y que uno se puede dejar llevar con el hecho de disfrutar y pasarlo bien. El único pero que he visto es en el tramo final y en unos personajes que se desdibujan o acaban hasta caricaturizados.

El villano (por llamarlo de una manera, interpretado brevemente por Nacho Fresneda) podía dar más juego y su desenlace queda como anecdótico. Una vez dejamos el banco todo se diluye y pierde interés cuando podía, o bien haberse ahorrado, o bien enfatizarlo más en lo que hasta el momento parecía una gran jugada de ajedrez. Ésa es mi conclusión: una partida de ajedrez que falla en no acabar con un jaque mate que podría haber sido espectacular. Aún así es digna y no sientes la sensación de pérdida de tiempo, sólo que le falta un último ingrediente para coronarlo. J.I.P

High life: En una de las maratones especiales de cierre de festival (cada cine programa una) han proyectado lo último de la directora Claire Denis protagonizado por Robert Pattinson y Juliette Binoche. Ganadora del premio FIPRESCI en el reciente certámen de Donosti la película es difícil de digerir al momento (aunque con el tiempo va creando poso) debido a un ritmo demasiado pausado y centrado en mostrar imágenes bellas y/o impactantes más que en una trama donde se mezclan demasiados géneros. La historia juega en varios momentos temporales en un mismo escenario, una nave espacial en una misión no muy clara en el espacio (relacionado con entrar en un agujero negro) cuyos miembros son despojos sociales. Por otro lado, la historia de un padre y su hija cuyo único objetivo es sobrevivir ambos ante un futuro incierto.

Una película de ciencia ficción de autor y presupuesto de cine independiente (no esperar ni aliens ni batallas, no es ése tipo de película). Tiene un componente de terror que ha sido lo más interesante para mí y que me ha llevado a pensar en ella en una especie de “Isla del Dr Moreau” en el espacio con la figura de la doctora interpretada por Binoche: sus experimentos y lo que la mueve a estar allí es lo que provoca alguna de las escenas más impactantes, aunque alguna creo que está más con la intención de provocar que de narrar. Con una duración excesiva (30 minutos menos de primeros planos o imágenes oníricas no le hubiera hecho daño) es un ejercicio de scifi original e interesante pero que divide al público en cuanto no tiene puntos medios: o la amas o la odias. J.I.P.

Anon: Otra sesión especial que hemos podido ver en la última noche de festival firmada por Andrew Niccol (director de Gattaca, Simone o In Time) con Clive Owen y Amanda Seyfried es una película de acción y ciencia ficción que sin sobresalir sí ofrece un producto entretenido y un ligero debate sobre la tecnología y la privacidad. En un futuro todo el mundo vive en una realidad aumentada donde cualquier objeto o persona que se vea te envía a tu retina la información que necesites (como si lleváramos el smartphone con la cámara encendida en los ojos constantemente). Un policía/detective (Owen) debe investigar una serie de asesinatos donde un hacker ha pirateado esa señal y puede hacer que una persona “vea” una realidad distorsionada a voluntad.

Recuerda mucho a Minority Report o a la propia In time y la verdad es que es una película entretenida con sus secuencias de acción bien rodadas. En manos de otro director y otro presupuesto podría ser un blockbuster veraniego perfecto pero le falta ese empaque (o promocionarla más) para llegar a ese nivel. Netflix la anuncia en su plataforma en Mayo así que dudo que tenga recorrido comercial y con un presupuesto aproximado de 20 millones parece que ha sido hecha con el objetivo de quedarse en plataformas sin más trascendencia. Llegado el momento, es recomendable y se deja ver. J.I.P

In Fabric: Personalmente si había una película que te podía mantener despierto a las 5 de la mañana esa es sin duda In Fabric. Su director Peter Strickland (The duke of Burgundy) nos ofrece un auténtico festival de lo bizarro pasado por un filtro de humor británico. Proyectada en el reciente Festival de Donosti (al igual de High Life) tenemos sin lugar a dudas la propuesta más transgresora donde lo grotesco en ocasiones se mezcla con un humor tan cotidiano que cualquiera se identifica con él. Con no muchas caras conocidas (Gwendoline Christie en un pequeño papel) narra la historia de un vestido maldito que pasa de mano en mano y que provoca a quien lo lleva distintas reacciones y despierta distintos instintos (en la mayoría de casos con dramático resultado). Un vestido procedente de un centro comercial al estilo grandes almacenes donde en Navidad podríamos ver al Rowan Atkinson de Love actually envolviendo paquetes pero que aquí es una especie de purgatorio/infierno comandado por un extraño anciano y su grupo de dependientas al estilo brujas de Salem.

Todo muy inquietante pero los momentos en que la acción ocurre en dicho centro son desternillantes, con unas frases lapidarias y rimbombantes para vender sus productos (y la reacción de los clientes, que sería la misma que cualquiera de nosotros) con las que uno no puede sino rendirse al guionista que se la ha ocurrido convertir en un infierno algo tan cotidiano como unas rebajas (estoy convencido que el guionista debió sufrir en sus carnes algún momento de compras parecido que le debió inspirar). Pero no engañarse: no es una comedia gamberra que puedas ver en una sesión de tarde, sus imágenes pueden herir sensibilidades y lo grotesco aparece en cualquier momento (escenas sexuales nada agradables e incómodas y rituales satánicos, además de un nacimiento que me hizo soltar una carcajada descomunal). Es la película que proyectarías en una sesión golfa para disfrute del personal y con la que un servidor se ha despedido de este Festival de Sitges hasta más ver. J.I.P.

SONIA BARROSO/JOSÉ ISAAC PELLICER.-

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