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DUNKERQUE: MILAGRO Y SUPERVIVENCIA
julio 22, 2017 Articulos

Es innegable que cuando Christopher Nolan estrena una película, se crea una gran expectativa a su alrededor. No en vano, ha sido creador de la trilogía exitosa sobre Batman, de dos películas que han creado mucho debate como Origen e Interstellar, además de otras interesantes y estupendas películas como Insomnio, El truco final y Memento. Con Dunkirk, Nolan afronta su primera película histórica o más bien basada en hechos históricos.

En mayo de 1940, se produjo una retirada masiva de los ejércitos británico y francés en torno a la ciudad costera de Dunkirk. Los alemanes, aplicando su técnica ofensiva de tenaza (Blitzkrieg), cercaron a los aliados y los fueron aplastando pero sin rematarlos. De hecho, la orden de Hitler de parar el avance por tierra de los alemanes es considerado como uno de los mayores errores militares de la Historia. En aquel pequeño reducto, quedaron atrapados cerca de 400.000 soldados desesperanzados, derrotados, muertos de hambre y sed y con mínimas posibilidades de escape. Una situación verdaderamente desesperada.

Ya en 1958 se realizó la producción británica Dunkirk, que trataba los mismos hechos aunque con una perspectiva más global. Y de manera más detallada y precisa el docudrama de 2004 Dunkirk, en el cual interviene un entonces poco conocido Benedict Cumberbatch. Nolan, en vez de dar esa visión amplia de lo que fue aquel rescate, se centra en hacer una película de supervivencia dentro de los hechos que rodearon a Dunkerque.

Divide la películas en tres historias que se desarrollan en aquel escenario: El muelle o espigón, que era una construcción de madera y hormigón por donde los soldados desfilaban para poder embarcar, El aire, que fue donde se desarrollaron los combates aéreos entre la RAF y la Luftwaffe y el mar, por donde era la ruta de rescate. Nolan parte de la presentación de esos escenarios para presentarnos lo que quiere relatar, con un montaje un tanto desigual que no consigue implicarte del todo en las historias que cuenta.

La más interesante es la historia de esos soldados que están en tierra esperando para embarcar. Su semblante de derrotismo es brutal. Se refleja en sus caras, sus actos, su manera de comportarse al borde de la desesperación. Es una huída de algo que está ahí (los alemanes) pero que no se muestra, lo cual da una sensación alta de inquietud y miedo.

En la parte del aire interviene Tom Hardy, el cual si no ves la película en versión original no te das ni cuenta de quien es. Eso sí, las secuencias de lucha aérea entre los Spitfire contra los Heinkel y los Messerschmitt son de una gran belleza, con un sonido espectacular. Y en la parte marítima se ve sobre todo a una pequeña embarcación civil que sale de Inglaterra rumbo a la costa francesa para rescatar a cuando soldados aliados le sea posible. También ahí se siente el miedo, reflejado en Cillian Muphy, un soldado conmocionado y con miedo de regresar de un infierno del cual le ha costado salir.

De Nolan es sobradamente conocida su capacidad visual y técnica en todas y cada una de sus películas. En Dunkirk hace alarde de todas ellas, con una presentación efectiva que te da una visión clara de que Dunkerque es un callejón sin salida. Bueno sí, solo una: El mar. Y a partir de esos prometedores minutos, Dunkirk empieza una desigual cuesta abajo donde las tres historias se intercalan con momentos dispersos de tensión, dramatismo y una atronadora y contudente BSO de Hans Zimmer que aturde en muchos momentos. Seguramente esa sea su intención, ya que la fusión de la música con el primer ataque del Stuka y su particular estridente sonido es espectacular. Pero después crea más malestar por su estridencia siendo más un sustitutivo de la fuerza de la imagen. Por otra parte, Nolan consigue desarrollar ese escenario sin apenas diálogo e intenta que la narrativa fluya a través de las impactantes imágenes de barcos hundidos, marineros nadando entre combustible, visiones perspectivas de los personajes de lo que va a acontecer, etc. En parte lo consigue, aunque resultan ser más secuencias aisladas e intercaladas que parte de una narrativa.

Entrando ya en las consideraciones dentro del género bélico, Dunkirk aporta modernismo en su manera de enfocar un conflicto como aquel pero lejos del punto de inflexión marcado por Salvar al soldado Ryan. En la de Spielberg, era un desembarco hacia la victoria con un desarrollo más épico, con unas virtudes técnicas que marcaron el estilo de posteriores producciones. En Dunkirk es una retirada hacia la derrota, con un marcado pesimismo y una historia más sombría. Aún así, Nolan consigue ofrecernos una buena película en sus líneas más generales, equilibrando sus pros y sus contras. Me habría gustado una película que desarrollara más ampliamente todo lo que fue la Operación Dynamo. Me hubiera encantado un Tora, Tora, Tora o un El día más largo donde ser pudieran observar los distintos puntos de vista. Con todo esto, Dunkerque es una película apreciable en muchos aspectos del género, donde sin duda va a ser más disfrutable en la pantalla del cine.

JAVI LEIVA.-

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