ANÁLISIS DE NUEVOS DIRECTORES DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

park

Park de la realizadora griega Sofia Exarchou ha obtenido el premio Kutxabank-Nuev@s Director@s en el festival de cine de San Sebastián. El jurado compuesto por Carlo Chatrian presidente del festival de Locarno, la crítica española Eulàlia Iglesias, el realizador chileno Pablo Álvarez, la guionista y comisaria de arte británica Isabel Stevens y la actriz portuguesa Victória Guerra ha decidido otorgarle a la opera prima de la cineasta nacida en Atenas el premio Kutxabank que está dotado en 50.000 euros. Gracias a esa cantidad de dinero la película podrá ser distribuida en España. Ya veremos cuanto consigue recaudar.

Park retrata con dureza las desigualdades de su país, poniéndose en la piel de los jóvenes que no tienen ningún futuro. Es una cita honesta y correcta, pero no logra encandilar al espectador. Por desgracia, es una película que se olvida fácilmente. Seguramente es por su estilo, ya que, es descriptivo y se aleja del dramatismo, es decir, quiere mostrar la cotidianeidad de esos chicos con naturalidad. Son chicos que no hacen nada de provecho con sus vidas, ni estudian ni trabajan, pasan las horas muertas luchando entre ellos, bebiendo y fumando. La crisis económica que padecen sobre todo los países del sur de Europa ha desanimado a muchos jóvenes que ven como su vida se echa a perder por falta de oportunidades. La historia se sitúa justamente en la Villa Olímpica de Atenas, que está actualmente abandonada e inservible. La autora trata de denunciar lo absurdo de este modelo capitalista del espectáculo que tiene como base el despilfarro. La soberbia de los gobernantes de turno hace que se construyan infraestructuras tan costosas como la Villa Olímpica para así generar un montón de dinero en muy poco tiempo, pero a la larga son abandonados.

Cómo malgastar 50.000 euros en una película que nadie quiere ver

La mayoría de las películas que compiten en la sección Nuevos Directores suelen ser demasiado crudas, aunque es cierto que retratan los problemas sociales con suma honestidad. Aparte del tono sombrío de las mismas otra de las características más destacables suele ser que no llegan a conmover al público. Las historias que dirigen los jóvenes autores suelen ser duras, éticamente intachables, pero las historias nunca llegan a fascinar al espectador, si no se estrenarían en la Sección Oficial. Resumiendo, no convencen del todo. Por esa misma razón cuando la película ganadora se estrena en los cines comerciales no suele tener éxito en taquilla. Carne de perro (2012) del chileno Fernando Guzzoni, quien acaba de presentar su nueva película titulada Jesús en la Sección Oficial, no consiguió atraer ni siquiera a 500 espectadores a los cines cuando se estrenó en 2013. O por poner otro ejemplo La lección/Urok de Kristina Grozeva y Petar Valchanov, la película que resultó ganadora en el 2014 sólo la vieron 1.594 espectadores en todo el país. Los datos hablan por sí solas. Por tanto, no sé si es buena idea dotar a las ganadoras de 50.000 euros porque no suscitan interés en el público. Apostar comercialmente por un tipo de cine que gusta en los festivales no tiene demasiado sentido, es como tirar el dinero a la basura. Las películas se hacen para que la gente las vea. Y si no se programaran dentro de un festival como este estas películas no serían atractivas para la mayoría de la gente. La gente ve estas películas con mucho gusto, pero sólo porque se proyectan dentro del festival.

El caso de Guzzoni es revelador. Carne de perro no consiguió suscitar ningún interés cuando se estrenó en los cines, pero aun así los festivales más prestigiosos siguen promoviendo y apoyando un cine que no es de agrado para la mayoría del público. Al menos Jesús no ha sido galardonado en esta ocasión. Me parece lícito que en los festivales se proyecten películas de este tipo para gente snob, pero lo que no es aceptable es que se gaste dinero público en promover películas que casi nadie quiere ver.

Se podría hacer un paralelismo entre el caso de la Villa Olímpica y el del ganador de Nuevos Directores. Después de que termine el certamen la película ganadora es rápidamente olvidada y abandonada, aunque se gasten 50.000 euros para que la gente pueda verla. Pero antes de terminar quisiera arrojar un poco de luz sobre el fenómeno Nuevos Directores para que los del jurado sepan que el dinero del premio puede ser de alguna utilidad para la sociedad. Si el jurado en vez de premiar cintas tan crudas y sórdidas como Carne de perro decidiese premiar otras cintas más amables está claro que la gente respondería de otra manera. Para muestra un botón. El año pasado la entrañable y tierna El novato de Rudi Rosenberg se alzó con el premio Kutxabank y esta vez fueron a verla al cine nada más y nada menos que 13.000 espectadores.

Los jóvenes quieren retratar las desigualdades sociales, pero si la historia no engancha ni emociona es en vano, puesto que, esa película fallida no generará debate en torno al tema que plantea. Es una oportunidad perdida para que la gente reflexione sobre ese tema en particular. Además, suelen provocar incomodidad y desasosiego por la visión tan pesimista que proporcionan sobre el ser humano, pero como es sabido la vida tiene también sus cosas buenas que merecen ser reivindicadas en la pantalla. Los espectadores estamos hartos de tanta información, sin unas buenas historias la información o el mensaje no llega a los corazones de la gente. Y así es imposible que las cosas cambien.

Análisis de la sección Nuevos Directores

maria

Este año tampoco ha habido grandes sorpresas, todo se ha desarrollado como estaba previsto. No ha habido obras maestras. Ha habido alguna que otra película que ha querido mostrar la complejidad y la realidad de la vida humana con un tono más amable como es el caso de la entrañable joya María (y los demás) de Nely Reguera, o el de Bar bahar/In Between de Maysaloun Hamoud, la cual ha obtenido tres premios muy importantes; el premio Eroski otorgado por el jurado joven, el de Sebastiane que premia a las historias que muestran de manera acertada la problemática de las personas LGBT, y el de TVE-Otra mirada, galardón que premia la mirada femenina. La mayoría de las películas que se han estrenado en Nuevos Directores han sido honestas y duras, y en cuanto al tratamiento suelen ser descriptivas, analíticas y de este modo es difícil identificarse con los personajes. Por ello aunque las historias sean éticamente aceptables e interesantes puesto que plantean problemáticas sociales y personales cruciales, lo cierto es que no logran dejar huella. Después del estreno se olvidan rápidamente, y de esta manera es difícil que sean instrumentos de debate y reflexión. Y en un festival como el de San Sebastián una película correcta y bienintencionada, no es suficiente, ya que, el cine además de denunciar y mostrar las desigualdades sociales y las injusticias tiene que conseguir conmover al espectador. El cine también debe hacernos soñar. Por consiguiente sería más sensato otorgarle los 50.000 euros a los distribuidores de una película como In Between que va a tener mucho más recorrido comercial que Park.

Por tanto, la contraparte de Nuevos Directores sería Perlas, porque las películas de Perlas te conmueven y te fascinan, te hacen soñar, aunque éticamente no suelen ser tan encomiables. Pero afortunadamente siempre hay excepciones, ya que, hay películas que son brutalmente honestas y complejas y además de eso no tienen intención de renunciar a hacer vibrar al espectador. Este año nos hemos emocionado con las películas de Loach, Ozon y Kore-eda, por citar algunos. Como es sabido el público responde estupendamente bien ante ese tipo de películas. La conclusión que podemos sacar de la esencia de las cintas que se proyectan en Nuevos Directores es que si la película no proporciona una verdadera experiencia estética, es imposible que promueva un debate en la opinión pública. El proceso ético depende inevitablemente de las emociones, por eso no es suficiente denunciar ciertas causas o promover valores éticos, es indispensable transmitir esperanza y alegría por este mundo que merece la pena luchar. Para poder transformar la realidad hay que mostrarla con honestidad, pero cada persona necesita voluntad y fuerza para llevar a cabo esa transformación que empieza por uno mismo, por tanto, no hay que dejarse embaucar por obras sombrías que nos amargan la existencia. Porque la vida es maravillosa y el cine tiene que mostrar el milagro de la vida.

María (y los demás) e In Between

Después de estas reflexiones que me parecían pertinentes pasaré a analizar la entrañable María (y los demás) de la catalana Nely Reguera. A causa de su tono amable nos recuerda a El árbol magnético de Isabel Ayguavives que se estrenó en Nuevos Directores hace tres años. No es casualidad, ya que, Ayguavives ha trabajado de ayudante de dirección en esta otra película. Es una sencilla y alegre obra que logra dibujar una sonrisa en el espectador, aunque tampoco renuncia a mostrar los problemas cotidianos de la gente corriente. Trata sobre relaciones familiares y aunque el retrato familiar no sea mostrado con tanta sensibilidad como en el cine de Kore-eda es un ejercicio digno de admiración. Por su calidez y sencillez a la hora de tratar los problemas de la vida. María (Bárbara Lennie) es una mujer que se preocupa demasiado por los demás. Cuida de su padre y es ella quien suele organizar las comidas familiares en la casa familiar donde vive con su padre. Es generosa y considerada con los demás, pero a medida que el relato vaya avanzado afloraran sus miedos.

Está claro que no tiene nada malo el ser generoso y atento con los demás, pero lo primero es cuidarse uno mismo. Hay personas que prefieren ocuparse de los asuntos de los demás porque les da miedo afrontar los propios. Porque si no ese comportamiento altruista no sería genuina, sería una manera de escapar de los propios problemas. Y esos miedos que pueden paralizar a cualquiera se hacen cada vez más mayores porque en vez de hacerles frente y resolverlos de una vez la persona en cuestión se desentiende de ellos. Pero ignorando los problemas no se resuelven, sino que se vuelven incluso más amenazantes de lo que son.

between

Y para terminar el repaso a la sección de Nuevos Directores comentaré brevemente In Between, la justa ganadora de esta edición. Es realmente dura, pero al mismo tiempo es divertida y esperanzadora. La película cuenta la historia de tres chicas palestinas que intentan vivir sus vidas libremente. Por ello, han tenido que establecerse en Tel Aviv, lejos de sus lugares de origen, para poder escapar del ambiente familiar más conservador. Los familiares les niegan su autonomía, no aceptan ni el erotismo, ni la homosexualidad, ni el sexo antes del matrimonio. Nur es la más ingenua (y por tanto conservadora) de todas y está a punto de casarse con su prometido, pero todo cambiará de un día para otro, cuando ella entra a vivir al piso donde viven las que van a convertirse en sus mejores amigas: Laila, la abogada astuta y coqueta que sabe lo que quiere, quien además representaría el erotismo que tanto desprecian sus semejantes, y la lesbiana y rebelde Salma. La cineasta reivindica la solidaridad femenina para que las cosas puedan cambiar. Resumiendo, se trata de una película que además de entretener denuncia la subordinación de las mujeres palestinas sin grandes proclamas, ni discursos, simplemente mostrando la vida cotidiana de las protagonistas.

BEÑAT EIZAGIRRE INDO.-

6 thoughts on “ANÁLISIS DE NUEVOS DIRECTORES DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

  1. Preguntas a Beñat Eizaguirre: ¿No crees que si películas como «Park» no logran conmover, eso tendría que ponernos a reflexionar acerca del tipo de personas que somos y en el tipo de sociedad en la que vivimos? ¿A qué película en lugar de «Park» la hubieses premiado con los 50 mil euros?

    • El infierno está lleno de personas de buenas intenciones. Hay cineastas que quieren promover ciertos valores o denunciar injusticias, pero tener buena intención no es suficiente. Tienes que seducir al espectador para que se involucre en la historia, para que se sienta interpelado por ella con tal de que reflexione sobre el tema que se le plantea. Voy a ponerte un ejemplo muy sencillo. Earthlings es un documental que muestra cómo descuartizan, torturan y matan a los animales de granja. Es la pura verdad, pero la verdad tampoco es suficiente (nunca lo ha sido). Por eso los cineastas al igual que los antiguos sofistas tienen que defender su punto de vista con acierto. Tienen que conseguir que el espectador se sienta partícipe de lo que se está contando.

      Y como sabes hoy en día las personas estamos acostumbradas a ver demasiada violencia en los medios. Sabemos que el mundo está fatal (o eso es lo que quieren hacernos creer los poderosos para generar desconfianza entre la gente).

      Pero lo cierto es que el mundo siempre ha estado fatal, esto no es ninguna novedad. Hoy en día los medios muestran mucha violencia y por tanto vivimos en un mundo hostil, nadie está a salvo. Y eso nos da a entender que debemos desconfiar de nuestros semejantes.

      No obstante, el nivel de la violencia está disminuyendo según el psicólogo Steven Pinker, lo que pasa es que hoy en día no estamos dispuestos a tolerar lo que hasta hace poco se consideraba normal en nuestra civilización (violencia contra las mujeres, homofobia, maltrato animal…).

      Lo que es verdaderamente decisivo es la actitud que tiene cada persona ante las inseguridades y amenazas de una época concreta. Somos nosotros los que construimos el mundo a cada instante. Resumiendo, hay que atraer al espectador con una buena historia (eso es indispensable). Y aparte de mostrar la cruda realidad las historias tienen que motivarnos para querer cambiar las cosas. Sin ilusiones y sueños la vida no valdría nada, y el cine tiene que reivindicar el milagro de la vida.

      Park es una película de festivales que tiene fecha de caducidad. In Beetween obtuvo más reconocimiento que Park puesto que la historia es más alegre y conecta más con el público».

      Tienes derecho a réplica. Besarkada handi bat, Miguel.

  2. Eskerrik asko Beñat por su respuesta.
    Me queda claro que su hipótesis es bastante fuerte (metafísica y epistemológicamente): «la verdad no basta». Si «Park» nos dice cierta verdad acerca de la situación que retrata, no nos deja espacio para la ilusión e imaginación que, siguiendo sus palabras, conlleva la narrativa del cine; y que tiene que ponderar el milagro de la vida.
    Pero sólo de sueños no vive el hombre. Me parece que «Park» y películas semejantes son una manera ‘negativa’ para hacernos reflexionar acerca del ‘milagro de la vida’. ¿Podríamos decir que la gente no es conmovida por esta manera negativa de reflexión?
    Besarkada handi bat!

  3. Hay películas que no consiguen hacernos sentir especiales. Por tanto, lo que tenga que contarnos esa película nos dará exactamente igual. Su mensaje no calará en nuestro ser. Las personas solemos imitar las conductas de aquellas personas que consideramos admirables, pero la mayoría nos parecen grises (al igual que pasa con las películas). Sólo unas pocas sobresalen entre los demás.

    Las grandes obras maestras consiguen emocionar y por consiguiente poner en marcha el proceso ético del individuo. El razonamiento depende inevitablemente de la intuición y de las emociones morales, es decir, sin una experiencia estética destacable es realmente difícil que el espectador se ponga a pensar sobre lo que ha «sentido» mientras veía la película.

    Por tanto, una película correcta y bienintencionada nunca nos provocará ni fascinación ni incomodidad. Será olvidada después del visionado.

    Saludos, ¡Miguel!

    • Gracias por su respuesta.
      Concuerdo contigo en el vínculo que señalas entre experiencia estética y sentido ético.
      Me queda claro por sus comentarios que las películas necesitan necesitan emocionarnos y que una película como «Park» no nos emociona y por consiguiente no pone en marcha proceso ético alguno. Pero esto es horrible porque si una historia tan cruda (denunciando ciertos hechos de la «vida real») no nos mueve ni ética ni emocionalmente, entonces habría que preguntarse qué clase de individuos somos al ser tan indiferentes.

  4. Gracias a ti, Miguel, por compartir tus reflexiones con nosotros. Los humanos solemos ser generosos con nuestros seres queridos, ya que, nos dedicamos a proteger y ayudar a las personas de nuestro entorno más inmediato. Podríamos ser más empáticos y hospitalarios con los extraños, pero quizá eso sería pedir demasiado. Aquel que tiene amor en su corazón puede compartirlo con todos sus semejantes, pero el tiempo y los recursos de cada uno son limitados. Cada uno tiene que cargar con su cruz.

    Me parece bien criticar las injusticias, pero deberíamos poner más énfasis en reivindicar lo bueno del ser humano.

    Hasta luego, compadre.

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