DESALIENTO Y DESCONCIERTO

Aunque estemos en el ecuador del Festival no es muy arriesgado decir que Sparrows será, sin duda, una de las películas más desalentadoras del Festival. La película de Rúnar Rúnarsson disecciona el fracaso desde varios frentes: el del matrimonio, el de las relaciones paterno-filiales, las relaciones sociales, etc. Tampoco Eva no duerme es una propuesta redonda. En esta cuarta crónica del #63SSIFF, os lo desgranamos.

Sparrows es tan fría como los parajes islandeses en los que está rodada. Nos relata la dura transición de Ari, un joven de dieciséis años, a quien su madre, con quien ha estado viviendo en Reikiavik, le envía a vivir con su padre, en la remota región de los fiordos occidentales. Primer fracaso: el de permitir que para Ari esto signifique un abandono; el segundo: el tratar de reanimar una relación, con su padre, que hace varios años que está muerta. A partir de ahí, este relato iniciático se convierte en una lucha con y hacia el fracaso. Rúnarsson, responsable también del guión, parece moverse bajo la premisa que, de la misma manera que los paisajes áridos aparecen imperturbables, algo similar puede decirse de la naturaleza humana.

La película, a nivel de guión, no es precisamente original. El viaje iniciático de un joven
enfrentado, a través de sus padres, con el mundo, es algo que exploran incontables películas. Lo que la hace interesante desde un puntos de vista cinematográficos es el situarla en un paisaje que no nos resulta familiar, y que aporta una luz y unos espacios exteriores que complementan la historia. El descarnado final nos deja clavados en la butaca y culmina una película dura y un tanto reiterativa.

EVA NO DUERME: EL LARGO FINAL DE EVITA

Eva no duerme, de Pablo Agüero, se centra en los largos veinticinco años que transcurrieron entre la muerte de Eva Perón y su entierro.

 

El embalsamador, El transportador y El dictador son las tres partes en la que se divide la película que, si bien no es un documental, sí utiliza imágenes de archivo de la propia Evita y de acontecimientos posteriores a su muerte. 

Interesante desde el punto de vista histórico y con cierto barniz panfletario, la película funciona en el apartado visual: largos planos, acción fuera de plano, interesante uso de la iluminación, etc.

 

Ahí es donde destaca la cinta. Mientras, a nivel de reparto queda en un tibio todos correctos”: ningún actor desentona, ninguno destaca.

 Película que no acaba de explotar en ningún momento, aún cuando Denis Lavant (Holy Motors) hace todo lo que sabe, que es mucho, para robar su escena (que lo consigue) y, por consiguiente, la película.

IMMACULADA PILAR COLOM.-

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