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CODA: LOS SONIDOS DEL SILENCIO
febrero 18, 2022 Cine de Autor

CODA (Child of Deaf Adults o en español “niño de adultos sordos”) es una película dirigida por Sian Heder y la adaptación de la cinta francesa de 2014 La familia Belier dirigida por Eric Lartigau.

Ésta es una de esas películas independientes que nos presenta un relato sencillo, repleto de honestidad, y sin más pretensión que contarnos la historia de una familia con sus problemas, sus ilusiones y aquellas cosas que les unen y les separan, bañado todo ello de una naturalidad magistral.

Ruby, interpretada con maestría por la joven Emilia Jones, es el único miembro oyente de una familia de sordos. Desde niña ha sido su hilo de comunicación con los oyentes y además ayuda en el negocio familiar, la pesca, antes de ir cada mañana al instituto donde, por coincidir con un compañero especial y gracias a su amor por la música y su gran habilidad para cantar, se apunta al coro. Y aquí es donde comienza el dilema. Una cantante en casa de sordos. El director del coro ve en ella algo especial y la motiva para que se presente a una prueba para poder acceder a una escuela de música de prestigio a la hora de cursar sus estudios superiores.

Una dirección amable y asequible hacen que ésta película se vea muy cercana y real para el espectador ya que, aunque no ahonda en el abismo que separa el mundo de la sordera del mundo del oyente, logra que entendamos esa distancia de una forma muy natural y orgánica, y consigue implicarnos en lo que le sucede a todos sus personajes sin excepción, algo que suele resultar muy complicado cuando tenemos una película bastante coral. Quizás ésta sea una de las mayores diferencias con respecto a su predecesora francesa. Sian Eder ha dado mucho más empaque a todos los personajes que rodean a la protagonista e incluso a las subtramas, no me cansaré de decirlo, La familia Bélier es un buen boceto pero CODA es la obra terminada con todas sus pinceladas y matices. El negocio familiar en CODA cobra un sentido más realista y, es esto, lo que ayuda a sostener con mayor fundamento la columna vertebral de esta bonita historia de amor a la familia, a la diferencia, al sacrificio, a la persecución de los sueños y a la aceptación de otro tal y como es.

Es un remake mejorado pero que se fundamenta en los principales mensajes de su predecesora, tales como que ser sordo no es un handicap si no que es una identidad, una forma de vivir y una manera de relacionarse con los demás y también con su entorno. A pesar de los cambios en el guión y en los personajes algunas de las escenas más importantes de la cinta francesa se han mantenido en esta nueva versión ya que eran realmente imprescindibles.

CODA nos brinda momentos verdaderamente emocionantes, a la par que nos saca más de una sonrisa, y es la unión de estas dos virtudes lo que hace que empaticemos con ellos y con lo que nos cuenta, es lo que consigue que no podamos reprimir la emoción ni la risa más sincera, pero sin sus actores y las interpretaciones que realizan seguramente el resultado no sería el mismo. Emilia Jones estuvo estudiando durante meses el lenguaje de signos y vaya si se nota en el resultado, al menos a ojos de un oyente sin contacto con el mundo de la deficiencia auditiva sería imposible percibir la diferencia entre ella y alguien que ha convivido y se ha expresado mediante este lenguaje a lo largo de su vida. Sus formas de interpretar son magníficas en todos los lenguajes que utiliza en esta cinta: el lenguaje hablado, el de signos y el musical.

Pero si alguien llega a tocarte, aunque sea un poquito, incluso a aquellos que sean más fríos, el alma, ese es Troy Kotsur. Interpreta a Frank, padre de la protagonista y en todas y cada una de las aristas del personaje, en todas las situaciones, cómicas o dramáticas está sencillamente soberbio. Es un placer enorme verle interpretar en esta película.

Marlee Martin, como Jackie, madre de Ruby, tampoco desperdicia ni un solo plano, al igual que Daniel Durant, hermano de Ruby, con un personaje mucho más interesante que en la cinta francesa.

Aparece también con un personaje de mayor importancia y desarrollo el joven actor Ferdia Walsh-Peelo, habitual ya en películas musicales, donde no solo nos demuestra sus habilidades vocales si no también sus dotes interpretativas.

Maravilloso se nos presenta Eugenio Derbez con su apasionado y divertido loco profesor de música, Berrrrrrnarrrrrrdo Villalobos, que se complementa a las mil maravillas con nuestra protagonista.

Por supuesto la banda sonora es muy importante en esta cinta aunque he de decir que los dos temas principales en su antecesora son simplemente perfectos, magníficos, seguramente inigualables, como inigualable era Michel Sardou y es aquí donde CODA no ha podido superar a La Familia Bélier.

En resumen, CODA es tan grande es su sencillez, en su forma de contarnos toda su humanidad que ésta coming of age movie es mucho más que eso, ese apelativo se le queda muy pequeño. CODA es familia con todo lo que esa palabra significa.

VANESA LORENZO VIVAS.-

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